¿Dónde lo pegan los que lo pegan?
Salimos con Gavilán, Enka, Santa Gross, Juan sin miedo y Curzi a recorrer Bogotá y taparla con calcas.
¿Quiénes se encargan de tapar señales de tránsito, paredes y vitrinas con stickers?
Acá no hay política ni religión, sólo un grupo de jóvenes con bolsas llenas de stickers/calcas/pegatinas, o como quieran decirles, dispuestos a tapizar Bogotá. Intercambian diseños como si se trataran de tarjetas de presentación, las llevan entre los bolsillos de sus chaquetas en bolsas Ziploc, se apoyan en sus bicicletas, en los muslos de sus amigos o en los bordes de las ventanas para adherirlas a los rincones más altos de las vitrinas, señales de tránsito o paredes que encuentran. Chapinero, Teusaquillo y la Candelaria son sus lugares predilectos para rodar dejando adhesivo y tinta.
Nos reunimos con Daniel Martínez, mejor conocido como Gavilán, un artista de 27 años oriundo de Cali y criado en Pasto, cuyo trabajo ha sido publicado en libros como Parazita Kusok (Rusia), Pictoplasma Character Selfie (Alemania), Libro Ilustrado Interactivo (Ediciones Volcán, Colombia), Revista Gooo, edición de bicicletas (Argentina/Colombia) y Sticker Mestizo (Colombia). Ha hecho parte del Salón Visual Bacánika en dos ocasiones y ha expuesto en Berlín y Monterrey de la mano de Pictoplasma en 2015, y en el marco de Latino Graff 2017, en Francia.
“Si se arma un combo, llenamos todas las señales de un parque”, dice Gavilán mientras retira el papel del adhesivo de una de sus calcas para que Curzi, apoyándose sobre la rodilla de Enka (ambos artistas), la pegue en lo alto de una vitrina de una tienda de tatuaje de uno de sus amigos, Ratsplat. Son compañeros, diseñadores que disfrutan dejando su huella en paredes, espejos o sólo en la calle, esperando que la lluvia no desmorone sus creaciones.
—¿Por qué hace calcas? —le pregunto a Gavilán mientras caminamos por la calle 45 con 26, llegando al Parkway.
—Pues, parce, la verdad fue lo primero con lo que me topé. Al no tener panas que me enseñaran a pintar, o que al menos me contaran cosas básicas de pintura, decidí hacer calcas yo y probar cómo me iba. Vi que eran fáciles de llevar y que podía pegar muchísimas sin tener que cargar un montón de cosas.
Tras recorrer varias de las locaciones que Gavilán escogió, encontramos que existen dos tipos de lugares para encontrar calcas: aquellos donde los paquetes de stickers están a la venta y esos baños escondidos en los que las paredes y espejos parecen collages de pegatinas. Unas desgastadas, otras coloridas, algunas brillantes y pocas intactas.
Algunos ejemplos de estos spots son:
Kontra
Carrera 5 #21-92
En esta tienda, ubicada en el centro de la ciudad, no sólo encuentran ropa, parches e implementos para hacer grafitis, también están los paquetes de calcas a la venta, que no suelen superar los $10.000. La pared encima de la puerta está cubierta en stickers y, con el permiso de quien esté atendiendo, también se pueden colocar unas nuevas.
La Valija de Fuego
Carrera 7 #46-68
Quizá el lugar con más oferta de stickers en la ciudad. En este café y librería, ubicados aleatoriamente dentro del local, se encuentran paquetes de calcas de diferentes artistas, como Enka, Juan y Diego, CAMPESINAS, Toxicómano, Pseudohéroes, entre muchos otros.
La manera más popular de encontrar estos lugares, como dice Gavilán, es caminando. No existe una guía o un mapa (aunque pueden imprimir este artículo y llevarlo en el bolsillo), las pegatinas aparecen tras una noche animada en la que se junta un grupo de artistas, cada uno equipado con paquetes de hasta cien calcas, que se dispone a llenar de stickers las señales de tránsito que se les topen. Se reúnen porque tienen nuevos diseños, calcas acumuladas o porque la promesa de una cerveza los convoca.
—¿Cuál es el mayor reto de hacer stickers?
—Que duren. Muchas veces el pegante no es tan bueno, otras el plastificado. Se cae, se despega o se borra el diseño.
Gavilán comenzó a experimentar con los stickers de la mano de la impresora de su casa. Sin saber sobre tintas o papeles o pegantes sacó su primer paquete en un papel de baja densidad que, como dice él, “vos le echas una baba y se corre la tinta”. Esa misma noche salió a pegar. “Me sentía el gran vándalo. Esa noche llovió, salí a la mañana siguiente y sólo quedaba la silueta”. Ahí comenzó a preguntarse qué estaba haciendo mal. Su mejor amigo le dijo que necesitaba plastificarlos, su tatuadora le dio el contacto de quien imprimía sus stickers y comenzó a experimentar.
En el camino se topó con la tienda Kontra y con Enka, que lo ayudaron a perfeccionar sus calcas y a encontrar sitios estratégicos para pegarlas. Sus diseños empezaron a regarse por Bogotá. Ahora hay muchos lugares donde se pueden encontrar, todos firmados con las siglas GVLN.
Diantres/Casa común
Carrera 27 # 71B – 23
Este espacio cultural cuenta con grafiti, tatuaje y talleres de serigrafía. En el patio hay una puerta repleta de stickers de varios artistas: Manifiesto, PSM, Curzi, A tr3s manos, Colmillo, Garavato, Juanchaco, entre otros.
Casa Trescruces
Diagonal 53 C # 27 A – 20
Conocida en el mundo de las calcas por haber sido la sede del evento Tome Pa’que Pegue, su reja y la señal de tránsito más cercana están llenas de stickers. Se pueden diferenciar diseños de Don Motta, Kaox, Nefazta, Carsal y Nicho.
Para Jesús David Rodríguez, director creativo de Gráfica Mestiza, una plataforma cultural que desde hace siete años se dedica a la investigación y publicación de libros sobre las formas de intervención urbana, entre ellas el grafiti, el esténcil y el sticker art, las calcas son una forma de tantas de intervenir la calle. La ventaja es lo rápido y económico que es. “Hay quienes piden retazos de stickers en las imprentas y con marcadores hacen sus stickers. No gastan en vinilos o aerosoles”, afirma.
Cree en el poder de los stickers: “Lo bueno es que un sticker bien pegado en un sitio clave puede tener mucha más fuerza que un mural grandote en una ciudad llena de murales”. Como ejemplo habla del trabajo de Fusil, un artista caleño que tenía como firma pintar al Jesús del Sagrado Corazón con un fusil en la mano. Luego de hacerlo en murales, lo hizo en stickers que pegó en el Vaticano. Para Jesús David no existe mayor prueba de lo poderosa que es una imagen tan pequeña como la que estuvo en el balcón por donde sale el Papa.
Con Gavilán continuamos el recorrido por Bogotá para descubrir más espacios llenos de calcas. Las pegatinas no solo se encuentran en lugares relacionados con el arte o el diseño. Para averiguar más sobre estos baños ocultos y señales específicas, esperamos que cayera la noche. Al irse la luz del sol, el grupo se reúne frente a la tienda de diseño Casa Cubo, en la carrera séptima con 54. Llegan Curzi, Enka, Santa Gross y Juan Sin Miedo, que con bolsillos llenos de pegatinas se disponen a dejar su huella adhesiva en la ciudad.
La Rock N Rolla
Carrera 7 # 54 A-48
La Rock N Rolla
El baño de esta tienda de ropa es un spot donde se pueden encontrar calcas de varios artistas. Sólo hace falta girar la perilla para ver las paredes llenas de stickers.
Sombrillas
Calle 83 #14-23
Un bar repleto de calcas. En las paredes, además de rayones, firmas y dibujos, se encuentran desde stickers de Crudo, Enka, Gavilán, Santa Gross, Juan Sin Miedo, hasta “monas” de algún Panini de un mundial olvidado o un equipo de Guadalajara.
A pesar de que pegar stickers es una actividad que no denota ningún trasfondo social, político o económico, para aquellos que disfrutan adherir calcas en la ciudad es una excusa para reunirse un sábado en la noche a intercambiar sonrisas, diseños, comprar una que otra botella para charlar y pegar mientras alguna tabla de skate rueda y las rodillas se pelan.
Sin embargo, no todo es fiesta. Ejemplo de esto es el evento Tome Pa’que Pegue, organizado por Invitro Collective y el colectivo gráfico PSM, en el que artistas de México, Ecuador y Colombia se reunieron en Casa Trescruces para intercambiar, comprar y llenar sus bolsillos de calcas.
Gavilán estuvo presente en la organización del evento y confiesa que todo se salió de control.
—¿Qué pasó ese día?
—Pensamos que si llegábamos a las tres de la tarde íbamos a llegar temprano, ya que los eventos suelen comenzar a las cuatro o cinco. Pero unas cuadras antes estaba todo lleno. Yo pensé que eso no podía ser. Al llegar a Casa Trescruces estaba todo repleto. Parecía un concierto de hardcore, punk y reggae, era impresionante.
Para Jesús David, de Gráfica Mestiza, el evento fue una muestra de la fuerza que tiene el sticker art en Bogotá. Según su experiencia hay más stickers en las calles bogotanas que en las de Argentina, México, Ecuador, Perú o Venezuela. “No sé porque se da tanto, pero no solo es la cantidad sino la calidad. En las convocatorias que hacemos para los libros vemos puro talento. Desde sticker protesta, sticker sabotaje (a marcas), stickers que reflejan la identidad latinoamericana, indígena o afro, hasta stickers firma, o ícono, como los de “El 2” (artista conocido por sus calcas marcadas con un 2)”, dice Jesús.
Bogotá es la capital de la pegatina, pero en Medellín, Cali y Pasto se está activando el interés en esta forma de intervención, sobre todo con la ayuda de los colectivos gráficos.
El secreto de los recorridos para ver stickers es encontrar lugares caminando por ahí, medio perdido, sin seguir ningún indicio. Por ejemplo, en el recorrido que hicimos con Gavilán nos encontramos, sin buscarlos, con diferentes spots cerca de la Iglesia Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Hay tiendas de grafiti, señales de tránsito, casas abandonadas o vitrinas repletas de calcas. ¿Por qué? Porque sí, porque estaba muy limpia, muy sola, o porque ya había una o dos calcas de Dj Lu, El 2 o Criptón (referentes de la intervención urbana a través de calcas en Bogotá).
Hay tags —la firma del artista con su propio estilo, algo muy común en la escena del grafiti—, stickers con el formato Hello my name is, otros hechos en serigrafía, en vinilo, con transparencias, reflectivos, o metalizados. Hay miles de diseños, colores y formas, cada uno es el resultado de un proceso creativo, de un proceso de impresión y, sobre todo, de alguna rodada solos o con amigos, conquistando la simpleza de la noche.
—Gavilán, ¿qué tiene esto de especial?
—Yo creería que es como un bombing de grafiti, pero uno donde te ahorras recursos y espacio. Solo eso.
Por último, si quiere unir su huella adhesiva a la de los artistas acá mencionados puede imprimir sus calcas en Doblezero (Carrera 27 #10-00, El Ricaurte), donde Rise (Wilmar Ivan Sanchez en Facebook) y Diantres (Carrera 27 # 71B – 23) dependiendo lo que quiera hacer.
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