
Radiografía de las nuevas divas del pop
Las jóvenes estrellas del pop están lejos de ser muñecas fabricadas por el mercado. La música de las chicas que brillan hoy en los escenarios y en Internet, llega al gran público desde un trabajo honesto, cuidado y elaborado que se atreve a cantar desde la vulnerabilidad. Visitando la obra y vida de seis de estas nuevas divas, el autor – rockero de toda la vida– nos invita a conocer algunas creaciones sublimes de las últimas décadas.
Billie Eilish
Billie Eilish Pirate Baird O'Connell nació en Los Ángeles, California, en 2001. Su hermano Finneas es su pareja musical, un poco su sombra: juntos componen las canciones. Sus padres los educaron en casa para estimular su creatividad sin los límites y obligaciones que impone la educación formal. Y la arriesgada apuesta, al menos en el aspecto artístico —o si se quiere, el monetario— salió muy bien.

Billie Eilish es un artista multipremiada, sus canciones han encabezado las listas más importantes de la música pop en inglés. Por ejemplo, “Bad Guy”, fue la primera canción de una artista nacida en el siglo XXI en encabezar el Billboard Hot 100.
Billie fue pionera en hacer letras honestas, en mostrar su depresión y sus “problemas de adolescente” al público, sin miedo. Taylor Swift y Lana del Rey ya habían hecho autoficción: las letras de estas son en apariencia biográficas. Billie siguió con la fórmula, cantando sobre sus relaciones amorosas fallidas, sobre el precio de la fama obscena en tiempos de redes sociales y sobre un tema desarrollado también por varias de sus colegas: la relación de amor-odio que tiene con los fans.
Pero un asunto importante, que Eilish llevó al cielo con su voz de soprano —voz "etérea", "susurrante" y "ronca", según varios críticos musicales— es el del empoderamiento femenino. En su primer disco, Billie se muestra como “chica mala”, pero una que no toma Xanax. En general, en las canciones no celebra el consumo de drogas legales e ilegales, su rebeldía es más bien feminista y ecologista, de mujer joven conciente de los problemas del mundo.
Eilish está muy influenciada por el hip-hop, visible incluso en la ropa que prefiere para salir a escena, pero es ante todo una artista muy versátil en lo musical. De las nombradas aquí es la que explora mayor variedad de géneros. Lo suyo es el pop que incluye trap, electrónica, elementos de rock, e incluso bossa nova, entre otros estilos. Ella es la mayor muestra de lo híbrido que es el pop de hoy.
Phoebe Bridgers
Algunos dirán que Bridgers no es una estrella pop, sino una cantante folk. Es las dos cosas: una artista folk masiva, la hija de Joni Mitchell que vive el apocalipsis en un parque de diversiones. Y también una poeta o al menos una letrista exquisita.
Phoebe Lucille Bridgers nació en Pasadena, California, en 1994. Es una solista destacada, a la que le gusta mucho pertenecer a bandas: antes de sacar su primer EP estuvo en un par y en la actualidad tiene otra, Boygenius, que sí, es una genialidad, lo que quiero escuchar en el fin del mundo, mientras todo arde, junto a las talentosas Lucy Dacus y Julien Baker.

La voz de Bridgers ha sido descrita como suave e íntima y llega al corazón para acuchillarlo con amor. Lo más destacado de su arte, son las letras, muy elaboradas: cada frase es fuego. Phoebe ha profundizado en el tema de la melancolía o si se quiere la depresión contemporánea: la soledad de las jóvenes en urbes del primer mundo, desarrolladas en lo tecnológico, pero involucionadas en lo emocional. Los protagonistas de las canciones de la californiana parecen tener facilidades materiales, múltiples objetos para consumir, pero esto hace el vacío más hondo.
El escritor David Foster Wallace, alguna vez habló de la depresión de muchos jóvenes estadounidenses a pesar de la abundancia material a su alrededor. La ausencia de utopía política, de la perspectiva de un bienestar para los humanos en general, sin duda genera depresión, en especial mientras en gran parte del mundo reina la pobreza y el país propio es en parte causante de esto. Y Phoebe Bridgers describe bien el fenómeno.
Olivia Rodrigo
También californiana, Olivia Rodrigo nació en Murrieta en 2003. Es la más joven de las aquí mencionadas y a lo mejor por esto, desde mi punto de vista, aún está encontrando su estilo, su aporte original; pero mientras tanto nos encanta con su fuerza escénica, con letras honestas y agudas, con algunas guitarras potentes. El padre de Rodrigo es filipino y su madre estadounidense. Olivia, tal vez, es la más sincera en las letras: ha expresado, por ejemplo, la inseguridad con su aspecto físico (aunque sea hermosísima), al parecer derivado de su mestizaje.
Es famosa la rivalidad que ha tenido con Sabrina Carpenter —aunque ya hubo un abrazo de reconciliación—, debido a un exnovio al que le dedica buena parte sus canciones: su compañero de la serie High School Musical, Joshua Bassett.
Rodrigo está muy influenciada por el rock: es fan de bandas power como The White Stripes. Esto se nota, por ejemplo, en el riff de guitarra de la canción “All-American bitch”. Su segundo disco, Guts, es más rockero que el anterior, y creo que Rodrigo cada vez será más rockera y menos popera. Su ira, su emocionalidad volcánica, encajan muy bien en una instrumentación ruidosa.
En sus letras, Olivia ha explorado los problemas de los jóvenes de hoy, ligados al abuso de las redes sociales, a las inseguridades y ansiedades que esto genera. Famosa desde muy temprana edad, ha sido actriz de Disney Channel desde los doce años, asunto que también comparte con su némesis y ahora esperemos que amiga Sabrina Carpenter. Rodrigo, en algunas letras, ha ahondado en las dificultades de la fama, y en la difícil relación con el público, con los haters y lovers excesivos que abundan en Internet.
Charli XCX
Es la reina de la fiesta. Una party animal. Charlotte Emma Aitchison, la única inglesa de esta lista (nacida en Cambridge en 1992) subió a los 14 años su primer álbum a Myspace. Un organizador de rumbas ilegales lo escuchó, quedó encantado, y la invitó a actuar. En los volantes de aquellas fiestas aparecía como Charli XCX, el nickname que usaba en Messenger y así quedó bautizada.

Charli remó desde atrás: colaboró con otras artistas, hizo de segundona en hits, se hizo popular con “Boom clap", soundtrack de la película Bajo la misma estrella, hasta que la sacó del estadio en 2024 con Brat, su sexto álbum. La inglesa, de madre de ascendencia india y padre local, podría ser un personaje de la novela Crash de J.G Ballard. Sus últimos discos, sobre todo, están llenos de sensualidad y accidentes relacionados con tecnología actual, con autos último modelo, aparatos de gimnasio y de aeropuerto. Charli XCX es una estrella pop de ciencia ficción.
Sus canciones son música electrónica sofisticada, producida por nerds de las fiestas, que lo han escuchado todo en este campo. Y su estética es dark, pero humorística. En el video del hit “360”, se burla de la condición de estrella pop; dice que es la número uno, la dancing queen, pero no se lo toma muy en serio.
Una de sus grandes influencias es Aphex Twin, maestro de la música electrónica gótica. También adora a Lou Reed y su mundo oscuro-warholiano de artistas underground. Recordemos que en The Factory, en los 60-70, el pintor Andy Warhol reunía lo más cool y decadente del arte de Nueva York. En los videos de Brat, Charli XCX ha reunido a las chicas hot de Internet del momento, muy bellas, pero también excéntricas.
Sabrina Carpenter
La rubia bomba sexy que no falta en el mundo del pop y el entretenimiento. Aludiendo a íconos como Marilyn Monroe, Kim Novak o Grace Kelly, entre otras, Carpenter y sus productores juegan en el escenario con estéticas que remiten a películas clásicas y a las pin-ups de los años 50.
Sabrina Ann Lynn Carpenter nació en Quakertown, Pennsylvania, en 1999. Empezó siendo actriz: su primera aparición en pantalla fue a los 12 años. Ingresó al universo Disney, y desde que mostró dotes de cantante, Hollywood Records –la discográfica de Disney– produjo sus cuatro primeros álbumes. La querían vender como la nueva estrella del teen pop.

Sabrina es un ángel con un demonio adentro. Su estética mezcla la ternura con picantes referencias sexuales y cine de terror. En algunos de sus videos, sus grandes ojos azules en apariencia inocentes están encantados viendo actos sangrientos. El video de “Taste”, junto a Jenna Ortega, que es un Freddy Krueger vs Jason en una mansión rosada en la playa, es un gran ejemplo de lo suyo.Por el glamour y el gusto por la violencia extrema que caracterizan alguno de sus videos, Sabrina Carpenter parece salida de la novela American Psycho de Bret Easton Ellis. Podría hacer parte de la banda sonora.
En 2022, Sabrina se liberó de las garras de Mickey Mouse y lanzó su primer disco con Islands Records. En el segundo, Short n’ Sweet, consolidó su estilo, fue ella misma —o un producto más original—. Un éxito. El sencillo "Espresso" fue la canción más reproducida en Spotify en 2024. Sabrina parece una estrella del pop típica, como Britney Spears, pero lo suyo está cargado de humor y ligereza agradable. Es una rubia que se derrite mientras se ríe macabra en éxtasis.
Chappell Roan
Es la campeona de los disfraces y sus letras, rabiosamente honestas. Como Olivia Rodrigo no le teme a la desnudez. Es notorio que es una enfermita de la cultura pop: parece haberlo escuchado y visto todo. En ella confluyen Elton John, Kate Bush, Divine —la diva trans del cine underground—, Cindy Lauper, algo de Lady Gaga y varias artistas más; y también personajes de ficción. Con sus atuendos originales y su maquillaje exagerado, homenajea a las Drag queens.
Chappell Roan es la princesa del medio oeste y una reina de la estética camp. La bautizaron con el nombre Kayleigh Rose Amstutz; nació en Willard, Misuri, en 1998. No la tuvo fácil. En 2018 se mudó a Los Ángeles, allí pudo ser abiertamente gay y empezó a escribir canciones. Pero en esa gran ciudad, trituradora de sueños de fama de muchos, no pudo mantenerse a flote y se devolvió a su pueblo.
En 2022, logró regresar a Los Ángeles. Allí ejerció distintos oficios como trabajar en una tienda de donas, y siguió desarrollando su música. Dan Nigro, productor de Olivia Rodrigo, creyó en el arte de Roan y trabajó con ella en su primer y único álbum: The Rise and Fall of a Midwest Princess.
El disco, al principio no fue tan valorado por la crítica musical, pero fue encontrando su público; el talento y la originalidad de Roan se impusieron. Ella es un huracán en escena, allí se mueve como pez en el agua. En vivo se puede apreciar la fuerza de su teatralidad y que es una artista muy completa. Sus conciertos son una lluvia de emociones fuertes. Si Phoebe Bridgers representa la depresión juvenil, Chapell representa lo maníaco que se traga a lo depresivo; una fiesta con arcoiris de chicas que lloran.



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