10 películas de terror para ver en Halloween
-Octubre 27, 2018
Si las fiestas y los disfraces de Halloween no son lo suyo, pero sí una buena maratón de películas y mucha pizza, esto es para usted.
Preparamos una selección de diez películas de terror apenas para esta época. No va a tener que hacer búsquedas eternas en Google o ganarse un virus en el computador porque ya hicimos la tarea por usted (en cada título está el link).
Posdata 1: No hacemos spoilers.
Posdata 2: Igual asegúrese de tener un buen antivirus.
1. La que está maldita
1. La que está maldita
El Exorcista (1973)
Se estrenó en 1973 y cuenta la historia de una niña de doce años llamada Regan MacNeil que es poseída por el diablo y luego sometida a un exorcismo. Fue nombrada como una de las mejores películas de terror de la década de los 70 y estuvo nominada a diez premios Óscar. Sin embargo, una serie de sucesos durante su rodaje condenaron a que también sea considerada como una de las más malditas de todos los tiempos.
A días de haber comenzado la producción de El Exorcista empezaron a suceder cosas extrañas: se rumora que había escenas ya grabadas que se borraban de las cintas sin razón alguna, voces que se escuchaban a través de micrófonos, objetos que desaparecían e incluso un incendio en los estudios Warner -donde se estaba grabando la película- que destruyó gran parte de la locación, retrasó seis meses el rodaje y dejó tres muertos. La habitación de Regan fue lo único que no sufrió daños.
¿Cómo era posible que tantos hechos desafortunados ocurrieran de manera tan seguida? No podía ser solo mala suerte, así que el equipo de producción decidió llevar un sacerdote para que bendijera el set de grabación.
A pesar de eso, siguieron las muertes de varias personas relacionadas a la película: Jack MacGowran y Vasilik Maliarios, dos actores que interpretaron personajes y que también mueren en la película, un guardia que vigilaba el set donde estaba la habitación de Regan, y Mary Ure, la actriz que interpretó a Regan en una adaptación teatral de la película que se hizo en 1975.
¿Mala suerte o maldición? No lo sabemos, pero aproveche este mes para retar a ese amigo que jamás se atrevió a ver El Exorcista.
2. La que no lo va a dejar dormir
Hereditary (2018)
Hereditary o El Legado del diablo no es de esas películas que lo mantienen gritando o saltando de su asiento cada diez minutos. Es, más bien, un ataque de angustia de dos horas en el que usted seguirá la historia de una familia norteamericana que está maldita. Todo empieza con la muerte de la abuela, una persona muy misteriosa que se llevó hasta la tumba muchos secretos que, más tarde, terminan condenando al resto de la familia.
Como le contamos al principio, esta película más que provocarle preinfartos lo que le ocasionará son golpes emocionales, uno tras otro.
Advertimos que puede quedar altamente perturbado después de ver esta película y que cuando cierre los ojos para dormir y todo esté oscuro, recordará las peores escenas, que son tan horribles como se puede, sin censura, pero no le podemos contar nada más.
3. La de la mejor banda sonora
The Witch (2016)
Aclamada por la crítica, esta es una película que los llevará al noreste de Estados Unidos en el siglo XVII y que muestra la historia de una familia cristiana que sufre las consecuencias de la brujería y la magia negra que fue traída por uno de los integrantes de la familia. Gran parte de su éxito y los buenos comentarios que ha recibido por parte del público se deben a su banda sonora, que es la encargada de mantener al espectador tensionado durante toda la película y crear un ambiente perturbador. El responsable es Mark Korven, un músico y canadiense que compuso 16 tracks para The Witch.
Este soundtrack está lleno de notas altas y bajas. En ocasiones pareciera que no hubiera ninguna pista de fondo, pero justo antes de alguna escena crítica el volúmen del track aumenta como anunciando que algo malo va a pasar. Es como si fuera otro de los personajes de la película: se hace presente en varios momentos y es el encargado de hacerle palpitar el corazón más rápido. La intención de la película es que sienta la tensión de la historia a través de su su sentido del oído y no de la vista.
4. La que está basada en hechos reales
Que una película de terror tenga algo de real nos gusta y nos asusta tanto que no pudimos elegir solo una.
Annabelle 2 (2017)
Annabelle 2 fue una de las películas que hizo llorar o sudar a muchos en las salas de cine el año pasado. A más de uno le costó dormir solo después de verla, sobre todo cuando empezó a circular por redes sociales la fotografía de la verdadera muñeca Annabelle. Porque sí: la muñeca que inspiró esta película aún existe y de hecho usted podría verla con sus propios ojos en The Warren’s Occult Museum, un museo ubicado Estados Unidos y fundado por Ed y Lorraine Warren, una pareja de investigadores de fenómenos paranormales.
Todo empezó cuando Donna, una estudiante de enfermería, recibió la muñeca como obsequio y cosas extrañas comenzaron a suceder: la muñeca cambiaba de posiciones y comenzaron a aparecer mensajes en papel junto a ella, aparentemente escritos por un niño. Donna consultó a una médium y esta le confirmó que el espíritu de una niña llamada Annabelle Higgins estaba dentro de su muñeca.
Annabelle era una niña que murió asesinada en la casa donde vivía Donna. A pesar de saber eso, quiso conservar la muñeca. No pasó mucho tiempo antes de que esta comenzara a ocasionar estragos, como atacar al novio de Donna, que nunca estuvo de acuerdo con su presencia en la casa. Ahí es donde recurren a los Warren que conocieron a la muñeca y descubrieron que lo que estaba dentro de ella no era el espíritu de una niña sino de un demonio. Ellos mismos se la llevaron al sótano de su casa en Connecticut, que es a su vez un museo de objetos paranormales.
Terror en Amityville (2005)
Una familia se muda a una casa gigante en medio de la nada. Son felices porque por fin hay espacio para que los niños y los perros jueguen, hasta que empiezan los ruidos raros. ¿Le suena? Seguramente sí. Esta es una fórmula que se ha repetido tantas veces en el cine de terror que ya nos hace preguntarnos por qué la gente no sospecha cuando una casa vieja con bosque propio y todo está en remate.
Sin embargo, esta película podría ser la excepción. Terror en Amityville está inspirada en un crimen que sacudió a Estados Unidos en la década de los setenta. Ronald DeFeo Jr. tenía 23 años cuando asesinó a balazos a sus padres y sus cuatro hermanos mientras dormían. Cuando se declaró culpable, dijo que “unas voces” lo habían obligado a hacerlo.
La ficción empieza cuando George Lutz se muda con su esposa e hijos a la casa donde solo un año atrás había ocurrido la masacre de los DeFeo. Aunque se hicieron los valientes al decidir comprar el inmueble a pesar de su historia, la vida de los Lutz se vuelve una pesadilla cuando el padre empieza a escuchar voces y la hija menor se hace amiga de un fantasma. La casa real todavía existe, está en Amityville, Nueva York y se puede visitar. Si se obsesiona con el tema, también puede leer el libro y ver la película original (solo que en esa no aparece Ryan Reynolds sin camisa).
5. La que no da miedo
La casa de cera (2005)
Esta es una de esas películas de terror que podría ver solo y con la luz apagada.
Aquí le cuentan la historia de un grupo de jóvenes estadounidenses que deciden hacer un viaje por carretera para asistir a un partido de fútbol en Missouri, pero algunas cosas se complican en el camino: son asaltados y el carro en el que se descompone. Así terminan en Ambrose, un pueblo en el que en vez de gente hay esculturas de cera. Al poco tiempo de estar ahí se dan cuenta que tienen que huir para no terminar convertidos en una de ellas.
Tampoco es que se vaya a quedar dormido viéndola, pero si está buscando sentir miedo vaya a otros puntos de la lista. Esta la puede dejar para verla con su amigo miedoso o con el que ama a Paris Hilton, que es una de las actrices de la cinta.
6. La clásica
El bebé de Rosemary (1968)
Es probable que usted no hubiera nacido cuando esta película se estrenó en Colombia, pero gracias a internet puede acceder a esta joyita, que está cumpliendo cincuenta años. Es un clásico porque fue el primer film 100% estadounidense de Roman Polanski, porque sus protagonistas son Mia Farrow y John Cassavetes, pero sobre todo porque gira alrededor de un tema que no se exploraba mucho en el género en esa época: ¡SATANÁS Y BRUJERÍA!
Aunque el acercamiento al satanismo y los rituales no es tímido, el verdadero gancho de la historia no está construido a partir de imágenes ficticias, sino de pura tensión. Así es como una adorable mujer recién casada se convierte, casi sin darse cuenta, en el vientre alquilado del diablo. Lo mejor de todo es que la historia está tan enmarcada en la cotidianidad que el desenlace es una verdadera sorpresa para el espectador, la vea una o mil veces.
7. La mejor serie
Annabelle era una niña que murió asesinada en la casa donde vivía Donna. A pesar de saber eso, quiso conservar la muñeca. No pasó mucho tiempo antes de que esta comenzara a ocasionar estragos, como atacar al novio de Donna, que nunca estuvo de acuerdo con su presencia en la casa. Ahí es donde recurren a los Warren que conocieron a la muñeca y descubrieron que lo que estaba dentro de ella no era el espíritu de una niña sino de un demonio. Ellos mismos se la llevaron al sótano de su casa en Connecticut, que es a su vez un museo de objetos paranormales.
Terror en Amityville (2005)
Una familia se muda a una casa gigante en medio de la nada. Son felices porque por fin hay espacio para que los niños y los perros jueguen, hasta que empiezan los ruidos raros. ¿Le suena? Seguramente sí. Esta es una fórmula que se ha repetido tantas veces en el cine de terror que ya nos hace preguntarnos por qué la gente no sospecha cuando una casa vieja con bosque propio y todo está en remate.
Sin embargo, esta película podría ser la excepción. Terror en Amityville está inspirada en un crimen que sacudió a Estados Unidos en la década de los setenta. Ronald DeFeo Jr. tenía 23 años cuando asesinó a balazos a sus padres y sus cuatro hermanos mientras dormían. Cuando se declaró culpable, dijo que “unas voces” lo habían obligado a hacerlo.
La ficción empieza cuando George Lutz se muda con su esposa e hijos a la casa donde solo un año atrás había ocurrido la masacre de los DeFeo. Aunque se hicieron los valientes al decidir comprar el inmueble a pesar de su historia, la vida de los Lutz se vuelve una pesadilla cuando el padre empieza a escuchar voces y la hija menor se hace amiga de un fantasma. La casa real todavía existe, está en Amityville, Nueva York y se puede visitar. Si se obsesiona con el tema, también puede leer el libro y ver la película original (solo que en esa no aparece Ryan Reynolds sin camisa).
5. La que no da miedo
La casa de cera (2005)
Esta es una de esas películas de terror que podría ver solo y con la luz apagada.
Aquí le cuentan la historia de un grupo de jóvenes estadounidenses que deciden hacer un viaje por carretera para asistir a un partido de fútbol en Missouri, pero algunas cosas se complican en el camino: son asaltados y el carro en el que se descompone. Así terminan en Ambrose, un pueblo en el que en vez de gente hay esculturas de cera. Al poco tiempo de estar ahí se dan cuenta que tienen que huir para no terminar convertidos en una de ellas.
Tampoco es que se vaya a quedar dormido viéndola, pero si está buscando sentir miedo vaya a otros puntos de la lista. Esta la puede dejar para verla con su amigo miedoso o con el que ama a Paris Hilton, que es una de las actrices de la cinta.
6. La clásica
El bebé de Rosemary (1968)
Es probable que usted no hubiera nacido cuando esta película se estrenó en Colombia, pero gracias a internet puede acceder a esta joyita, que está cumpliendo cincuenta años. Es un clásico porque fue el primer film 100% estadounidense de Roman Polanski, porque sus protagonistas son Mia Farrow y John Cassavetes, pero sobre todo porque gira alrededor de un tema que no se exploraba mucho en el género en esa época: ¡SATANÁS Y BRUJERÍA!
Aunque el acercamiento al satanismo y los rituales no es tímido, el verdadero gancho de la historia no está construido a partir de imágenes ficticias, sino de pura tensión. Así es como una adorable mujer recién casada se convierte, casi sin darse cuenta, en el vientre alquilado del diablo. Lo mejor de todo es que la historia está tan enmarcada en la cotidianidad que el desenlace es una verdadera sorpresa para el espectador, la vea una o mil veces.
7. La mejor serie
La maldición de Hill House (2018)
Esta serie de Netflix no se parece en nada a American Horror Story, si eso es lo que se espera de una serie de terror.
Esta historia, basada en una novela de la autora norteamericana Shirley Jackson (ñapa: uno de sus cuentos más conocidos, “La lotería”) y de la que ya se habían hecho dos películas, es terror clásico a más no poder: la historia de una familia y de sus fantasmas en una casa embrujada (ver arriba Terror en Amityville). Sencillo. Eso se traduce en pesadillas, temor a la oscuridad, claustrofobia y, por supuesto, la constante duda de qué tanto de lo que damos por hecho es real. Terror del bueno, del que apela a los miedos más arraigados.
El cuento va más o menos así: una familia, los Crain, se muda a una casa antiquísima para remoderlarla y venderla por más dinero del que alguna vez se pudieron imaginar. Pretenden pasar allá ocho semanas, el verano, y listo, adiós para siempre. Sin embargo, “la casa” y “la última noche” permanecen con ellos varios años, como una maldición, por supuesto.
La serie, sin embargo, no está contada en orden cronológico y empieza en el “ahora”, para reconstruir esa noche final a partir de flashbacks y de secuencias oníricas que resaltan un sinnúmero de traumas de los seis miembros de la familia. Un resumen muy escueto, pero es que el mantra es “nada de spoilers”.
El encanto de esta serie –sí, como un encanto del que uno no puede deshacerse y que lo obligará a maratonear hasta tener sueños de esos raros– radica no solo en cómo el director Mike Flanagan logró ajustar el terror clásico al formato de televisión, sino en cómo tradujo el terror de casa embrujada a uno más cotidiano que tiene que ver con nuestros secretos ocultos, la imposibilidad de la comunicación y cómo las pesadillas, incluso las más básicas e infantiles, se pueden convertir en realidad. El verdadero terror a veces es la misma familia.
Para resaltar: el episodio seis, que es casi todo un solo plano secuencia en un espacio cerrado con diálogos como de obra de teatro y con una paleta de color que podría matar de la envidia a Wes Anderson. Es el episodio bisagra, en el que todo cambia, en el que los fantasmas dejan de ser un recuerdo. Televisión (o streaming) de calidad.
8. La que nadie conoce pero es buena
Ghostland (2018)
¿En su casa todavía hay muñecas de porcelana? Después de ver esta película no las querrá cerca Ghostland figura más bien como una película de horror y sigue la historia de una mujer que con sus dos hijas adolescentes empieza a vivir una pesadilla al llegar a una casa que heredó y que está llena de objetos extraños, antiguos y perturbadores como esas muñecas que lo siguen a uno con la mirada.
Advertimos escenas extremadamente gráficas donde usted podrá ver el alcance que pueden tener un par de psicópatas que irrumpen en la casa para hacerles vivir la peor noche de sus vidas a estas tres mujeres. Esta cinta le apunta directamente a su psiquis, y eso es precisamente lo que la hace merecedora de las buenas críticas: el hecho de que lo hace experimentar el miedo de otra forma al introducirlo en una historia que también le podría pasar a usted.
No se ha escrito mucho de ella pero las reseñas no hablan mal. Además la puede ver en Pelispedia.
Advertimos escenas extremadamente gráficas donde usted podrá ver el alcance que pueden tener un par de psicópatas que irrumpen en la casa para hacerles vivir la peor noche de sus vidas a estas tres mujeres. Esta cinta le apunta directamente a su psiquis, y eso es precisamente lo que la hace merecedora de las buenas críticas: el hecho de que lo hace experimentar el miedo de otra forma al introducirlo en una historia que también le podría pasar a usted.
No se ha escrito mucho de ella pero las reseñas no hablan mal. Además la puede ver en Pelispedia.
9. La que hasta el más miedoso se la ha visto
El aro (2002)
Ya sea porque se la pasaba en Blockbuster o Betatonio todos los fines de semana o porque vio varias veces Scary Movie, el nombre Samara significa para todos una melena de pelo negro saliendo de una pantalla de televisor, una llamada que no se debe contestar y una muerte segura en siete días.
Aunque la que más conocemos es el remake gringo de una película japonesa, El Aro fue importantísima para el nuevo milenio. Si bien la imagen de una pelada toda tronchada y con el pelo mojado tapándole la cara sea lo más memorable, 16 años después de su estreno podemos darnos cuenta de que en realidad es un retrato inteligentísimo de su tiempo. ¿No le parece raro que justo cuando estaba de moda comprar DVD para tener en la casa saliera una película cuya historia giraba en torno a una cinta de video maldita y llena de estática? En ese momento ni sospechábamos que el DVD iba a eclipsar completamente al amado VHS, y vea lo que pasó. Ojo, también acuérdese que la llamada que sellaba la muerte de los personajes entraba por un teléfono fijo y después los celulares se tomaron el mundo. Ahí le dejamos la inquietud.
El aro (2002)
Ya sea porque se la pasaba en Blockbuster o Betatonio todos los fines de semana o porque vio varias veces Scary Movie, el nombre Samara significa para todos una melena de pelo negro saliendo de una pantalla de televisor, una llamada que no se debe contestar y una muerte segura en siete días.
Aunque la que más conocemos es el remake gringo de una película japonesa, El Aro fue importantísima para el nuevo milenio. Si bien la imagen de una pelada toda tronchada y con el pelo mojado tapándole la cara sea lo más memorable, 16 años después de su estreno podemos darnos cuenta de que en realidad es un retrato inteligentísimo de su tiempo. ¿No le parece raro que justo cuando estaba de moda comprar DVD para tener en la casa saliera una película cuya historia giraba en torno a una cinta de video maldita y llena de estática? En ese momento ni sospechábamos que el DVD iba a eclipsar completamente al amado VHS, y vea lo que pasó. Ojo, también acuérdese que la llamada que sellaba la muerte de los personajes entraba por un teléfono fijo y después los celulares se tomaron el mundo. Ahí le dejamos la inquietud.
Los que crecimos viendo Destino final y La bruja de Blair en piyamadas con amigos, pensábamos que el día que nos tocara encontrarnos con la muerte seguro iba a ser en grupo y en alguno de esos paseos de Semana Santa en Melgar. Por suerte el tiempo pasó, las franquicias de esas películas se acabaron y nuestro dealer audiovisual dejó de ser el señor del puente de TransMilenio.
Entonces empezamos a alimentar nuestra sed de terror con films que abordan el miedo desde ángulos distintos y que no precisan criaturas de ojos rojos y voces guturales para rayarnos la cabeza. Get Out es el primer largometraje del director estadounidense Jordan Peele y sin exagerar, es un 10/10: una historia que combina sesiones hipnosis, racismo y sectas con humor inteligente, buenos actores, un Óscar a mejor guión original y varias nominaciones, una gran banda sonora y por supuesto, el superpoder de dejarlo paranóico durante días. Aquí el terror es el de enfrentarse con uno mismo y descubrir verdades muy oscuras. Ese tipo de miedo que no se va rezando ni cerrando los ojos, porque todo está en su cabeza. Si nos hace caso con esta, va a tener pesadillas y la satisfacción de haber visto una gran película. De nada.
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