Flow sin caer en lo vulgartón
El reggaetón, con su inevitable omnipresencia, ha convertido a la fiesta latinoamericana en un amasijo de letras absurdas –muchas veces ofensivas– y ritmos predecibles. Señal Radio Colombia nos invita a escuchar una música que no pierde la sabrosura pero que está muy lejos de ser vulgar.
Si usted es de aquellos que se dejan seducir por los sonidos hechos en computador –que sirven para poner a prueba cualquier bocina o parlante–, de los que lo empujan a la pista a derrochar sensualidad sonoridades destacadas por algunas y algunos como impuros, facilistas y cuyas letras rayan en lo vulgar, hay una buena noticia si ha pensado en encausar su vida y ponerle al esqueleto un poco mas de corazón.
Si su estilo contiene toneladas de “flow” no necesariamente tiene que pertenecer al polémico mundo del reggaetón, uno de los ritmos más virales, juzgados y curiosamente populares de los últimos años. El mundo de la música ofrece actualmente afortunadas posibilidades para deleitarse con beats cadenciosos, letras frescas, novedosas combinaciones y pegajosas melodías, eso sin perder el control, sin ofensas al universo femenino y sin dedicatorias a personajes clandestinos y sospechosos.
Para comenzar puede inclinarse por agrupaciones como Chocquibtown o Bomba Estéreo, quienes vendrían siendo los precursores de este gran cambio en la sonoridad. Ellos lograron colarse en los gustos de quienes buscaban un sonido contundente, pero prefirieron alejarse de las gorras rectas y puestas de lado. Si lo que busca son sonidos caribeños electrónicos, piense en conectarse con Pernett –el hombre del afro abundante y la canción que afirma que huele a mariacachafa–, los colores y la psicodelia de Systema Solar también pueden llevarlo por el universo del descontrol e incluso inducirlo a reflexionar sobre algunos importantes asuntos ambientales.
Ahora, si de verdad lo que busca es algo que lo haga mover el esqueleto, pues un colectivo con mucho flow y estilo es la mejor opción: ellos son El Freaky y se han dedicado últimamente a invitar a grandes jerarcas de la música folclórica y tradicional colombiana a sus canciones experimentales, logrando al final mezclas muy notables.
De pronto ya lo sabe pero el “vulgartón”, tan difícil de definir, tiene su origen al parecer en el reggae y el soukus o la rumba africana, una base rítmica de bajos o golpes de tambores, así que regresar a la raíz puede ser una buena alternativa. Agrupaciones emergentes como Morena Beat, Urabá Conexión, Zalama Crew o Kartel Pacífico exploran estas síncopas de manera respetuosa y hasta elegante.
Con todas estas opciones es necesario detenerse a reflexionar sobre asuntos tan delicados como las letras, lo cual no quiere decir que una canción para que sea aceptada deba llevar la prosa por ejemplo de “La miseria humana”, de Lisandro Mesa, pero sí por lo menos evitar composiciones ofensivas o denigrantes, sexuales o sin sentido, como es tan común en ciertas melodías que, para colmo de males, proliferan y se propagan cual virus en las mentes de los latinoamericanos; sobre todo de los niños, presas fáciles para absurdos compositores. Por eso, si usted aún cuida ese pequeño que todos llevamos por dentro o, más complicado aún, tiene hijos, hermanos, sobrinos o cualquier infante que desee proteger, ofrézcale algunas de las anteriores opciones y rescate a una buena alma del bajo mundo del “vulgartón”.
@jennyconsabor
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