Matisyahu más allá de su barba
Este artista estadounidense estará en Colombia por segunda vez. Hablamos con él sobre su proceso creativo, la confrontación político-religiosa a la que se ha visto sometido y la transformación de su sonido.
¿Cómo describiría la transformación de su estilo, el sonido característico de Matisyahu?
Comenzó teniendo influencias indias pero gracias a la reinvención que yo estaba buscando en mi música, incorporé bajos que sonaban como reggae –de Bob Marley y eventualmente dancehall– combinado con el hip hop con el que crecí y elementos del rock, con estilos como los de Grateful Dead, por ejemplo, que se han ido combinado con los años. Es escuchar y entender cómo el sonido te ha cambiado con los años y sigue cambiando cuando lo tocas en vivo.
¿Cómo ha sido el camino desde el joven que quería jugar hockey hasta convertirse en músico?
Yo creo que básicamente seguí un proceso que es muy importante para mí y fue crecer como persona. Cuando salí al otro lado de eso, me di cuenta de que mi sueño se estaba manifestando a través de la música y la religión y de la búsqueda de cambiarme por dentro. Yo crecí jugando hockey sobre hielo y sigo practicando deportes como baloncesto, lacrosse o snowboarding, que hago religiosamente todos los años, pero el hockey sigue siendo muy importante para mí.
¿Cómo es su proceso creativo? ¿Necesita de un lugar o ambiente especial para crear música?
Lo que estoy haciendo ahora es buscar lugares que estén impregnados de mucha música. He tenido la gran oportunidad de trabajar con excelentes músicos y básicamente los veo como superhéroes, dejo que saquen sus poderes y los aprovecho: lo que hago es juntar y dejar que saquen su sonido y su color natural, ensamblo y mezclo todas esas piezas juntas. También busco grabar mucho en vivo para que toda esa espiritualidad se conserve.
Muchos seguidores fueron críticos de su cambio de look porque “ya no luce tan espiritual”, ¿qué les diría?
Fue muy duro porque realmente parece que la gente no es fan de tu música sino que te ata a un estereotipo de “ser judío”. Eso me abrió la mente y me hizo dar cuenta de que la gente sigue muchas cosas, incluso solo a un tipo con barba o van a tus conciertos porque quieren escuchar “King without a Crown”, pero igual yo sigo tocando, sigo haciendo música a donde sea que eso me lleve.
Respecto a lo que ocurrió en el festival de Valencia, España, en el que el Movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones de Palestina le pidió que hiciera declaraciones sobre su posición frente al zionismo y al conflicto en Medio Oriente, ¿cree usted que los artistas tienen una responsabilidad política?
Los organizadores del festival me contactaron para que hiciera un video o una carta que explicara mi posición, pero mi música habla por sí misma y me parece ofensivo que traten de obligarme a hacer declaraciones políticas. Yo he encontrado en el judaísmo un estilo de vida y una filosofía, y mi música tiene gran parte de eso, pero practico su espiritualidad; por eso, aunque siempre esté presente, a veces también se vuelve parte del paisaje.
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