el banano volador
Rabia, humor, groserías, arte y mucho rock: ellos son Flying Bananas.
Para muchos, los años noventa los representan Britney Spears, el copete de Alf y Rikarena. Para otros, que crecimos comprando discos compactos, esta fue la década en la que los géneros se derrumbaron. Bandas como Faith No More demostraron que se puede hacer metal, hip hop y baladas de Lionel Richie en un mismo álbum. Eso que los medios llamaron grunge no era más que una fusión de estilos, sin miedo a tener que vestirse de alguna manera para encajar dentro del público punkero o metalero. Una década más tarde, todo se volvió indie y los clichés volvieron a ser la regla, la pinta era más importante que el sonido. El grupo bogotano Flying Bananas revive esa mezcla que recuerda a Molotov, Rage Against The Machine, Infectious Grooves o los Red Hot Chili Peppers de hace veinte años.
La historia de este parche se basa en una leyenda: Juan Sebastián Santodomingo Lafaurie –un importante abogado colombiano– se lanzó de un séptimo piso disfrazado de banano y dejó un disco completo grabado con instrucciones precisas para que su obra se diera a conocer. Su legado fue publicado por Carlos Rosales, Javier Carmona, Sebastián Zúñiga, Kamo Rincón y Miguel Carranza, músicos de la escena rock, metal y jazz del país, reconocidos por haber trabajado en proyectos como Pr1mal, DeepTrip, The Klaxon, Lukuma, Doomsawyer y Pigsher, entre otros. Ellos no son unos bananos cualquiera, han sido los encargados del show de apertura de bandas como Metallica y Slipknot, han participado en varias ediciones de Rock al Parque y viven de su trabajo como diseñadores gráficos o publicistas.
El resultado del suicidio de Santodomingo Lafaurie dejó el álbum Teorías hilarantes de conspiración de un banano hipercubicósmico, que reúne siete canciones y dejó una especie de museo virtual en el que la música es acompañada por ilustraciones realizadas por diferentes artistas visuales. El recorrido se mueve entre el funk, el humor (un poco escatológico), las guitarras distorsionadas, el rap y los samples de películas y series de televisión que sobreviven en la memoria de todos.
Para los noventeros nostálgicos, hicieron un disco compacto que contiene stickers, letras y enlaces a la web. Para los que creen que ya no hace falta tener en sus manos más que un teléfono celular, Flying Bananas dejaron toda su música, arte y videos en Internet.
Es hora de volar como bananos:
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