¿Es amor o dependencia emocional?
Muchas veces la frontera entre un vínculo emocional saludable y una relación de codependencia se vuelve borrosa. ¿Cómo podemos advertir red-flags para darnos cuenta? ¿Qué podemos hacer para establecer relaciones afectivas más sanas?
Sin importar el tipo de relación, ya sea pareja, amigos o familia, para mí, el amor tiene el papel de empatizar, sanar, cuidar y enriquecer, teniendo como base el crecimiento mutuo. El amor es todo aquello que estamos dispuestos a hacer por el bienestar de otros y que otros están dispuestos a hacer por el nuestro y, como seres sociales, en muchos momentos dejamos nuestra individualidad para tomar decisiones que superan los intereses personales y optan por los colectivos.
Nos necesitamos los unos a los otros de maneras simples y complejas, desde ese amigo inseparable que estuvo allí para sacarnos de la peor tusa, hasta la persona que justo en este momento está cultivando los alimentos que van a llegar a nuestra mesa. Nos necesitamos como apoyo, como sustento, como cuidadores, como prestadores de servicios y, por supuesto, nos necesitamos para amar y ser amados.
Sin embargo, en este camino de amor generoso e incondicional, la dependencia emocional es aquella línea difusa y fácil de cruzar donde absolutamente toda nuestra felicidad y estabilidad emocional queda en manos de un tercero y donde nuestra vida pasa a girar completamente en pro de la de otra persona. Para el doctor Mauricio Polanco, docente de psicología en Unisanitas, cuando hablamos de dependencia emocional nos referimos a la “obsesiva necesidad por complacer y satisfacer al máximo al otro a costa del bienestar propio. La dependencia termina siendo dañina, insana y tóxica ya que no permite desarrollar y ejercer la autonomía necesaria para alcanzar los intereses y deseos personales”.
Lo más complejo de vivir en una relación dependiente emocionalmente, es el ejercicio de control que se ejerce sobre una de las personas en la relación, lo que muchas veces termina en manipulación emocional y abuso psicológico. En este sentido, reconocer que se está en este tipo de relaciones tóxicas se vuelve aún más arduo teniendo en cuenta que es muy fácil confundirla con una relación sana ya que la dependencia emocional suele camuflarse fácilmente como actos de compromiso, generosidad y amor incondicional.
En este orden de ideas, para el doctor Polanco, el primer paso es analizar qué tipo de relación tenemos y si realmente es tan sana como creemos, “una relación sana debe ser constructiva, brindar apoyo mutuo, dar soporte emocional y experimentar empatía, pero sobre todo, debe busca la realización mutua y solidaria, por lo que no es egoísta ni procura el bienestar de una sola persona. En una relación sana se debe poder reconocer abierta y transparentemente que su felicidad o bienestar no dependen de la felicidad que otro le pueda procurar”.
Por el contrario, la dependencia emocional tiene ciertas características específicas que le pueden ayudar a reconocer si usted o por ejemplo, su pareja tienen este tipo de comportamientos. En primer lugar, las emociones y el comportamiento de una persona dependiente suele estar determinado por factores como baja autoestima, inseguridad, necesidad de aprobación, sentimientos de inferioridad, inmadurez emocional o depresión. Adicionalmente, para el doctor Polanco, algunas señales que pueden significar dependencia emocional en otros o en si mismos:
- Su estabilidad emocional y felicidad dependen de alguien más.
- Le teme a la soledad y a pasar tiempo consigo mismo.
- Su realización personal y proyecto de vida está condicionado por el de alguien más.
- Tiene problemas para relacionarse con personas fuera de su círculo.
- No establece límites claros.
- Tiene complejo de “salvador”, siente la necesidad de rescatar al otro todo el tiempo.
- No suele racionalizar las decisiones que toma y busca resolverlo todo a través de las emociones.
- Chantajea y manipula emocionalmente al otro.
- Bajo el argumento de que “da todo de sí mismo”, si la otra persona no responde de manera positiva a sus demandas, opta por victimizarse.
- Hace sentir culpable a la otra persona de no ser tan dependiente como el.
- Es obsesivo emocionalmente.
- Tiene un sentimiento excesivo de responsabilidad hacia otra persona pero no hacia el mismo.
En caso de distinguir alguna de estas señales o en la persona con la que usted tiene relación, el primer paso es poder reconocer de manera sincera y honesta la relación disfuncional que se ha gestado a partir de los comportamientos dependientes. Después de la aceptación, será fundamental optar por ayuda psicológica o psiquiátrica profesional, acompañada de un fortalecimiento de las redes de apoyo. Para el doctor Polanco, “en estos casos es fundamental trabajar permanente en sí mismo y esto se da a través de acompañamiento psicológico. A través de este acompañamiento lo que se busca es fortalecer los espacios de independencia, establecer límites, identificar el origen de estos comportamientos, entre otros factores”.
Finalmente, es importante tener en cuenta que la dependencia emocional no se reduce a las relaciones de pareja sino que puede reflejarse en todo tipo de relaciones: familiares, amigos e incluso relaciones laborales. Sin importar su naturaleza, son relaciones que como ya lo mencioné anteriormente, se definen por ser poco equitativas y perjudiciales, “las relaciones de dependencia emocional pueden presentarse en cualquier contexto, aunque suelen ser más evidentes en las parejas. En el caso de las familias es más común que se presenten cuando hay situaciones particulares como alguna adicción o enfermedad, y en lo laboral se observan en personas que buscan obsesivamente complacer o suplir las tareas de otros. Sin importar el contexto, es necesario estar atento a las señales de alerta”, afirma Polanco.
Como la romántica irreparable que soy, creo que el amor es aquello que necesitamos obtener y entregar, pero que irreparablemente debe empezar por nosotros mismos. No obstante, trabajar en relaciones alejadas de la dependencia emocional no debe confundirse con el desinterés, la falta de responsabilidad emocional, el egoísmo o con la usual coraza que afirma que “al demostrar menos hay menos posibilidades de salir herido”. Para mi el amor debe ser extenso, entregado y responsable, no debe temer ser vulnerable ni suave, pero así mismo, debe centrarse en el crecimiento mutuo y en la certeza absoluta de que no se puede hacer feliz a otros sin antes hacernos felices a nosotros mismos.
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