Ni trompos ni canicas: una guía de juguetes sexuales
Ilustramos diez de los juguetes sexuales más comunes y hablamos de los materiales en los que están hechos, un poco de su historia, sus mitos y cómo se usan.
Tenían compañeras en las literas. Los marineros del siglo XVII llevaban como equipaje extra unas muñecas hechas en tela, conocidas como dames de voyage o damas de viaje, que hacían las veces de juguete sexual. En barcos llenos de hombres, ellas eran diversión, un alivio. Estas chicas fueron por muchos años artesanías hechas a mano y en tela, y solo a partir de 1930 empezaron a producirse en Japón y Alemania con técnicas más industriales.
Como estas muñecas, la mayoría de juguetes sexuales han acompañado a los hombres y mujeres por siglos, porque al parecer siempre hemos buscado más allá de lo que “nos dio la naturaleza” para llevar la posibilidad del placer al máximo. Esta necesidad ha hecho que se active nuestro ingenio y como sea -con piedras, metales toscos, cueros crudos- hemos logrado encontrar placer.
Hoy los procesos se han sofisticado, se han depurado para entregar un placer más completo de maneras más efectivas. Sin embargo, los avances no han cambiado el cometido: que podamos masturbarnos de muchas maneras y que la vida en pareja, en grupo, sea mucho más estimulante. Que se sienta mucho placer y por todas partes. Jugar.
Para tener en cuenta: a continuación les presentamos una lista de algunos objetos sexuales, pero esta no es la última palabra ni mucho menos, todas las formas de uso y lo que puede o no ser un juguete sexual, es cuestión de inventiva.
Bolas chinas
Primero lo primero: las bolas chinas no son un juguete sexual, no lo harán llegar al orgasmo. Este par de bolas, que a su vez tienen unas bolitas metálicas dentro, y que están unidas por un cordón, tienen muchos mitos a su alrededor y este es el primero: aunque al tener dentro de la vagina este objeto se crea una estimulación sutil, no fueron creadas para dar placer, su verdadera función es la de ejercitar el músculo pélvico. Fortalecer la vagina y aumentar la irrigación sanguínea son los dos beneficios del uso de este objeto, lo que traduce en mejorar la lubricación, aumentar la sensibilidad e incluso ayudar a controlar la incontinencia. La historia de las bolas chinas o bolas Ben Wa no es precisa -dicen que originalmente fueron creadas para los hombres-, pero la forma de uso no ha cambiado desde que las mujeres se apoderaron de ellas: se introducen en la vagina mientras se está caminando o realizando alguna actividad dinámica; la idea es mantener las bolas en el interior. Para lograr un fortalecimiento efectivo debe ser constante, es una gimnasia para la vagina y como en cualquier ejercicio: go hard or go home.
Mordaza
La surreal Poppy, cantante, compositora y youtuber estadounidense que vino del futuro para enseñarnos de qué va, adoptó del BDSM (bondage y disciplina, dominación y sumisión, sadismo y masoquismo) una mordaza para usarla en la más reciente alfombra roja de los American Music Awards. Usó una negra que le tapaba la mitad del rostro, pero hay cientos de modelos que pudo haber adoptado y que cumplen la misma función: evitar que se emita sonido alguno. Las mordazas son hechas de diferentes materiales como cuero, látex, goma, pero, sobre todo, se producen de muchísimas formas: con muchas correas para crear máxima fijación, unas que acaban en bolas, dildos o en aparatos para morder, y otras más extremas que tapan la cara completa. No importa la forma o el material el mensaje de este objeto es claro: shhhh.
Consolador o vibrador
Ahora los hay de silicona, plástico, oro y hasta de cuarzo rosa que promete un placer sanador, pero fue un largo camino hasta hoy. Los primeros dildos de los que tenemos conocimiento datan de hace más de 28.000 años y estaban hechos en piedra. Tuvieron que pasar decenas de siglos para que comenzaran a vibrar. Si bien hay datos sin confirmar que afirman que Cleopatra llenaba una calabaza con abejas para hacer un rudimentario vibrador, lo cierto es que el primero fue a vapor, patentado en 1869 por el médico George Taylor y llamado The Manipulator. El primero eléctrico apareció en 1880 y fue llamado Granville’s Hammer (El Martillo de Granville, que no es el nombre más “consolador”) en honor a su creador. Tanto el de vapor como el eléctrico eran usados dentro del consultorio médico para curar una enfermedad llamada histeria, que se caracterizaba por fuertes cambios emocionales, convulsiones, parálisis y sofocaciones que se creía ocasionada por la privación sexual (obviamente un “enfermedad femenina”), pero veinte años después pasó al plano de lo doméstico para nunca salir de allí. Demos gracias por eso.
Columpio
Sí, claro que estar suspendido en el aire en un columpio lleno de elementos en cuero genera morbo y excitación. Pero el uso de este objeto es, sobre todo, cuestión de comodidad. Este elemento es muy usado en el porno BDSM y no falta en bares swinger, saunas y en las casas de los más osados. Permite que la persona que está montada alcance la altura ideal para ser penetrada por alguien que está de pie y así generar decenas de posiciones: quien está en el columpio boca arriba y la otra persona de pie penetrándola, boca abajo y la otra persona de rodillas haciéndole sexo oral, abrazados haciendo la posición del misionero vertical… la lista es larga. Este juguete es ideal también para sexo grupal ya que todos los involucrados tienen el espacio abierto para participar y, sobre todo, para ver desde cualquier ángulo lo que está pasando. En el columpio, nada tapa nada, está todo al descubierto.
Cama redonda
En la película erótica francesa Les confidences érotiques d'un lit trop accueillant (1973) la protagonista, Dominique, encuentra a su exnovio Jean-Louis y lo invita a su casa. La cama redonda es el detalle que llama la atención de Jean-Louise y desata que ella le cuente las memorias de ese objeto que lo ha visto todo. La cama redonda es un objeto de mobiliario y a la vez un símbolo: grita sexo. Seguro hay algunas personas que tienen, como Dominique, estas camas en sus casas, pero es más común verlas en moteles y en sets de grabación de porno. Es perfecta para el gang bag, para las orgías y casi cualquier tipo de sexo grupal, pues permite una suerte de dinamismo en el movimiento y en los cambios de pareja y posición. En el más aburrido de los casos, estas camas están construidas con materiales tradicionales como la madera o son un robusto colchón, pero la imaginación y la ingeniería han hecho cosas sorprendentes, como hacer que estas camas se muevan, vibren y giren. Hasta se han visto con luces de colores en la base.
Consolador con arnés
El ilustrador de literatura erótica Édouard-Henri Avril, que trabajaba con el pseudónimo de Paul Avril, hizo a finales del siglo XIX una pintura en la que podía verse a una mujer con un consolador amarrado por unas cuerdas blancas, y el mismo artefacto perfectamente detallado sobre una mesa. También está documentado que en la China antigua se usaban dildos entre mujeres. El consolador con arnés o strap-on, claramente no es algo nuevo. Este objeto, que puede estar hecho de silicona o látex, con correas de cuero, riata, tela, plástico o vinilo. Es un juguete verdaderamente flexible –en todo el sentido de la palabra- que se puede utilizar para penetrar a la pareja vía vaginal, anal u oral, pueden ser uno o dos consoladores o vibradores los que estén al final del arnés y el arnés, a su vez, puede prender de la cadera, de una pierna, de la boca o de un objeto si se usa para la masturbación. Las combinaciones son casi –quisiéramos pensar- infinitas.
La silla del amor
Si alguna vez ha ido a un motel, seguro ha visto la silla del amor. Normalmente está recubierta en un solo material -que puede ser cuero, vinilo o terciopelo-, y tiene la forma de una eme curva y asimétrica, en la que cada pico es de un tamaño diferente. Allí, en la también llamada silla del Kamasutra, sillón tántrico o potro del amor, se pueden realizar hasta las más osadas posiciones sexuales con la tranquilidad de estar diseñada ergonómicamente para eso. Permite estar de pie, acostados, encima, de espaldas, de frente o arrodillados. La silla del amor lo puede todo.
Dilatador anal
El dilatador o butt plug es un objeto que merece todos los premios de diseño. Dicen que los primeros fueron pensados a finales del siglo XIX como una cura para la demencia (ver arriba el uso “original” de los vibradores) y fueron vendidos como Dr. Young's Ideal Rectal Dilators, que tienen una historia muy particular. Los que se consiguen hoy en día hacen uso de cada una de sus partes: quien lo pensó, lo consideró todo. La punta es delgada para que la penetración sea suave y vaya dilatando paulatinamente mientras se va insertando el juguete y tiene un cuello delgado que permite que se inserte menos o más y que pueda moverse fácilmente una vez adentro. Hay unos pequeños de unos cuatro centímetros pero pueden llegar a ser tan grandes como se desee. Para rematar, al final tienen un tapón o un aro para poder agarrar el juguete y evitar que se quede ahí dentro. Lo dicho: pensó en todo. Estas terminaciones las hay tan simples como una continuación del material del que está hecho, o tan creativas como una gema, unas orejas de Mickey Mouse, una cola de gato o de pelo de colores, simulando el de los unicornios. Sin embargo, no es necesario tener este objeto para dilatar el ano: anything is a dildo if you’re brave enough.
Fusta
La genealogía de este objeto es bastante clara: viene de la equitación. La fusta, o crop, es un tipo de látigo corto con el mango rígido y la punta en cuero o cuerina que es usada por el jinete para dar instrucciones o disciplinar a un caballo por mal comportamiento. La traducción que se hizo para ser usada dentro del BDSM fue casi literal: mediante este pequeño látigo se somete. Aunque también es usado para seducciones más sutiles, en las que se acaricia con el objeto y para las cuales se pueden usar fustas con terminaciones de tela o plumas de colores, lo más común es que la dominatriz o el amo lo tengan siempre cerca para cuando el sumiso no cumple con su labor, o cuando se hace una intervención de flagelación erótica. ¡Auch!
Esposas
Daddy Yankee dejó muy claro para qué sirven las esposas en “Dura”: “Te arresto en mi cama y te pongo las esposas”, dice. Que se quede quieto, que no se vaya, que se deje, que mire pero no toque. Este objeto, prestado de la policía, y que puede ser de metal, plástico, peluche, terciopelo o cuero, es un elemento común en el BDSM, pero su uso está muy democratizado. Con este par de argollas se puede hacer que la posición más simple sea toda una nueva experiencia o que de repente no parezca tan aburrido hacerlo de nuevo sobre la cama. Algunos consejos: primero compre las que son diseñadas para el sexo, pues sí están hechas pensando en ser seguras y cómodas y no le harán daño; segundo, no tenga un solo par, porque pueden ponerse en las manos, en los pies y a partir de ahí cientos de combinaciones posibles, y por último ¡no pierda la llave!
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