Por inercia no, por esencia: portafolio de diseñador
No hay duda de que un perfil en Behance es útil para darse a conocer, pero no es un portafolio. Un portafolio es lo que resulta cuando el diseñador revisa su identidad y se vale de su oficio para comunicarla de la mejor manera posible.
Un portafolio es una herramienta para encontrar su camino como diseñador y avanzar en él. Sea digital o físico, sirve para demostrarle a un empleador, profesor o colega, que usted sabe comunicarse a través de imágenes y que tiene la capacidad para dirigir esa orquesta de habilidades, talentos, saberes y sensibilidades que lo hacen el diseñador que es.
La cosa es que, contrario a lo que el mundo digital sugiere, para conseguir ese trabajo o ser admitido en aquella escuela necesitará más que ejércitos de seguidores en Behance y en Instagram. También tendrá que hacerse preguntas, declarar un propósito y construir un portafolio del cual usted, como diseñador, sea el centro.
En resumen, hacer un portafolio es más complicado y gratificante de lo que parece: implica hacerse algunas preguntas incómodas, desechar trabajos y producir unos mejores, y hasta recordar algunas normas ortográficas. Lo mejor: al final tenemos una lista de recursos para curar cualquier clase de sequía creativa.
1. Concepto, o de dónde nace un portafolio
Aunque no hay un método infalible y sagrado para hacer un portafolio, puede empezar por mirarse a sí mismo y el lugar que ocupa en el mundo: ¿Quién es usted? ¿Qué lo define? ¿De dónde viene y para dónde va? ¿Qué lo mantiene despierto en las noches y para qué se levanta de la cama todas las mañanas? Esas preguntas, infinitas y de contraportada de libro de autoayuda, son su principal herramienta para contar una historia más grande con la que otros se puedan relacionar e identificar; para crear el “lugar” que Juan Ricardo Rodríguez, profesor y director del área curricular de Diseño de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional, piensa que cada portafolio debería ser. Un lugar que el diseñador es responsable de crear si no quiere que otros lo creen por él, pero también un lugar para residir, dignificarse y recorrer su propio camino.
Para Magdalena Monsalve, coordinadora del área de portafolio de la Escuela de Diseño, Fotografía y Realización Audiovisual de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, ese lugar es el espacio donde el diseñador declara su propósito, encuentra su propia voz y, a partir del diseño, teje una narrativa que dé cuenta de lo que está declarando. Monsalve habla del autoconocimiento (eso de mirarse a sí mismo que decíamos antes), pero también de la autovaloración. “Todos adolecemos de inseguridad”, pero a la hora de hacer un portafolio, dice “hay que creerse las cosas, reconocer el talento y convencer al otro”.
2. Contenido, o qué debería incluir un portafolio
Volvamos a algo que dijimos antes, y es que no hay un método para hacer un portafolio. Sí, sería mucho más fácil si hubiese uno, pero no tendría libertad de tomar cuanta decisión quiera. No olvide que “el diseño consiste en hacer elecciones, y [que] la autocrítica es esencial para garantizar que la estética de nuestras obras se mantenga fresca”. Esa frase es del diseñador Amaury Hamon, y la escribió para el prefacio de My Graphic DNA, un libro editado por Wang Shaoqiang.
Para hacer un portafolio hay que escribir
Parte crucial del contenido de un portafolio son los proyectos que usted decida incluir, pero de eso vamos a hablar en un rato. Primero, concentrémonos en la parte escrita, igual de poderosa y necesaria.
Hablar sobre usted, que no es más que comunicar la reflexión que planteamos en el apartado anterior, puede atrapar a quien esté viendo su portafolio y hacerle decidir, incluso sin saber qué herramientas maneja o cuáles son sus habilidades, que usted merece una entrevista o incluso un lugar en su equipo. Recuerde que esto no es una hoja de vida y que no hay afán por listar todos los hechos como un tiro. El objetivo aquí es tratar de resonar con otras personas y tender puentes. Además, demostrar que puede escribir siempre sumará puntos.
Ahora sí: los proyectos
Si su propósito es diseñar el próximo best seller de la tienda del MoMA, o creanearse los próximos proyectos de branding de Anagrama, ¿qué puede hacer que responda a eso? Bórrese de la cabeza que entre más proyectos y técnicas incluya, mejor, y analice qué podría interesarle al director de arte del estudio y qué llegaría a resonar con los compradores del museo. En otras palabras, qué es lo que necesita para llegar a trabajar con ellos.
¿Y si nada de lo que ha hecho es suficientemente fuerte para hacerle guiños a esa ambición? Amigo o amiga, ese es el único pretexto que necesita para desarrollar proyectos que sí cumplan con los requerimientos de su portafolio. En Building Design Portfolios, un libro de Sara Eisenman que debería consultar si necesita referentes de portafolios, la autora asegura que “este tipo de esfuerzo extra [crear piezas o desarrollar piezas para el portafolio] demuestra entusiasmo e iniciativa. También produce piezas sólidas y muestra cómo usted podría resolver un tipo específico de problema”.
Por otro lado, no descarte sus proyectos personales ni académicos. Ni siquiera si son lo único que ha hecho. Mírelos con ojo crítico, y si le parece que hay cosas buenas y pertinentes, no dude en incluirlas. Recuerde lo que dice Monsalve: hay que creerse las cosas y reconocer el talento.
3. Contenedor, o cómo debería lucir un portafolio
Para Rodríguez, “la forma de un portafolio acompaña, pero no es la esencia. Es la consecuencia”. La esencia es lo que llevamos discutiendo todo el artículo. Entonces, ¿cómo mostrarla?
Si lo suyo es la animación, por ejemplo, tiene sentido que su portafolio fuera una página web o un reel. Si cree que tiene aptitudes editoriales, tal vez funcione hacer un impreso con distintos papeles y métodos de reproducción. Si le gustaría trabajar en publicidad, puede ser más estratégico tener una página web y también apoyos impresos. “De acuerdo al perfil”, explica Monsalve, “hay una naturaleza de los medios que se utilizan”.
Nota: sepa que crear un perfil en Behance no equivale a cortar camino. Sí, puede conseguir clientes de todo el mundo, encontrar cantidades enormes de inspiración y contabilizar cuánta gente aprecia sus proyectos, pero no puede controlar todos los aspectos de lo que los demás están viendo, y eso quiere decir que no puede controlar lo que está comunicando.
Monsalve y Rodríguez no se oponen al uso de esa red social, pero sí a usarla como un reemplazo al portafolio. Ella dice que tener un perfil en Behance es una característica del diseñador actual, pero que es una plataforma “neutra” y sin “intención comunicativa”; él, por su parte, opina que es un medio que debería llevar al lugar donde está el diseñador.
En ese sentido, cree perfiles en Behance, en Instagram y en cualquier red que sirva para promover su trabajo. Manténgalos actualizados, úselos para conectarse con otros creadores e incluya enlaces de estos en su portafolio y su hoja de vida. Solo no se deje tentar por la salida fácil que esto ofrece.
4. Socialización, o a quién mostrarle un portafolio
Al hacer su portafolio usted puede ir tan lejos como quiera. Puede hacer uno este año y otro el próximo, uno por cada línea de trabajo que le interese e incluso uno según la persona que lo vaya a ver. Sin importar el tipo o la cantidad, si usted hace su portafolio de manera consciente, terminará con un producto tremendamente personal que debería ser capaz de explicar en una entrevista. Comunicarse con imágenes y a través de la escritura es importante, pero también poder dar cuenta, sin Control + Z ni mucho tiempo para contestar, de las múltiples reflexiones que están plasmadas en su portafolio.
Nuestro consejo aquí solo es uno: llévelo consigo en sus rondas de entrevistas y considere adjuntarlo en todas sus postulaciones académicas, pero valore lo que tiene entre manos y no pierda el tiempo mostrándoselo a alguien que solo esté buscando a un cinta negra en la suite de Adobe.
A esos los puede mandar a su perfil de Behance.
5. Recursos, o comodines para cuando la inspiración no llega
Enlaces
• El listado de portafolios digitales que Adobe Portfolio destaca en su web.
• Todo lo que hacen en 99U, en especial los artículos de las secciones Get Noticed y Get Hired.
Libros
• Building Design Portfolios, de Sara Eisenman.
• My Graphic DNA, editado por Wang Shaoqiang.
• Things I Have Learned In My Life So Far, de Stefan Sagmeister.
• Cómo crear un portfolio y adentrarse en el mundo profesional, de Fig Taylor.
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