
Mapa de la legalidad del grafiti en América
El grafiti ha sido una expresión marcada desde sus inicios por su relación con la frontera entre lo público y lo privado, entre lo permitido y lo no permitido, desde el deseo de dejar una marca, por hacerse visible en las calles. Aquí una mirada rápida ilustrada por su legalidad en el continente.
La historia del grafiti es también la historia de la expresión humana, pues su génesis se remonta al descubrimiento de las inscripciones en Pompeya en la antigüedad, según el documental HISTORIA del GRAFITI (2022). En 1960, se marca el origen del grafiti moderno en Estados Unidos, específicamente en Filadelfia y Nueva York. Se dejaba entonces la marca de quien estuvo ahí, en algún lugar, principalmente desde la marginalidad. Hacerse notar donde no se era nadie.
Ligado a la cultura del Hip Hop del siglo XX, referentes como Cornbread, Julio 204 o Taki 183 inauguraron el grafiti de firma con latas de aerosol. En busca de una mayor visibilidad en 1970, los objetivos comenzaron a ser los trenes, rápidamente, el grafiti pasó a ser perseguido, pero, a su vez, reconocido en los medios y en el sector artístico. En los 80 y 90, la práctica se expande a América Latina y, asimismo, surge el tema de legalidad y el debate entre vandalismo o arte. Las intervenciones, desde el inicio, tuvieron una fuerte carga social en ese carácter disruptivo y han sido utilizadas como formas de protesta. Su adaptación se arraiga a los contextos de cada país reflejando, en muchas ocasiones, problemáticas como sociedades o poblaciones oprimidas.

Actualmente existe la legalidad de la práctica grafitera con autorización en muchos países, lo que ha sido un tema en disputa dentro de la misma comunidad grafitera pues, para muchos, el control y restricciones contradicen su esencia. Aún así, para otros, la ambigüedad legal ha hecho necesaria una política pública ideal de regulación.
Aquí un mapa sobre la legalidad actual del grafiti América:

Es legal en la mayoría de Estados mientras se tenga permiso. Sin autorización es considerado vandalismo, lo que se sanciona con multas o cárcel. El control varía dependiendo del Estado, hay unos más severos y estrictos que otros. En Texas está en el código penal de manera explícita y en el caso de Nueva Jersey, al no tener ningún tipo de regulación, queda a disposición de leyes de daños generales.
Debido a la reglamentación, se designaron espacios destinados para el grafiti como el Graffiti Hall Of Fame en Nueva York o Winwood Walls en Miami.

Para llevar a cabo proyectos de arte callejero se necesitan permisos previos en espacios públicos y privados. Sin autorización es completamente ilegal. Las sanciones dependen de la ciudad y estas pueden tratarse de multas o reclusión. La intervención a monumentos o que generen daños a la propiedad pública o privada se encuentran prohibidas por el Código Penal, cualquier conducta asociada al grafiti en este campo es ilegal.
Santiago de Chile y Valparaíso son ciudades referentes, en ellas hay mayor tolerancia e incluso se han impulsado festivales de arte urbano. Algunas de las intervenciones del estallido social en 2019 ahora son preservadas como parte de la memoria y patrimonio cultural.

En 2009, con la aprobación de la ley 706/07 se legaliza el grafiti en espacios o propiedades públicas y privadas siempre que haya permiso. Las autoridades penalizan las firmas o tags ilegales, que se diferencian del grafiti artístico. Por la regulación en ciudades como Sao Paulo o Río de Janeiro, también referentes para el ejercicio, hay espacios legales designados para grafiti.

Su regulación es a través de la solicitud de permisos previos tanto en espacios públicos como privados. No hay leyes específicas en su contra, pero el control depende del manejo de cada municipio. Puede haber intervención por parte de la policía en caso de denuncias; sin embargo, la penalización no es severa. La escena en Buenos Aires es referente para el grafiti latinoamericano. Este país no cuenta con zonas específicas designadas para grafiti.

Aunque no se sanciona el grafiti de manera explícita, en México se pone a disposición del Código Penal para castigar daños a la propiedad privada. Las sanciones o normativas dependen de cada estado, incluso su tolerancia o criminalización. Se penaliza con multas o detenciones. Ciudad de México es una ciudad referente, en ella está el Parque del Muralismo como zona legal y designada para la práctica.

Regulación basada en la autorización solicitando permisos previos, es decir, el grafiti sin permiso es ilegal y se sanciona con multas. Dependiendo de la zona puede llegar a ser perseguido. Debido al asesinato del grafitero Diego Felipe Becerra por parte de la policía en 2011, se crearon tanto espacios legales como herramientas de protección para artistas urbanos. Distrito Grafiti es una de las iniciativas para fomentar la práctica y su ejercicio responsable como arte urbano en Bogotá.
Sus ciudades referentes son Bogotá, Medellín y Cali, la primera considerada una de las capitales del grafiti de la región. Los murales pueden ser consideradas expresiones de memoria ante el conflicto armado y en algunas partes el grafiti es reconocido como expresión social y forma de arte urbano, un ejemplo de esto es la Comuna 13 en Medellín.


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