Mi amiga la copa menstrual
¿Son justificados nuestros temores frente a la copa menstrual? Hacer el tránsito y acostumbrarse a ella no es fácil. Aquí le tenemos un par de situaciones charras que le pasan a muchas, para que se sienta acompañada en el proceso.
ontrario a lo que se configura en nuestras creencias desde que somos niñes, la menstruación no tiene porqué ser una vivencia vergonzosa, incómoda e indigna. Cada día hay más personas que buscan alternativas que les permitan menstruar con dignidad y comodidad teniendo consciencia sobre el impacto de estas decisiones en su salud y bolsillo, al igual que en el medio ambiente.
La copa menstrual es un dispositivo que se empezó a usar a comienzos del siglo XX, durante la primera guerra mundial, y que tuvo que dejarse de fabricar debido a la falta de materia prima necesaria para su elaboración, así como por los prejuicios que existían en la época en torno al período y la repulsión que causaba tener un contacto tan cercano con la sangre menstrual.
La copa menstrual es un dispositivo asiliconado que se inserta en la cavidad vaginal, puede almacenar más sangrado que un tampón, permanecer en el cuerpo hasta 12 horas, no presenta fugas (si está bien puesta), proporciona mayor libertad de movimiento y hasta puede ser utilizada mientras se tienen relaciones sexuales. Es un invento moderno, cómodo y económico a largo plazo (tiene precio promedio de 80.000 pesos y dura diez años) y que si se compara con las toallas y tampones, su uso mejora la percepción que se tiene sobre el ciclo menstrual porque normaliza la experiencia, permite que la persona explore y conozca su cuerpo con más naturalidad y puede ser una forma de combatir estereotipos y prejuicios sobre la relación que tenemos con nuestros cuerpos y sus procesos.
Al animarnos a probar la copa, las primeras veces pueden parecer una película tragicómica escrita por Tarantino. Hay un montón de situaciones que es posible que nos pasen, puede que estemos llenas de nervios completamente válidos debido a la falta de información que nos ha asediado culturalmente. Lo importante es entender que nos suceden a muches, que hace parte del proceso de intentar un nuevo método de higiene menstrual, y que si nos apoyamos y lo charlamos, se disminuirá la preocupación, o al menos, nos reiremos, compartiremos experiencias y seguiremos intentando.
Esto te puede pasar:
Tranquile, sí te va a caber, es importante que escojas una copa adecuada para ti. Las copas vienen en varios tamaños y densidades, la elección depende de tu edad, altura del cérvix, cantidad de flujo, si has dado a luz, entre otros aspectos, así que asesórate, explorar tu cuerpo puede ser de ayuda, y escoge una copa que se adecue a tus características. Para introducir la copa es necesario doblarla, hay muchas formas de hacerlo y puedes probar todas hasta que encuentres la que mejor se adecúe a tu cuerpo y tus gustos.
Es probable que las primeras veces que vayas a utilizar la copa, debido a los nervios, la entrada de tu vagina pueda estar muy seca, lo que dificulta su entrada. Nunca pruebes la copa por primera vez si tienes afán: tómate tu tiempo, ponte en un lugar cómodo, explora posturas, charla con une amigue que te tranquilice. Mira videos, lee y guarda en tu cabeza la idea de que estás a salvo y que es algo nuevo que mejorará tu experiencia menstrual. De acuerdo con la Dra Adriana Ramírez, ginecobstetra adscrita a Colsanitas, si sientes que estás muy seca en el área, puedes utilizar un poco de agua para facilitar la entrada.
Pensar que la copa entrará pero nunca más volveremos a verla, es normal, incluso es normal no sentir la colita que tiene la copa. No te preocupes, la vagina no es infinita, la cavidad mide entre ocho y once centímetros: va a salir. Cuando tengas la copa “perdida”, la Doctora Adriana Ramírez sugiere que aprietes los músculos del periné, como si fueras a orinar, ya que este movimiento empuja hacia abajo la copa.
Sacar la copa las primeras veces puede ser complicado, sobre todo si no conoces tu cuerpo y tu vagina. Son necesarios varios intentos y posiciones, también entender que la cavidad vaginal es elástica y que sí te van a caber los dedos para extraerla. Intenta conservar la calma, la copa saldrá. Hay otro temor frente a la salida de la copa y es la idea de que la copa está “pegada” a tu cuerpo, la solución a esto es agarrar la copa (no la colita sino la parte que es redonda) y apretarla un poco para romper el vacío, así la copa saldrá con facilidad.
Nos han enseñado a tenerle asco a la sangre menstrual. La posibilidad de que las primeras veces cometas torpezas que hagan que la sangre se derrame o que puedas salir untada existen, por supuesto. Pero es solo sangre: no está podrida, no es sucia, no va a pasar nada. Para evitar que se convierta en una escena del crimen hazlo en un lugar seguro y que puedas limpiar fácilmente, la ducha es un gran lugar. Te prometemos que una vez domines la técnica de extraer la copa (la tercera o cuarta vez de uso) ya no te pasarán estos incidentes.
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