El diseño industrial y la construcción de paz
Como un radar, Kevin Fonseca encuentra los puntos en los que convergen el conflicto armado y el diseño. Lo que a primera vista pareciera no tener tanta relación, acaba siendo esencial en la construcción social de la memoria.
Criado en una familia de artistas, Kevin Fonseca sabía con anticipación que su vida debía tener esa chispa de arte que sus ancestros habían plantado en la familia. Pero si algo es claro es que quería que su vida tuviera una función, un cambio para la sociedad, y sentía que el arte no era su camino para ese propósito. Por esto en 2013 decidió estudiar diseño industrial en la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira, “el diseño para mí fue como materializarlo (el arte) con objetivos un poco más tangibles en mi mente.”
Siendo oriundo de Bogotá, por muchos años Kevin tuvo una perspectiva de la capital como el centro absoluto del país hasta que decidió mudarse a Palmira al comenzar su carrera. Allí encontró otra mirada sobre lo que es hacer parte de una comunidad y construir una identidad colectiva. Uno de sus primeros pasos lo dio en 2014 cuando comenzó su activismo como gestor de proyectos.
En este ambiente comenzó a identificar las falencias del Estado en diferentes municipios del país, tomando la decisión de ayudar a hacer algún cambio en estas comunidades desde el diseño industrial. “Involucrar al diseño en los temas relacionados con el conflicto armado interno permite que no haya una respuesta única. Considero que el diseño es un interlocutor muy práctico y metodológico que media entre las diferencias y la diversidad de campos que trabajan históricamente hacia la construcción de paz en el marco del conflicto”, afirma.
Kevin no imaginaría que su trabajo de grado se convertiría en el camino a seguir en su vida profesional. Con una sensibilidad por encontrar y divulgar aquello que surja en nuestra sociedad en cuanto a conflicto armado, posconflicto y posacuerdo desde lo simbólico, planteó entonces la trieja conflicto, símbolo y diseño en Colombia. Durante su investigación titulada “Estudio de símbolos en las sociedades en conflicto armado, posconflicto y post acuerdo: una mirada desde el diseño” encontró casos de conflictos internacionales y sus representaciones simbólicas.
Esta identificación contó con determinantes cuantitativos que simplificaron su análisis como la duración del símbolo, su medio de materialidad (muralismo, billete, pin, fotografía, flora, bandera, etc), su autoría o figura social, o su código de mensaje. Estas variables aportaron en la clasificación de tipos de conflictos mediados por las diferencias ideológicas o de creencias, cruzando lo cualitativo con lo cuantitativo para determinar los símbolos que yacen en la memoria colectiva y social. Estos fueron algunos de los casos analizados:
- El conflicto en Irlanda del Norte comenzó en 1968 con la Mano Roja de Úlster, la cual ha perdurado por 34 años como símbolo.
- El Régimen Militar chileno de 1973 con el billete Arturo Prat desde hace 18 años.
- La revolución nicaragüense de 1979 con la imponente fotografía titulada Molotov Man durante 50 años.
- La guerra civil de Sri Lanka en 1983 con la bandera de dicho país por 50 años.
- El conflicto armado con las FARC EP en Colombia con el pin de la paloma de la paz desde hace ocho años, el cual representa los acuerdos entre el Estado y la guerrilla.
Esta investigación no ha sido el único resultado de la mirada de Kevin que integra el diseño y la memoria, ya que en 2017, 2018 y 2019 implementó una serie de talleres y estudios en colegios y universidades del país afectados por el conflicto armado como: Pradera, Palmira y Cali (Valle del Cauca), El Tarra (Norte de Santander), Ricaurte (Sucre), Vigía del Fuerte (Antioquia), Suárez, Timbiquí y Guapi (Cauca), Santa Rosa del Sur (Bolívar), Puerto Rico (Caquetá), Maicao (Guajira), San José del Guaviare (Guaviare) y Bogotá. En estos encuentros se identificaron elementos identitarios para los estudiantes en dibujos y representaciones gráficas de sus familias ,entornos y recuerdos tales como las montañas, el río o más de nación como el himno o la bandera. Estos ejercicios se realizaron en alianza con la Universidad Nacional de Colombia, el Festival de Artes Visuales para la Paz, el Instituto de Economía para la Paz y el Colectivo Hombres y Masculinidades para la identificación histórica de lo que hay en la memoria de las juventudes, un archivo mental de lo que ocurrió.
“Hay factores que incidieron en la delimitación, especialmente en la búsqueda, cuantitativos y cualitativos. Hubo mucho enfoque en los datos del DANE, en la Unidad de Víctimas y en los informes presentados desde organizaciones no gubernamentales sobre hechos de violencia, también en su momento y hasta el 2018 el Centro Nacional de Memoria Histórica. Estos contenían información muy importante sobre por qué en algunas regiones del conflicto había persistido la violencia y bajo qué factores tanto cuantitativos como cualitativos(...) pero también en los tipos de poblaciones afectadas como El Tarra en Norte de Santander o San José del Guaviare”.
Y es que todo aquello que guardamos en nuestra memoria colectiva es la construcción, resignificación y desestructuración de momentos históricos que nos unen con una identidad en nuestros territorios. Un recordar para no olvidar.
¿De qué manera se debería estudiar y mostrar lo que pasa y queda luego de la guerra? Lo que encontramos sobre el conflicto armado en nuestro país suele resumirse en cifras e indicadores que aunque dan cuenta del impacto de la guerra no se detienen en la dimensión humana que hay detrás; los vejámenes, el dolor, la tristeza, la resiliencia y el perdón.
Esta narrativa, que va en contracorriente de lo usual en cuanto al diseño, ha tenido sus principales acercamientos en Europa, en instituciones como el Design Council en Reino Unido. Por lo que encontrar información en Latinoamérica fue un reto que comenzó casi desde cero. En palabras de Kevin: “Hay acercamientos sobre eso, sin embargo, yo llegué fue más bien escribiéndolo para creérmelo. Aparte de la lectura que uno puede hacer o escuchar, hay algo que nos falta en la historia del diseño y es construir la propia historia. Cuando no hay una construcción autónoma de la misma historia esa identidad está refundida y es algo que nos pasa mucho en Latinoamérica, especialmente en nuestro país”.
Estos símbolos tangibles desde el diseño se encuentran en monumentos, estructuras arquitectónicas, canciones, libros, eventos culturales, murales, museos de la memoria y otras expresiones que dan razón de quienes evidenciaron aquellos acontecimientos. El acercamiento a estas creaciones también se dio por la observación de las comunidades, “creo que yo lo vi más desde lo empírico de la población colombiana respondiendo a la violencia de la guerra. El cómo podían manifestarse de una manera material, simbólica o práctica. Incluso la gente ha tenido procesos de cocreación creativos sin tener a diseñadores ahí porque pues era las maneras para reconciliarse, para resistir”.
¿Y qué sigue en la vida de este diseñador industrial? Hoy en día, Kevin hace parte del equipo de estrategia de pedagogía de la Comisión de la Verdad. Comenzó siendo parte de la Generación V+, una red de apoyo ciudadano para el esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la no repetición compuesta por jóvenes y comunidades educativas. Una de las acciones que logró este voluntariado fue el Manifiesto de Jóvenes por la Verdad, el cual habla sobre los compromisos y exigencias de los acuerdos para la transformación y la no repetición.
Además, en 2020 fundó HUIA Lab, un laboratorio de proyectos plurales e investigación en diseño enfocado en el conflicto armado y la construcción de paz por medio de talleres, diálogos y proyectos para debatir estos cambios históricos. El último diálogo que apoyó el laboratorio fue una conversación sobre el diseño como estrategia en el sector de la salud entre las diseñadoras Mariana Salgado y Verónica Blueguermann. Además, ha sido un vehículo de divulgación sobre los encuentros de la Generación V+
El dueto de diseño y memoria continúa siendo parte de la esencia que mueven a Kevin, pues en su participación dentro de la Comisión de la Verdad se ha encontrado con diferentes comunidades en los recorridos, eventos y talleres que buscan la transformación del territorio, es decir, esta es una investigación que continúa a la par con la búsqueda de paz representada en las luchas simbólicas de una comunidad que resiste.
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