Pasar al contenido principal

 

Escribe más de 3 caracteres

pérdida de tiempo

Qué pérdida de tiempo: sobre el ocio y la creatividad

Ilustración

¿Por qué es tan maravilloso perder el tiempo? ¿Por qué tantos creativos necesitan del ocio absoluto y contemplativo en sus rutinas? Tendido al sol, ocioso y reflexivo, el autor nos invita a explorar brevemente la importancia del tiempo gastado en observar sin propósito ni continuidad, atendiendo apenas a la ocurrencia del presente.

En los Jardines de Villa Borghese de Roma hay un pequeño lago con un templo de estilo griego que protege una estatua de Esculapio, el dios de la Medicina. La vista es hermosa. En la oscuridad verdosa del agua se refleja el mármol del templo y del dios, algunos árboles frondosos y, en las tardes, el sol. Es un lago en el que nadan las gaviotas y las parejas alquilan botes de remo para alejarse de la orilla y besarse. Es lindo perder el tiempo ahí. Por lo general, las personas que van a un parque no tienen ninguna pretensión, acaso la de caminar, descansar, y ver cómo el tiempo avanza estirando las sombras de las bancas.

Cuando era niño, mi familia solía ir los domingos al Parque Simón Bolívar de Bogotá a comer pollo asado y jugar fútbol. Iban mis primos, mis tíos y los tíos de mis tíos. Después de almorzar, casi todos, hombres y mujeres, nos repartíamos en dos equipos y jugábamos hasta que el juego perdía encanto y paulatinamente los adultos se sentaban en el pasto a echar chisme y ver pasar a la gente. Solo unos pocos insistíamos tercamente en pasear el balón de un lado a otro hasta la hora de irnos.

Dejamos de ir al Simón Bolívar hace muchos años, algunos familiares migraron y otros murieron, y entretanto a mí se me quedaron grabadas esas imágenes que parecen tomadas de un cuadro impresionista en donde las personas pierden el tiempo viendo pasar personas con un gesto aparentemente ultraburgués: las piernas en posición de sirena y la mirada altiva recibiendo de lleno el sol. El tiempo avanza, las cosas cambian y aún persigo esas imágenes de la quietud.

Ahora mismo, podría decir que perder el tiempo en Villa Borghese es igual a perderlo en el Simón Bolívar o igual a perderlo asomado a la ventana de mi casa. Aunque el paisaje cambia, la sensación es la misma. Pero, ¿qué sensación es esa? ¿Qué es lo que emerge cuando no hago nada diferente a ver a las personas desplazarse de allá para acá viviendo sus vidas? Incluso puedo preguntarme si hay una decisión consciente en sentarme en una banca o pararme en el marco de la ventana y quedarme en esa posición diez, quince, treinta, sesenta minutos. De Villa Borghese lo que menos me interesa son el lago y Esculapio, a pesar de su innegable belleza. Es fácil perderse en vistas hermosas: el atardecer, el mar, los árboles, una pintura. Pero no es solo eso, sobre todo es la gente y su movimiento lo que me inquieta.

Durante los días de Villa Borghese, leí un ensayo del escritor mexicano Sergio Pitol en el que se pregunta por esa vieja dicotomía entre la vida o la obra, entre salir a gozar del mundo o encerrarse en el estudio a trabajar. No hace falta ser artistas para preguntarnos por la vida o la obra. En este caso, ¿qué es la vida sino perder el tiempo? 

En el texto, Pitol recuerda una tarde de cuando vivía en Varsovia y trabajaba en la selección y traducción de algunos autores para una antología del cuento polaco. Su escritorio estaba ubicado junto a una ventana con vista a un parque en el cual, nos dice, es fácil distraerse con las lilas de los jardines y las personas que pasean por los senderos, sus abrigos largos, su actitud festiva. Desde la ventana ve el barullo de la vida: tres tipos entran al parque y se sientan en una de las bancas; uno de ellos viste uniforme militar, otro tiene la actitud de un estudiante universitario, y el tercero parece recién llegado de una provincia a probar suerte en la ciudad, tal vez con la esperanza de casarse con la heredera de algún magnate. “Es muy joven y posee una imaginación tan ardiente como corta”, dice Pitol.
Al mismo tiempo, tres mujeres entran por la esquina opuesta y se sientan en otra de las bancas; la primera trabaja en la librería que hay en esa calle y espera a una compañera para agarrar el bus a casa, la segunda es estudiante de lenguas, y la última, mucho mayor pero más atractiva, toma unos minutos de sol antes de salir al cine a encontrarse con su esposo. Aunque Pitol no tiene forma de saber nada sobre esas personas, tampoco hay dudas de lo que nos cuenta sobre ellas.

La observación trafica descaradamente en la frontera que la separa de la imaginación. Todos tenemos experiencia en el terrible juego de imaginar cuál es la vida que viven los que están sentados junto a nosotros en el bus, los que comen en la mesa diagonal a la nuestra, los que corren a cruzar la calle mientras nos tomamos el tinto de la tarde. Un juego más en el que el tiempo se deshace en la punta del ojo.

Al cabo de un rato de trabajo, Pitol vuelve a mirar por la ventana y ve salir desde detrás de unos espesos setos de arbustos al joven de imaginación ardiente y a la mujer mayor. Ambos se despiden con falsa distancia y toman caminos opuestos. Ella camina en dirección al edificio de Pitol, él la ve detenerse, abrir el bolso, extraer un espejo de mano y contemplarse en él y guardarlo satisfecha porque ningún cabello ha quedado fuera de lugar. Eso es todo. Pitol se deja llevar por el juego, su mirada contrabandea una historia apasionada desde el otro lado de la frontera. Y entonces parece decirnos que la dicotomía entre el trabajo y la vida es ridícula porque las cosas siempre estarán desplazándose hacia alguna otra dirección a pesar de nosotros. Una forma valida de enfrentar el tiempo es perderlo. ¿Acaso hay algo más valioso que olvidar el trabajo y el ritmo frenético de los días para dejarnos arrastrar por la madeja de historias que rueda frente a nosotros?

Lo inquietante de ver gente tal vez sea el juego al que nos invita. No hablo de la idea fácil de que toda vida es un misterio a revelar; sino de aquella en la que ese misterio está inscrito en uno mucho más grande (en el que también están las lilas del parque, los balones de fútbol, las gaviotas, el lago, el templo de Esculapio) que es inútil descifrar y, por tanto, basta con mirarlo con detenimiento.

Algo nos envuelve en ese movimiento de la gente viviendo su vida, nos devuelve preguntas sobre cómo vivimos la nuestra.

En la tarde de Villa Borghese hay unas bancas junto al lago. En la banca que tengo en frente hay dos argentinas comentando la boda de algún amigo en común. Hablan con entusiasmo y ríen con entusiasmo sobre la disposición del salón, la ubicación de las mesas, el vestido de la novia, los votos, la comida, la fiesta. “El chisme es mi pasión”, dice mi acompañante de repente, burlándose de mí y de sí misma al darse cuenta de que ambos estamos ansiosos por saber qué sucedió en la boda. 

En la banca a mi izquierda hay una pareja joven pintando con acuarelas sobre un pedazo de papel. Ambos levantan la mirada al lago y luego la devuelven para marcar un trazo. Las gaviotas bajan al agua para refrescarse. Algunos enamorados ríen de su inexperiencia con los remos; se besan. Imagino que tal vez se besan en secreto, esperando nunca ser descubiertos. Yo me pregunto algo que olvido de inmediato. No estoy buscando respuestas. Por mucho, busco ver los dibujos de la pareja. Eso me basta. Quiero quedarme en el chisme y en el movimiento de tanto movimiento.

Aquí me quedo otra hora perdiendo el tiempo.

Brian Lara

Bogotano, literato y administrador de empresas. Ha publicado entrevistas, perfiles y ensayos sobre ilustración, literatura, teatro, música, salud y medio ambiente para las revistas Bacánika, Bienestar Colsanitas y Arcadia. Eso, en el tiempo que le queda luego de jugar Play. 

Bogotano, literato y administrador de empresas. Ha publicado entrevistas, perfiles y ensayos sobre ilustración, literatura, teatro, música, salud y medio ambiente para las revistas Bacánika, Bienestar Colsanitas y Arcadia. Eso, en el tiempo que le queda luego de jugar Play. 

Cultura Pop
Le puede interesar

Mientras pasa este invierno, invitamos a Yoda a ilustrarnos esta antología de canciones para cantar a grito herido en medio de este clima gris.
Yoda
-Noviembre/22/2024
¿Se ha preguntado de dónde vino el objeto que le está permitiendo soportar los bochornos actuales? La autora nos cuenta en este refrescante texto.
Andrea Yepes Cuartas
Andrea Yepes Cuartas
-Noviembre/21/2024
Junto a varias invitadas especiales y más de 5.000 asistentes, el festival culminó cinco días de arte urbano lleno de mujeres referentes de las artes. Aquí un recap.
Cristina Dorado Suaza
Cristina Dorado Suaza
-Noviembre/20/2024
Con los años cumplir años no es lo mismo: estas celebraciones tan antiguas como la humanidad se pueden llenar de sensaciones complejas. Aquí una mirada.
Laura Daniela Soto Patiño
Laura Daniela Soto Patiño
-Noviembre/19/2024
¿Quién no ha quedado cautivo de esas imágenes que parecen salidas de una hermosa pesadilla? Aquí una carta de amor de un fan de esas películas.
Juan Sebastián Lozano
-Noviembre/18/2024
Si algo nos dejó claro este año es que cualquier banda es susceptible de resucitar. Aquí un homenaje a esas bandas se animaron a volver veinte años después.
Raúl Orozco (Raeioul)
-Noviembre/15/2024
Desde el Egipto faraónico hasta las cocinas de América, la levadura, la harina y el agua han hecho maravillas con la historia. El autor nos cuenta.
Juan Sebastián Sánchez H.
-Noviembre/13/2024
Tiny Lulo, Juanchaco y Caroca explorarán en tres activaciones en vivo todo lo que es capaz de hacer la Samsung Galaxy Tab S10. Te contamos los detalles.
Bacanika
Bacánika
-Noviembre/13/2024
¿Cuántas horas invertimos en crear piscinas, romances y cementerios? La autora nos recuerda esos días gastados en imaginar la vida adulta.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Noviembre/12/2024
“Cuando sea grande” fue una frase con la que nos imaginamos cosas muy distintas a las que descubrimos con los años. Aquí algunos descubrimientos.
Gusanillo de tierra
-Noviembre/08/2024
Aunque son una compañía cada vez más popular, son pocos los que conocen las plantas que tienen en casa. Aquí se las presentamos para que las pueda cuidar.
Valeria Herrera
-Noviembre/07/2024
¿Cómo nacían los metaleros antaño en los hirvientes aires del Magdalena? En este capítulo de su libro sobre Master of Puppets, el autor nos cuenta.
Chucky García
Chucky García
-Noviembre/06/2024
Museos nocturnos, nuevos espacios y muestras nacionales e internacionales: aquí nuestros recomendados en Cali, Bogotá, Medellín y Cartagena para noviembre.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Noviembre/06/2024
Que no lo vaya a coger la noche con el portafolio y los papeles: aquí está nuestra selección de convocatorias para creativos en lo que queda del año.
Bacanika
Bacánika
-Noviembre/05/2024
La noche de ayer en la gala de premiación en la Galería Nueveochenta de Bogotá, se dieron a conocer los nombres de los ganadores del galardón.
Bacanika
Bacánika
-Octubre/31/2024
Aparte del 31 de octubre, somos muchos los que nos hemos tenido que poner una de estas fachas para vivir un día de brujas en cualquier punto del año.
Colectivo Guacala
-Octubre/30/2024
¿Qué se hace con el deseo de crear cuando el de criar no deja tiempo? Desde su relación con la escritura, María Fernanda Cardona reflexiona al respecto.
Las relaciones, la autoimagen y el día a día de quienes padecen TLP están marcados por altibajos intensos. Aquí un vistazo a cómo es vivir con la condición.
Brian Lara
-Octubre/22/2024
En Caldas, el Quindío y Risaralda, el muralismo crece desde el trabajo con comunidades que integran los murales al paisaje local. Aquí la historia.
Melissa González
-Octubre/21/2024
“Geranios y conejos” es el nombre de la obra finalista de este artista bogotano, uno de los pintores jóvenes más destacados de su generación.
Ángel Unfried
Ángel Unfried
-Octubre/20/2024
Dedicarse a las labores creativas es también una escuela de vida: invitamos a Pautipeep a mostrarnos con sus viñetas cinco de sus duras lecciones.
Pautipeep
-Octubre/18/2024
¿Qué distancia separa una mesa de tres patas de una escultura? El autor nos cuenta alrededor de esta mesa donde reposan libros, flores y más de una historia.
Nicolás Rocha Cortés
Nicolás Rocha Cortés
-Octubre/17/2024
En un mundo de mercados y herramientas cambiantes, buscamos algunas respuestas y opiniones al respecto en este reportaje sobre la vida creativa.
Jorge Francisco Mestre
Jorge Francisco Mestre
-Octubre/16/2024
El 17 de octubre a las 6:00 pm inaugura en Galería Nueveochenta la muestra curada por Elías Doria; la entrada será libre con coctel de bienvenida.
Bacanika
Bacánika
-Octubre/15/2024
Mapa Teatro propone una nueva versión de La Vorágine desde la voz del pueblo Nukak. Le contamos los detalles de esta impresionante experiencia inmersiva.
Bacanika
Bacánika
-Octubre/15/2024
Con 17 ediciones impresas, Revista Cucú se ha posicionado como referente entre un público selecto: los más chicos del país. Aquí su historia.
Cristina Dorado Suaza
Cristina Dorado Suaza
-Octubre/11/2024
El diseño y la ciencia se observan en esta historia. Desde las primeras civilizaciones hasta la actualidad, las gafas han sido una lucha por ver(se) mejor.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Octubre/10/2024
En Colombia tenemos productos extraordinarios para todos los paladares, como estas seis delicias regionales, ilustradas por FEN. ¿Ya las conocía?
Laura Daniela Soto Patiño
Laura Daniela Soto Patiño
-Octubre/09/2024
¿Qué cambia en nosotros cuando dibujamos lo que tanto nos cuesta nombrar? El autor nos cuenta en este testimonio sobre el poder del dibujo íntimo.
Sebastián Barragán
-Octubre/08/2024
¿Debería importarnos cómo hablamos de las especies, territorios y comunidades en torno a la biodiversidad? Sí, y mucho. Dos narradores nos cuentan.
Tierra que se destaca por la ternura y sonoridad de sus palabras, invitamos a Caroca a ilustrar algunas de nuestras favoritas. ¿Ya las conocía?
Carolina Cardona (Caroca)
Carolina Cardona (Caroca)
-Octubre/04/2024
Desde Pereira, Cali, Medellín y Bogotá, estas muestras de arte y espectáculos son los recomendados de Bacánika para que se programe para un mes cargado.
Bacanika
Bacánika
-Octubre/03/2024