Sacarle una sonrisa a la crueldad
Transgrediendo el mito del circo de payasos y animales encerrados, llega Urban de Circolombia, un proyecto que desde hace cuatro años une piruetas, hip hop y teatro para contar historias de violencia a través de la acrobacia.
Beats de hip hop marcan el ritmo de los cantantes y bailarines mientras los acróbatas se acomodan para comenzar su rutina en la que construyen un edificio humano de tres pisos; son tres artistas que tiemblan pero que confían en lo que hacen, en sus compañeros y hasta en el suelo.
Diecisiete personas hacen parte de este show de CirColombia, compañía fundada por la inglesa Facility Simpson en 2002, conformado principalmente por caleños que llegaron a Europa a trabajar en distintos proyectos de acrobacia y circo pero que encontraron en este proyecto una manera de contar su historia. "Sentimos una necesidad particular de crear esta producción porque hacemos muchos shows y a menudo –cuando la gente piensa en Colombia o Latinoamérica– lo relaciona con plumas y poca ropa y no. Los artistas tienen unas historias muy fuertes de lucha y violencia y creímos que era tiempo de crear algo a partir de ellos y de sus experiencias", dice Simpson.
Jefferson Murillo tiene 27 años recién cumplidos, es alto, fornido y aunque su enorme cuerpo le de un aire de grandeza y solemnidad, su rostro es el de un joven pícaro que se divierte haciendo lo que hace. Él es acróbata profesional de baile y aire y es el encargado de ser el narrador del show en el que también cuenta su historia cantando y volando. Nació en un barrio pobre de la ciudad de Cali; fue abandonado desde muy pequeño por su madre, por lo que su padre tuvo que sacarlo a él y a sus cuatro hermanos adelante. Cuando su papá enfermó y uno de sus hermanos cayó en la cárcel, Jefferson trabajó cargando cajas para ayudar a su familia; en medio de un panorama turbio, encontró en el circo el lugar perfecto para hacer lo que le gusta. "El sueño de nosotros era este: que nos conocieran en todo Colombia, que sepan que hay personas que están representando al país con otros ojos".
Urban se ha presentado en escenarios tan importantes como el Fringe Festival en Edimburgo y el circuito Off-Broadway de Nueva York, además de varios países entre los que sobresalen Francia, Alemania, Holanda, España, Australia, Argentina y Brasil.
Su show tiene un fuerte contraste, pues más allá de mezclar diversos formatos en una presentación, tienen algo que el impecable y reconocido talento europeo no; picardía. Durante los ensayos no es raro oír carcajadas salir de cada rincón del escenario, jugueteos que se incorporaron al repertorio y que han fortalecido no solo su presentación sino a todo el grupo como una familia. "Algo que me gusta mucho de estar aquí es que uno comparte y se ríe mucho, algo que no me pasaba cuando me presentaba junto a artistas europeos pues hacíamos el número y ya se iban", cuenta José Henry Caicedo, tutor, equlibrista y acróbata.
A diferencia de muchos de sus compañeros, Johann Zapata no creció en un entorno de violencia o soledad, él decidió ser artista gracias a su papá, un reconocido clown que lo llevaba a circos desde pequeño. A los 11 años ingresó a la escuela de circo, a los 14 viajó por primera vez a un intercambio en París y desde entonces su vida se ha dividido entre Colombia y Europa. "Mi personaje en el show es un chico feliz que busca sacarle una sonrisa a la crueldad".
En este momento se están presentando en el Teatro Colón hasta el 23 de diciembre. Si quiere vivir la experiencia circense con todo el sabor de Cali no deje pasar esta oportunidad que, de seguro, lo dejará con la boca abierta y el corazón en la garganta latiendo a ritmo de rap.
Suscríbase a nuestro boletín
Sin spam, notificaciones solo sobre nuevos productos, actualizaciones.
Dejar un comentario