
¿Cómo cuidar sus manos creativas? Guía para evitar el dolor
Más allá de las posturas ergonómicas, una buena silla o una buena iluminación, las manos son la verdadera herramienta más importante de los creativos. Aquí una guía sobre las lesiones que pueden sufrir y cómo cuidarlas para prevenir su deterioro.
Las manos son nuestra relación más directa con el mundo físico, aquello que podemos tocar y sentir con cada huella dactilar. Estas extremidades son las ejecutoras de la obra humana, de aquellas pinturas, ilustraciones, textos y objetos que conmueven los ojos y el espíritu. Pero también –y tal vez por eso– son el órgano más expuesto a accidentes y desgastes.
Actividades creativas como dibujar, tocar un instrumento, pintar o escribir requieren que las manos ejecuten tareas, ejerzan fuerzas y sostengan movimientos repetitivos de forma cotidiana. En un nicho en el que la creatividad y la productividad son una dupla, la ergonomía se convierte en un principio fundamental para la calidad laboral, pero principalmente, para el bienestar físico y mental.
Entre las afecciones más comunes en artistas y creativos se encuentran la tendinitis, que se genera por la inflamación de los tendones por movimientos repetitivos o posturas inadecuadas, y los esguinces, que ocurren cuando uno o más ligamentos se estiran en exceso o se desgarran, en muchos casos como resultado de caídas o movimientos bruscos en las muñecas. Pero también, por supuesto, el más conocido entre los nativos digitales: el síndrome del túnel carpiano, que en palabras sencillas se da cuando el nervio mediano de la muñeca se “estrangula” por la presión del túnel o el aumento de su contenido.
Todas estas patologías pueden ser generadas por dos principales motivos. Por un lado, las causas subyacen en el movimiento repetitivo en las manos, principalmente de carga: cortar, picar, exprimir o torcer. Pero no solo los ejercicios repetitivos de trabajo manual importan a la hora de entender estas dolencias. A estas causas súmele las metabólicas, es decir, se puede ser más propenso si sufre de diabetes, lupus, hipertensión arterial o hipotiroidismo.
El síndrome del túnel carpiano
Conocido técnicamente como neuropatía por compresión del nervio mediano distal, y en palabras más comunes como síndrome del túnel de carpo o carpiano, se trata de una de las afecciones más frecuentes entre quienes se dedican a labores manuales.
Según el artículo El túnel carpiano: Riesgo ergonómico en trabajadoras de cultivo de flores de la revista Ingeniería, Matemáticas y Ciencias de la Información: “El síndrome del túnel carpiano es uno de los principales problemas de salud de los trabajadores, que están asociados con factores de riesgo ergonómicos como son: posturas inadecuadas, movimientos repetitivos, fuerzas, levantamiento de cargas, alternancia de frío y calor, vibraciones y, por otra parte, están los factores de riesgo psicosociales”.
Dentro de la muñeca hay un canal estrecho: el llamado túnel carpiano. Este canal está formado por los huesos de la muñeca en la parte de abajo y un ligamento fuerte que lo cubre por arriba, como si fuera un techo. Por este espacio reducido pasan el nervio mediano —que da sensibilidad y movimiento aparte de la mano— y nueve tendones que ayudan a mover los dedos. En algunos casos, también puede pasar una arteria.

El problema ocurre cuando ese canal se vuelve aún más estrecho debido a alguna inflamación. Esto hace que el nervio mediano quede comprimido. Esa presión es la que causa dolor, adormecimiento u hormigueo en la muñeca, la palma y los dedos, todos síntomas característicos del síndrome del túnel carpiano. Según Guillermo Rojas, cirujano Especialista en ortopedia y traumatología con subespecialidad en mano y miembro superior adscrito a Colsanitas: “A veces no conocemos la causa, pero puede ser mecánicas por masas dentro de ese túnel: un lipoma, un ganglión, un neuroma, un sinobioma, una sinovitis de los flexores. En fin, son muchas causas, pero la mayoría son mecánicas por trabajo”, explica.
El síntoma principal de esta afección es el adormecimiento de la mano, principalmente las parestesias en el primero, segundo, tercer y parte del cuarto dedo de la mano por la cara palmar. Además, puede presentarse dolor en la mano y extenderse hasta el codo, más no hasta el hombro. El dolor es agudo y punzante, similar al de una quemadura. También puede haber un cambio notable en la fuerza, pues el nervio afectado es el mismo que brinda sensibilidad al dedo pulgar, el índice y el anular, actuando como una pinza con agarre.
Cuando el adormecimiento es continuo, Rojas explica que es el momento de realizar exámenes: “El paciente se refiere a este síndrome cuando en consulta dice: ‘se me duermen las manos cuando hablo por teléfono’ o cuando está en el computador, o va en transporte público, o monta bicicleta, o maneja su vehículo, o cuando se despierta en la noche a sacudir las manos para despertarlas”.
Esta patología, como muchas, como todas, debe tratarse con un profesional. Lo más común es que dentro de la consulta se realice un tratamiento para mejorar la higiene postural, además de terapias de movilidad, antiinflamatorios y férulas para uso diurno y nocturno. Esta es una patología que puede ser tratada con tiempo.
Pero también, si se permite su progreso y no se corrigen los factores que la desencadenan, puede avanzar al punto de perder la sensibilidad en la mano, perdiendo movilidad en tareas cotidianas como abotonarse una camisa o sostener un lapicero.
Mejor prevenir que lamentar
No hace falta esperar a tener estos síntomas para comenzar a cuidar las manos y sus articulaciones. Desde cómo agarrar el lápiz hasta la postura en el sitio de trabajo cuenta. Estas son las recomendaciones para evitar lesiones en las manos si se dedica a trabajos creativos con ellas:
- Si trabaja en una oficina o sobre un escritorio, lo ideal es contar con una angulación óptima, aproximadamente de 90°: los tobillos, las rodillas, las caderas, la cintura y la espalda deben permanecer rectos. Los antebrazos deben ir apoyados sobre el escritorio. No colgando, no en el borde, no en el portátil, no en los apoyabrazos.
- Las pausas no son negociables, deben ser cada dos horas, tomando al menos cinco minutos para descansar y mover las manos. Durante estos descansos, se sugiere realizar estiramiento: extender los antebrazos, los codos y luego los dedos hacia atrás con ayuda de la otra mano. Flexionar los dedos y llevar suavemente la muñeca hacia abajo. Luego, invertir el movimiento hacia arriba.
- Incluir una rutina básica previa y posterior a comenzar las labores: abrir y cerrar los puños varias veces, rotar las muñecas en ambos sentidos, juntar las puntas de los dedos y separarlas suavemente, por último, sacudir las manos para liberar tensión.

Un punto adicional al que no se le da mucha importancia es a los instrumentos o herramientas de trabajo. Estos deben ser adecuados cuando manipulamos o realizamos actividades con nuestras manos: ya sea pintura, dibujo, carpintería, cortes, etc. “Es clave contar con una instrumentación adecuada: de mango grueso, mejor caucho blando, suave. No delgado, porque vamos a hacer más pinza, más fuerza, y vamos a hacer más fatiga y más compresión sobre nuestro nervio”, explica Guillermo Rojas.
¿Qué hacer cuándo los ejercicios ya no funcionan?
Si ya intentó estiramientos, compresas frías, masajes, cremas, reposo, terapias, férulas y otras alternativas, pero el dolor de la lesión persiste, es posible que la última solución sea una intervención quirúrgica. Este tipo de cirugía es un procedimiento relativamente sencillo, que se puede realizar con anestesia local, con o sin sedación.
“Durante la cirugía, se accede al ligamento que comprime el nervio y se libera la presión. El alivio es inmediato: el paciente deja de sentir adormecimiento en la mano”, explica Guillermo Rojas. La cirugía es segura y muy efectiva cuando está bien indicada. La recuperación es rápida y se puede empezar a mover la mano, cerrar el puño o hacer fuerza en cuestión de semanas.


Se tiene la falsa creencia de que la mano puede quedar lesionada o que su recuperación puede ser fallida, pero la gran mayoría de cirugías de mano corresponde a casos de éxito. Pero está claro que la recuperación es central y que hay que seguir con mucho cuidado todas las recomendaciones del especialista. Como bien señala el artículo La rehabilitación de la mano lesionada de la revista Congresos Uruguayos De Cirugía: “la cirugía de mano, ya erigida en especialidad aparte en los países más adelantados [en este incluída Colombia], y que toma de la cirugía plástica, de la ortopedia y de la neurocirugía sus elementos constitutivos, plasmándolos en una disciplina especial, considera de decisiva importancia la etapa postquirúrgica”.
Más que una guía, estas recomendaciones son una invitación a evitar o tomar conciencia para moderar el movimiento repetitivo, y también a la pausa y a la conciencia corporal, a prestar atención a este órgano tantas veces subestimado —o directamente ignorado— en las labores físicas. Su cuidado no debería limitarse a la estética superficial; es necesario ir más allá, conocer su anatomía y comprender su funcionamiento para mantenerlas sanas, funcionales y creativas.


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