¿Quién pidió pollo? Chapinero y sus mejores pollerías
Hoy, Día Internacional del Pollo Frito, nos dimos un bote por la diversa localidad de Chapinero para recomendar una serie de pollerías sobresalientes. No son todas, pero por algo se empieza. Póngase los guantes y péguele a esa presa.
El 6 de julio es el Día Internacional del Pollo Frito, una celebración “mundial” que tiene su origen, para sorpresa de nadie, en la cultura de Estados Unidos. La popularidad del pollo frito empieza a finales de la Segunda Guerra Mundial cuando el negocio de Harland David Sanders, mejor conocido como el Coronel Sanders, dejó de ser una novedad en una pequeña estación de servicio de Corbin, Kentucky, para convertirse en un referente de la gastronomía popular de su país. El uso de una freidora a presión le permitió expandir su negocio al mejorar los tiempos de servicio, mientras perfeccionaba una receta clásica de 12 especias, patentada en 1940, y que hoy reposa blindada en una caja fuerte, bajo muros de concreto y vigilada por cámaras de seguridad.
Pero en Colombia las cosas no son exactamente iguales. Aquí el pollo se hace sudado, en pechuga o asado en un particular carrusel de grasa y colores ocre y acaramelados. Aquí el pollo se vive como parte de la cotidianidad, siendo una de las comidas más populares de la dieta colombiana. Según cifras de La República, en 2021 el consumo per cápita sumó 33,2 kilos en promedio, una cifra nada desdeñable a la luz de que la carne suma 17,3, casi la mitad. El pollo es versátil, barato y sale con todo. Por eso, en este Día Internacional del Pollo Frito, decidimos recorrer algunas pollerías de Chapinero para ver qué encontrábamos. Entre la novedad y la historia, entre el almuerzo familiar y el parche de desenguayabe, estos son los pollos que más disfrutamos al pasear por la localidad histórica.
La Cósmica Pollería
(Cl. 62 #9A-28)
Al lado del Teatro Libre, cerca a la Estación de Bomberos, se esconde esta discreta joya de la nueva gastronomía colombiana. Fundada hace cinco años, La Cósmica juega con el éxito de las recetas de pollo frito, o broaster, de Nashville para crear un producto único y lleno de sabor. El secreto está en el uso de la pimienta cayena como parte de las especias que acompañan su pollo y el uso inteligente del formato de la hamburguesa para jugar con los sabores del ave y sus complementos: pepinillos, cebolla y, sobre todo, las salsas. También juegan con la presentación del pop-corn de pollo, una variación de otra de las recetas principales de KFC que ofrecen en la misma variedad de sabores a las de sus sánduches, pero que funcionan como bocados que se pueden bañar en salsas, complementando la experiencia. El local tiene un toque inspirado en el arte urbano, con sendos grafitis ocupando las paredes, y está repleto de stickers. Es un espacio ameno, de servicio rápido y perfecto para empezar una noche de fiesta, o recuperarse de una al día siguiente.
Pollos don P.P.
(Calle 63 #11-69)
Al lado de la iglesia de Lourdes se erige el local de Pollos don P.P., ícono de los últimos cuarenta años cerca a la histórica plaza. Don P.P. es la pollería típica colombiana, en la que los pollos giran sobre su propio eje hasta alcanzar el punto de cocción perfecto. El personal del local es eficiente y el pollo se sirve con velocidad, pues esta es una zona de numerosa afluencia. Una de las particularidades del espacio es que, antes que acompañar el plato con papas fritas o yucas, se ofrece un pan francés como complemento, además de la posibilidad de pedir una tortilla española sobresaliente para darle un giro “europeo” a la experiencia de untarse dedos y mentón con grasa brillante. Don P.P. es tradición y eficiencia, una receta que no ha mutado en décadas, pues el pollo siempre está en su punto y el cuero en el color preciso que lo hace entrañable. Los precios, también, son muy cómodos.
La Suerte Pollo en Caja China
(Calle 54 #7-26)
Este restaurante abrió sus puertas en 2019 y, desde entonces, no ha dejado de recibir clientes. Su método de preparación se lleva a cabo en la peculiar caja china, lo que le da un sabor muy jugoso al pollo. Contrario a lo que reza la leyenda, que habla de un instrumento de tortura para calcinar a esta población asiática, la caja china fue inventada por un cubano, quien tomó inspiración (eso sí) de una familia china en la Habana que cocinaba con un método similar. Todos los platos de La Suerte se realizan en este aparato que le da un sabor riquísimo y fresco, que resalta el cuero del pollo y empapa de sazón la carne blanda. Los complementos y las cuatro salsas de la casa son de otro mundo, especialmente los palitos de queso crocantes de los que se desprende una elástica tira láctea al romperse. Son perfectos. La Suerte está localizada en un lugar estratégico entre las universidades y las zonas de rumba de la localidad, por lo que es un espacio perfecto para preparar el estómago. En vez de tomarse unas frías apenas llega la noche, puede acompañar un pollo jugoso con una salsa negra de cerveza llena de sabor.
Oliva Kim Chicken
(Calle 41#8-19)
El pollo frito coreano tiene una corteza delgada, casi transparente, muy crujiente que lo ha convertido en uno de los platos de comida rápida en auge alrededor del mundo. Este pollo generalmente se sazona con especias, azúcar y sal, antes y después de freírlo, lo que le permite tener muchísimo más sabor. Después de freír, el pollo generalmente se pinta a mano con un pincel untado de salsa. Oliva Kim Chicken queda muy cerca a la Universidad Javeriana y se ha convertido en un enclave importante de la comunidad coreana en la ciudad, además de un favorito particular de la zona por su propuesta cargada de sabor. Es una explosión de sabor que entiende también las particularidades de nuestra cultura gastronómica, por lo que es un plato novedoso, pero cercano a nuestro horizonte de expectativas. El pollo es crocante y jugoso y las salsas que lo acompañan se conjugan en el paladar con delicadeza para ofrecer una experiencia emocionante y, sobre todo, deliciosa.
416 Wings
(Cl. 65 #4-07)
Cerrar esta lista sin mencionar alitas de pollo sería como colarse a una fiesta de quince y no bailar con la homenajeada (este símil no está basado en experiencias personales del autor). Y es que 416 Wings es todo lo que está bien en el difícil arte de las alitas de pollo. Son porciones generosas, innovadoras, cargadas de salsas con identidad y de sabores distintos. Pero no termina allí: 416 Wings ofrece una variedad de platos que van desde el arroz chino hasta las hamburguesas de carne y pollo. Con una influencia coreana en algunas de sus preparaciones, estas alitas ofrecen hasta dieciocho salsas distintas para acompañarlas, por lo que representan una posibilidad versátil a la hora de ponerse de acuerdo entre amigos a la hora de elegir. Varias veces han aparecido en esos listados arbitrarios, como este, sobre las mejores alitas, pero es que lo valen. Precios cómodos, sabores diversos y una carta con varias cervezas internacionales y locales hacen de este sitio un lugar ideal para compartir con amigos o con nuestra pareja. Después de todo, no hay nada más romántico que limpiar la salsa picante de la barbilla de esa persona que hace mejor nuestros días. Solo digo.
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