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esidencia de arte

¿Para qué sirve una residencia de arte?

Ilustración

¿Qué le puede sumar realmente una residencia a un proceso creativo en arte, fotografía, literatura, música, o cualquier otro campo de la creatividad humana? Aunque numerosos en el mundo, estos espacios son todavía desconocidos para muchos que nunca se han animado a presentarse o no sabían que podrían ser para ellos. La autora nos cuenta desde su propia experiencia y la de otros.

Por la forma en la que cae el sol sobre esta mesa podría adivinar la hora del día, ¿siete, ocho de la mañana?, he visto caer esta luz varias semanas ya, por eso la adivino, pero no puedo verificarlo porque dejé el teléfono muy lejos para evitar distracciones y quedarme a solas con una libreta, la única libreta que traje a este viaje de escritura que ya casi acaba.

He viajado para conocer, para investigar y para hacer reporterías, que son la mejor parte siempre, pero nunca para escribir, ¿cómo es eso?, moverse del escritorio propio y de la rutina propia que con esfuerzo logramos construir para el buen balance de nuestra creatividad y zas, resulta que hay que irnos a escribir a otro lugar, con el computador sobre las piernas y cerca de parlantes de los que salen músicas desconocidas.

Una residencia sirve para crear

Las residencias de arte, que pueden abarcar la escritura, la música, la pintura, la fotografía, y todas sus posibles combinaciones y otras y otras, no tienen un inicio confirmado, pero se dice que luego de la creación de las primeras academias de arte en el siglo XVI se empezaron a formar grupos similares. Sobre el propósito de la primera academia, creada en Florencia, Italia, Accademia delle Arti del Disegno, dijo uno de sus creadores: “Para proveer a las cuestiones del alma, al igual que a las del cuerpo, para quien, en algún momento, lo necesitara”, una frase que también podría definir una residencia de arte.

Pero en palabras más concretas, ¿qué es realmente una residencia de arte? Es un espacio, digamos, una casa, un gran salón, o varios lugares repartidos de forma cercana, que alguien o un grupo crea para el encuentro entre artistas.

Una definición bastante amplia, pues cada residencia es un universo diferente y responde a necesidades e intereses específicos; así mismo, la dinámica de cada residencia varía: las hay de varias semanas o semestres enteros; algunas serán para que el o la artista invitada inicie la construcción de un proyecto y algunas para su finalización, o también para la simple exploración de un tema o una técnica. Las variaciones son muchas y desde hace varios años vienen creciendo y con ellas sus múltiples formas

Juliana: “Soy artista multidisciplinaria. Me dedico a mi carrera como DJ, soy artista plástica y he estado participando en diferentes exposiciones, trabajo independientemente como diseñadora gráfica y soy gestora cultural y productora de eventos. También estoy a cargo de mi espacio cultural y discobar Comuno. Como artista se podría decir que mi disciplina es la fotografía y la escultura”.

Juliana creó en 2022 una residencia en Bogotá, Colombia, llamada La casa por la ventana, una idea que surgió luego de la pandemia y de una mudanza en pareja a una casa grande: “Había espacio suficiente con zonas al aire libre para crear diferentes proyectos”; para entonces, se empezaban a abrir las puertas de espacios más sociales como las fiestas y otras formas de encuentro, y así Juliana se unió con una amiga artista para co curar esta convocatoria.

Nombre: La casa por la ventana
Lugar: Bogotá, Colombia
Tema: concepto de “La casa”
Disciplina: sin especificaciones
Duración: 2 meses

Además del tiempo de residencia para la exploración íntima e individual de la obra de los participantes, que en ese momento eran trece, los artistas tenían la posibilidad de encontrarse cada sábado en una reunión para la discusión de sus proyectos e inquietudes. Al final hicieron una exposición de sus trabajos en la misma casa. 

Desde ese año Juliana continuó gestionando exposiciones en su casa y ahora en su espacio cultural, al cual ha invitado artistas de otros países a colaborar por medio de videoinstalación como una forma de buscar maneras de conectar a pesar del espacio y la distancia. “Hacer una residencia en mi propia casa también sembró la idea de que hay más formas de realizar una residencia de arte fuera de una institución o de los espacios convencionales”, agrega.

Juliana siempre había querido ir a una residencia de arte, pero muchas veces por los costos, la lejanía o el tiempo se le hacía difícil. Al vivir en un espacio tan grande a la par de la necesidad de volver a conectar presencialmente en la ciudad, “surgió la residencia para hacerlo accesible, y a pesar de no contar con un patrocinio, y de ser un proyecto 100% autogestionado, pudimos darle la oportunidad a varios artistas que nunca habían participado de una residencia”.

Una residencia sirve para jugar

Por la forma en la que cae el sol sobre esta mesa también podría decir que faltan al menos unos veinte minutos para que salgan mis compañeras de Writing of Witness y caminemos a esa casa que tiene un baño temático de la virgen de Guadalupe todo rosado en la que veremos taller. La escritura es también la espera y el azar del asombro cuando algo conecta con algo: ese juego íntimo que se queda a vivir en el pecho.

Francisca : “Soy artista visual y desde 2016 estoy dedicada en parte a ser artista y en parte a trabajar como diseñadora editorial”. Al haber nacido en Bogotá y crecido en diferentes bases militares de la costa por la profesión de su padre, Francisca presentó para su residencia en Alemania un campamento: “He vivido en una especie de estado de campamento militar, física y emocionalmente; entonces pensé: ¿qué clase de campamento hacer?, ¿qué es lo opuesto?, ¿cómo se vería un campamento sobre la libertad?”

A través de estos interrogantes exploró técnicas con las que pudo reconectar: “Llevaba mucho tiempo sin hacer cosas que no tuvieran relación con el computador; para esta obra pude hacer cerámica, cocinar, coser, todo para armar una escena, que finalmente como me interesa el cine, de eso se trata: de armar escenas para luego contar una historia”.

Más allá de la dinámica informal que tienen las residencias de arte, y los cambios abismales que puede haber entre unas y otras en cuanto a recursos y cuidado del artista, para Francisca, quien ha hecho ya varias residencias en diferentes lugares, este espacio es importante para aprovechar principalmente las relaciones con otros artistas que tienen inquietudes o preguntas con las que podemos resonar. Hablar, exponer y discutir las ideas y los proyectos finalmente es lo que hace que todo cambie y que las obras tomen nuevas dirección y nuevas capas de sentido: “La residencia es un espacio para moverte, incomodarte también por el contexto o por la geografía, promueve cambios y rupturas creativas porque uno está en cambio y ruptura físicamente, eso es lo valioso”.

Nombre: Stiftung Künstlerdorf Schöppingen
Lugar: Münsterland, Alemania
Tema: pensar y habitar el campo
Disciplina: sin especificación
Duración: 6 meses

La exploración en comunidad y el juego con materiales e ideas es lo que finalmente hace que las residencias sean estos lugares poco convencionales y poco académicos en los que se permite la curiosidad. Durante la residencia Francisca hizo una cometa e invitó a un escritor iraní a volarla y a hacer un texto sobre ese hecho: volar una cometa: “Ese era el primer año en que él estaba fuera de Irán, en donde está mal visto volar cometa, como tantas otras cosas. Hice un registro en video narrando sobre la idea de la libertad, desde estos lugares en los que ni siquiera es posible mirar al cielo en este momento, y una cometa obliga todo el tiempo a cuidar del cielo”.

Una residencia sirve para conocer

Casi siempre asistir a una residencia implica un viaje: fuera de la ciudad, fuera del país o fuera de la comodidad de nuestra casa para asistir a un taller completamente nuevo. Irse es una forma de desbarajustar tanto la rutina para que surja algo nuevo, en el mejor de los casos.

Giselle: “Soy escritora y editora. Me dedico a géneros de no ficción como la crónica, el ensayo y la memoria”. En 2021 desde la secretaría de Cultura de México se creó la residencia Material de los sueños dirigido a escritores jóvenes; se trataba de una residencia en las Islas Marías, a ocho horas en barco del México continental: “Fue en un centro de educación construido por el gobierno obradorista en lo que antes fueron las instalaciones de los juzgados del penal de alta seguridad que estaba ubicado en la isla. La residencia llevaba ese nombre por ser el título de la novela que José Revueltas, el emblemático escritor comunista mexicano del siglo XX, escribió a partir de su estancia en el penal como preso político”, explica.

La residencia les daba la posibilidad de tomar talleres con los escritores Vicente Alfonso, Diana del Ángel y Eduardo Antonio Parra; y como no había nadie más que los trabajadores de construcción de la Isla, los residentes se encargaban de toda la organización, limpieza y demás labores de convivencia en la isla. “Al no tener ningún tipo de señal de teléfono o Internet, era como estar en un siglo distinto. Leíamos como desquiciados, veíamos películas que llevábamos descargadas, tocábamos la guitarra y hablábamos. No había otra cosa más que hacer”.

Nombre: Material de los sueños
Lugar: Islas Marías
Tema: sin especificar
Disciplina: escritura
Duración: 2 semanas

Giselle asistió a la residencia para trabajar una crónica sobre la historia de las plantaciones bananeras en el sur de México contada a través de la historia de su familia, y el espacio de creatividad “fue crucial para encontrar una voz que pudiera reconocer a todas las especies que habitan un espacio porque era lo que estaba viviendo”. En la isla se aparecían mapaches, veían saltar delfines desde el salón de taller y por las tardes escuchaban las parvadas de loros que atravesaban el cielo.

“La guía de Vicente Alfonso como cronista fue determinante para pensar en cómo construir la narrativa. También la de Diana del Ángel para entender cómo darle vida a aquello que parece duro de contar. He seguido trabajando con ese proyecto desde entonces, y gracias a ese espacio pude avanzar al menos una cuarta parte”, explica Giselle.

Una residencia sirve para estar

Ya no cae ninguna luz sobre la mesa y esta es la última noche aquí: grupos repartidos en diferentes géneros de la literatura, proyectos asombrosos y lecturas grupales para decirnos unos a otros que somos creadores de algo y que ese algo tiene partes de este lugar y de las palabras compartidas.

Las residencias de arte seguirán tomando fuerza como espacios dinámicos de construcción de ideas y de creación de comunidad; sirven o no dependiendo de muchos factores y, en alguna medida, son un vehículo para estar presentes en otro lugar, con otras reglas, con otro idioma y otro acento, con otras dimensiones espaciales, climáticas y del paisaje.

Nombre: Under the Volcano
Lugar: Tepoztlán, México
Tema: sin especificación
Disciplina: escritura
Duración: dos semanas

Para quienes nos dedicamos a diferentes formas relacionadas con el arte, ese cuadrado de tiempo suspendido que responde al único objetivo de crear, con todo lo que ello implica, es también traer a tierra la idea del movimiento afuera y adentro: una residencia sirve para estar.

Sara Juliana Zuluaga García

Periodista, narradora documental y editora, nacida en Armenia, Quindío. Su trabajo se ha enfocado en las dinámicas culturales y medioambientales de la región desde la narración escrita y la fotografía. Actualmente es editora en la revista Dos Aires, que funciona entre Colombia, México y Francia. Colabora con crónicas, análisis y ensayos escritos y visuales para diferentes medios de comunicación. En su tiempo libre disfruta cocinar, nadar y leer.

Periodista, narradora documental y editora, nacida en Armenia, Quindío. Su trabajo se ha enfocado en las dinámicas culturales y medioambientales de la región desde la narración escrita y la fotografía. Actualmente es editora en la revista Dos Aires, que funciona entre Colombia, México y Francia. Colabora con crónicas, análisis y ensayos escritos y visuales para diferentes medios de comunicación. En su tiempo libre disfruta cocinar, nadar y leer.

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