Así se hizo el afiche de Rock al Parque 2023
La imagen de un enorme perro sobre una guitarra ha rondado por todas partes a medida que se acercan los tres días del festival. Conozca el proceso creativo de la imagen a cargo de Ataul, un tributo a la pasión por la música, la libertad y la energía.
Después de casi tres décadas, Rock al Parque es uno de los eventos que genera más expectativa y emoción para el público bogotano cada año.
La programación de este año, incluirá durante tres días a artistas de líneas variadas como In Flames, Ana Curra, Matías Aguayo, Jenny Woo, Los Pericos, Los Auténticos Decadentes, Las Pastillas del Abuelo y Julieta Vegenas, entre las más de 60 agrupaciones que podrá ver en vivo entre el 11 y el 13 de noviembre. Y este año como cada vez, el festival ha mantenido una conexión especial con su narrativa gráfica, esa que a veces incluso ha despertado polémicas y críticas, pero que siempre ha acompañado al evento, apoyando al diseño gráfico colombiano.
En esta edición hablamos con Ataul, creador del afiche del Rock Al Parque 2023 y viejo amigo de la casa que por más de una década se ha dedicado a ilustrar en distintos sectores, principalmente en el musical, y que nos ha acompañado en nuestros Versus, nuestras selecciones de maestros del dibujo y la ilustración colombiana, y en esta sección, donde le contamos en exclusiva cómo fue el proceso de creación y composición de los carteles del festival, justamente como ya lo hicimos con él para la versión 2018, que también diseñó.
Este año Idartes no hizo la tradicional convocatoria, ya fuera abierta o interna dentro de su equipo de diseñadores: se le pidió al ilustrador resolver la propuesta con un pequeño obstáculo, el tiempo. “Hacer un afiche que está posiblemente en el ojo del huracán, [para un público] que le interesa la imagen y la música, es saber que mucha gente opinará al respecto. Entonces manejar un concepto que mantuviera la expectativa en un corto tiempo era un reto. Pero lo logramos”, dice Ataul.
El proceso: un resultado de la conexión con el festival
La directriz de la entidad para esta edición fue apelar a la pluralidad y diversidad, dos términos a los que cada vez le apuesta más el festival con sus selecciones y curaduría artística. “De un tiempo para acá el festival se ha abierto a géneros que entran dentro del rock, pero que no son necesariamente puristas, que era lo tradicional del festival”, menciona Ataul, añadiendo la importancia de la complejidad en el sentido de crear una imagen nueva que cuente algo sin repetir.
“Antes sabía por televisión que existía una cosa así, gigante, que salía en todos los medios, pero que no sabía cómo funcionaba por dentro. Luego trabajé en Idartes y tuve la oportunidad de proponer algunas imágenes para el festival, pero desde lo institucional. Allí me encontré con el corazón de un monstruo. Y después de salir de Idartes he tenido otra conexión que es ir como asistente; gozarse el festival es otra cosa”, comenta el diseñador.
Con estos recuerdos, la experiencias del afiche del festival en 2018 y la de colaborar con otros artistas en otras ediciones, a Ataul se le abrió el espectro para responder a la temática que le propusieron y hacer su segundo cartel como artista individual.
“Me puse a pensar y recordé que cuando estaba en Idartes siempre quise hacer un perro callejero. Y tenía un tiro para hacerlo, así que debía tener mucha puntería en lo que propusiera y desarrollarlo técnica y plásticamente para que funcionara” dice Ataul.
Guerrear y hacer catarsis: creación de las imágenes
Con una propuesta que buscaba dejar de lado a las figuras mitológicas y a las personas, Ataul encontró al perro callejero, “¿Quién mejor que un perro callejero? Me pareció ideal porque encierra el concepto de la diversidad. Es un perro mestizo que no tiene una raza pura, sino una mezcla”, añade Ataul.
Luego de intentar con otros perros con hocico más corto o más chiquito, Ataul llegó al perro de taller como referente para transmitir todo lo que cubre la potencia de Rock al Parque: un monstruo gigante de tres escenarios, pero también una metáfora de los asistentes que como este perro, van y se mojan, pero la siguen con la energía; va a gozarlo.
Con la idea aprobada, el ilustrador finalizó su trabajo en un aproximado de 15 días con una composición que tuvo como resultado varias cosas interesantes: aunque los afiches siempre están compuestos de manera central, con todo el peso hacia la mitad, el artista probó una ubicación que tuviera una diagonal, rompiendo el formato y generando una potencia distinta.
Otro elemento que terminó de dar el sentido de la narrativa fue la guitarra, que aunque en un inicio le parecía peligrosa al artista por lo directa y explícita, terminaba completando el mensaje del cartel, pues no la utilizó como un quién, sino como un territorio que se habita, al usarlo como el piso en el que el perro se encuentra.
Aludiendo al gesto de romper la guitarra, recurrente en la historia del rock, el artista vio allí una acción catártica semejante a la liberación y alivio que se experimenta una vez termina la espera, y se conoce y disfruta lo que tiene cada año el festival. “Por último, la vegetación es un indicio totalmente directo con el parque Simón Bolívar”, dice Ataul.
Una paleta que busca volver a la reproducción análoga
La intención estética del afiche parte de una paleta cromática reducida, entre el rojo y el negro, porque además de buscar una mezcla que ajustara perfectamente al mensaje y el diseño, el artista pensó en crear una átmosfera relacionada con la producción de imagen para festivales, que muchas veces se ha hecho tradicionalmente por medio de la serigrafía. “Es una técnica que se hace posible con la reducción cromática, entonces tomé la decisión para que pueda ser reproducida así”, añade.
El artista recalca la importancia de conservar la parte semántica que refleje un mensaje con potencia visual, pues lejos de pegarse en las paredes como era frecuente antes, ahora se convierten en imágenes que conviven en un sistema de las plataformas digitales y aplicaciones, en donde todas se pelean con todas. De ahí que Ataul busque que sus composiciones queden en la memoria de los asistentes de un evento tan icónico como Rock al Parque, para que puedan enlazarlas las experiencias que se llevan de vuelta a casa con la imagen del cartel del festival en la cabeza.
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