Las calles de Brasil en viñetas
Nuez de Brasil, la novela gráfica de Gidalti Oliveira Moura, revela un territorio urbano, amazónico, denso. Allí transcurre la vida de Nuez, turbulenta, como la de muchos niños que viven en las calles del continente.
ace unos años en una exposición realizada en un centro comercial de Belém do Pará, al norte de Brasil, una ilustración de Gidalti Oliveira Moura Júnior más conocido como Gidalti Jr fue retirada debido a las críticas y denuncias que hicieron algunos policías a través de redes sociales. La ilustración representaba a un niño de la calle, con cabeza de gallinazo, saltando por encima de un puesto de frutas, mientras un policía lo perseguía con un bolillo en la mano en el Mercado Ver-o-Peso, uno de los más antiguos de Brasil. Debido a la presión y las críticas, su trabajo fue retirado de la exposición sin contar con su opinión. La imagen de Gildati Jr era una representación incómoda, y el nuevo gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro no podía permitir su libre exposición.
Gildati Jr, profesor de Publicidad y Artes, empezó a dibujar historietas desde 2014 cuando inició la producción de Castanha do Pará, traducida al español como Nuez de Brasil por Planeta cómic, la cual es una adaptación del cuento Adolescendo Solar del escritor y poeta Luizan Pinheiro. Con esta historieta ganó en 2017 el premio Jabuti, el más prestigioso de Brasil, en la categoría Histórias em Quadrinhos. En ella narra la vida en las calles de Nuez, un niño con cabeza de gallinazo, heredero de una cruda violencia familiar, que lo obliga a vivir en las calles de Belém do Pará. En las calles de la ciudad portuaria y amazónica, Nuez va de un lado a otro, entre plazas y calles imaginando que vive con ídolos de los años noventa como Ayrton Senna o futbolistas, tratando de torcer su destino, a pesar de sufrir los golpes de una infancia vulnerable como la muchos niños en Latinoamérica.
¿Qué lo motivó a adaptar en historietas el cuento Adolescendo Solar del escritor y poeta Luizan Pinheiro?
Fui profesor en un curso de diseño en Belém do Pará y siempre me gustó traer referencias locales al contexto creativo. En un ejercicio de diseño de personajes, mis alumnos y yo creamos varias versiones para el niño de la calle que Luizan describe en el cuento. El resultado fue muy interesante y lo adjunté a mi portafolio. Cuando me mudé a São Paulo, me di cuenta de que hay una brecha en el imaginario urbano amazónico y, en paralelo, me interesaba cada vez más producir mi propio material, contextualizado en una realidad que conozco. Debido a que era una historia breve y conmovedora, había espacio para crear mucho más allá de la versión original. Pensé que sería un buen punto de partida para un primer proyecto de historietas.
En español no he podido leer la versión original del cuento de Pinheiro. ¿Más allá del cambio de lenguaje de literatura a historieta, qué tipo de transformaciones hizo en esta versión respecto a la original?
El cuento es corto y tiene un ritmo poético en el uso de las palabras. Traté de expandir el universo a partir de las razones por las cuales el niño estaba en la calle, presentando nuevos personajes y lugares que no existían en la historia. También intenté incrementar el carácter regional, valorando aún más elementos de la cultura amazónica en la obra. Exploré más las herramientas de la narrativa visual, ya que se trataba de una versión en historieta, trabajé en la prosa con más énfasis en la oralidad popular, en lugar del narrador que lo observa todo de la versión original. Hay, por mi parte, la adición de una estética surrealista y el formato de fábula.
Antes de la primera versión publicada usted trabajó durante tres años en el proyecto, ¿cómo fue su proceso de maduración en la narración durante todo ese tiempo?
Fue un proceso de aprendizaje y autoconocimiento. Había trabajado durante años en publicidad y en el sector educativo, y tenía que deshacerme de algunos vicios de mis trabajos, al tiempo que fui aprendiendo la dinámica necesaria para ejecutar un proyecto artístico. Aproveché muchas de las habilidades que ya había adquirido en estas áreas, como los conocimientos técnicos y un sentido del proceso para la investigación. Pero sabía poco sobre la lógica del mercado del libro, e incluso sobre el proceso creativo aplicado a la construcción de narrativas. Sigo en este camino de aprendizaje y siempre trato de dar espacio a la ingenuidad para participar en el proceso, generando resultados poco convencionales.
En la historieta la narración de principio a final es violenta, esa violencia contrasta con los lápices y las acuarelas y con el paisaje poético que por momentos inunda la narración. ¿Por qué decidió hacer una narración gráfica a través de acuarelas y lápices?
La elección de la estética pasó por muchas pruebas y errores. Como ilustrador comercial, termino teniendo muchos recursos a mi disposición, desde digitales hasta analógicos. Mi editor brasileño, Lobo, suele orientarme sobre la abundancia de propuestas gráficas y textuales que suelo generar. También tengo muchos profesores y amigos para intercambiar ideas y recibir consejos. En el caso de Castanha do Pará, me parece que las acuarelas y los lápices sientan bien en el calor, el clima húmedo y bochornoso y los colores saturados que tiene la región norte de Brasil.
Nuez de Brasil sucede en la ciudad portuaria de Belém do Pará, en comparación con algunos territorios de Colombia las imágenes remiten a puertos como el de Cartagena de Indias, en el Caribe, y Buenaventura, en el Pacífico ¿Cómo fue reconstruyendo la arquitectura de la ciudad, la presencia del Mercado do Ver-o-Peso, algunas iglesias, calles, plazas?
La historia se desarrolla en las afueras del casco antiguo de la ciudad, cerca de donde se encuentra el mercado Ver-o-Peso. Es una región antigua con mucha influencia europea, algo que es notable en la arquitectura. Pero este pasado está deteriorado, abandonado por las autoridades públicas. También está el contraste de la cultura ribereña, de los pescadores que transforman el paisaje, generando un escenario muy peculiar, que trato de presentar en la historieta. Es un paisaje típico de América Latina, en vista de los contrastes entre la modernidad y las influencias coloniales, y todos los conflictos derivados de estos encuentros. Pero la presencia amazónica hace de este entorno un lugar único en el mundo.
Nuez, así como los demás niños son personajes antropomórficos ¿A qué se debe la elección de representar a los niños de esta forma, animalizados?
Las razones son subjetivas y dejo que el lector viaje en estas posibilidades. Quizás el impacto de la dureza de ciertos temas necesite una fábula para bajar mejor en la garganta.
¿Podríamos decir que el trato que les damos a algunos animales es el mismo trato que le damos a los niños vulnerables?
Dada la cantidad de tiendas para mascotas y hoteles para perros, no lo creo. Algunos animales están en mejores condiciones.
Leyendo su trabajo recordé narraciones que ponen el foco en las violencias sobre la infancia, pienso en algunos cuentos de Rubem Fonseca, el cuento “Los gallinazos sin plumas” del peruano Julio Ramón Ribeyro o la película “La vendedora de rosas” del director colombiano Víctor Gaviria. ¿Revisó algunos de estos materiales para su narración? ¿Qué fuentes gráficas y narrativas verificó en el proceso?
Me he acercado a algunos de estos autores que mencionaste, especialmente a Rubem Fonseca. Es muy difícil ser sintético para responder a esta pregunta, pero para no quedarse solo en los clásicos como Machado, Jorge Amado o autores del boom latinoamericano entre otras figuras obligadas, agregaría los contemporáneos: Ariano Suassuna, Edyr Augusto, Geovani Martins y gente del cine, como Anna Muylaert, Walter Salles, Monique Gardenberg, Bráulio Mantovani y Kleber Mendonça Filho.
La historieta sucede a principios de la década de 1990, unos años de muchas transformaciones económicas, una de tantas la entrada triunfal del neoliberalismo. ¿Ha cambiado la vida en Brasil para los niños casi treinta años después?
No tengo datos concretos sobre la situación de los niños en Brasil, lo que sería ideal para responder a su pregunta. Entonces trabajaré desde mi percepción. Creo que, en el sentido del conocimiento general de la sociedad sobre los derechos del niño y qué ofrecer para una infancia plena y digna, muchas cosas han cambiado para mejor. Pero, en un sentido práctico, el niño todavía sufre mucho, independientemente de la situación socioeconómica en la que se encuentre inserto. Hay niños que viven en un contexto de violencia similar al de los años 90, donde la exposición a los riesgos de la calle (y dentro de la casa) es surrealista, ahora hay niños que son violentados de otras formas, sus relaciones afectivas está siendo suprimidas por el mundo digital que es tan peligroso como el mundo real. Veo avances en el sentido de la conciencia social, pero en la práctica, la pobreza, la violencia y la dinámica del mundo moderno todavía penalizan mucho a la infancia en Brasil.
En una entrevista para un medio de Brasil usted manifestaba que no le gusta ni entiende el fútbol, aun así en Nuez de Brasil este es un elemento que transita en la historia, ¿Por qué decidió darle presencia al juego así como a otros elementos del entretenimiento?
Por qué es imposible desprenderlo de la infancia, sobre todo la de los chicos. Para muchos jóvenes, el fútbol es sinónimo de oportunidad para un cambio radical de vida, sin olvidar que es una actividad que promueve la sociabilidad y es accesible para todos. Cuando éramos niños, jugábamos con botellas llenas de arena. En otras palabras: ¡ni siquiera necesitas una pelota! Independientemente de la situación, el niño tiene el poder de encontrar el juego en cualquier contexto, y eso tenía que estar en la historieta.
La imagen de portada del libro fue censurada en una exposición pública ¿Por qué cree que molestó tanto a la policía esta imagen?
En 2018, Brasil estaba experimentando el ascenso de una derecha radical, que ve en el autoritarismo, la beligerancia, el ejército, la policía y el poder judicial como la solución a todos los problemas de Brasil. Este movimiento es hoy más sólido, con importantes logros en los tres poderes del gobierno. Este contexto ha permitido que grupos radicales hagan prevalecer su voluntad y cosmovisión, interfiriendo en lo que debe circular en los espacios culturales. La libertad de expresión es un derecho fundamental, pero en este contexto no se puede criticar al mesías. Existe una tendencia que busca controlar lo que puede y no puede estar en la agenda de la producción artística. Esta corriente es atrasada, agresiva y antidemocrática.
No es habitual que se hagan traducciones o circulen historietas de Brasil en Colombia. Tengo referencias de autores como Laerte, Rafael Couthino, Joan Pinheiro, Marcelo Quintanilla, aunque son muy pocas ¿Cuál es el panorama de la historieta en Brasil en los últimos años? Además de estos trabajos ¿Qué autores recomendaría traducir y leer?
La producción cultural en Brasil, a pesar de las dificultades y ataques al sector, es intensa. Y la historieta vive un momento muy especial, impulsado por nuevas plataformas de financiación, distribución y difusión. Los festivales nacionales e internacionales en Brasil están contribuyendo mucho en este sentido, así como los sitios web y canales especializados, que han aparecido en masa en el país. Hay tanta gente produciendo que, honestamente, no puedo dar una lista completa. Sería muy injusto nombrar nombres específicos, a pesar de los gigantes en su pregunta. Por tanto, una buena muestra de autores brasileños está incluida en el catálogo Histórias em Quadrinhos Brasil, desarrollado por la Bienal de Quadrinho de Curitiba en alianza con el Ministerio de Comunicación y Cultura del Itamaraty. Es una hermosa sección contemporánea sobre los autores y obras de Brasil y está disponible en el sitio web de la bienal: www.bienaldequadrinhos.com.br
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