El collage de Little Calpurnia
“Ya hay muchas cosas hechas, tenía que encontrar mi propio estilo, mi tono, mi color y mis trazos”.
Hannah Höch, Man Ray y el mismo Pablo Picasso son artistas que utilizaron el collage como una técnica de composición y expresión artística. El término viene del francés coller, que traduce pegar y consiste en ensamblar diferentes elementos para crear algo nuevo. Para Camila Villota Bastidas, una caleña de veinticinco años criada en Jamundí, la pasión por unir e intervenir fotografías surgió de un corazón roto.
Camila es diseñadora industrial y artista visual de la Universidad ICESI, en Cali, y actualmente se encuentra radicada en Santiago de Chile. Su seudónimo es Little Calpurnia. Se define a ella misma como una todera, ya que a través de su carrera ha experimentado con fotografía, dibujo, ilustración y gifs, ha realizado contenido para la moda y ha trabajado como directora de arte en agencias como Modo Santiago y Pedro Juan y Diego. Ella cree que la técnica no debe definir al artista y por eso ha surcado cuanta rama del arte se ha cruzado en su camino y aceptado nuevos retos cada vez que se le han presentado.
Camila tiene un peculiar acento entre chileno y caleño, una combinación de entonaciones y expresiones que confunden si se mantiene una conversación fluida y rápida. Se ríe bastante, incluso cuando cuenta historias que implican tristezas. El amor ha sido en gran parte el motor de una porción de su trabajo: sus primeros pasos surgieron de una relación que, al terminar, le dejó a Little Calpurnia mucho por sacar de su interior. Como una granada, cuenta que su corazón explotó en 200.000 pedazos y, a modo de catarsis, ella empezó a crear imágenes partiendo de ese órgano que bombea sangre pero al que le damos un valor más sentimental; paralelamente comenzó a tomar fotografías y a intervenirlas.
La figura de la mujer fue otro de los elementos que inspiró su obra. Su visión del mundo comenzó al ojear las revistas de los años setenta que había en su casa. A pesar de que el concepto de “señorita” no le apasionaba, los colores y el estilo de la imagen, sí. A partir de ese momento, y sin falta, durante más de cuatro años ha realizado al menos un collage semanal. Al principio fue la intervención fotográfica la técnica elegida para realizar su trabajo, pero a medida que pasa el tiempo Camila ha experimentado con las animaciones, los gifs, el hilo, las telas y diferentes técnicas de ilustración.
Camila considera que lo más difícil en su carrera fue encontrar una voz. “Ya hay muchas cosas hechas, tenía que encontrar mi propio estilo, mi tono, mi color y mis trazos”. Entre sus referentes señala a la artista griega Eugenia Loli, conocida mundialmente por sus collages compuestos por imágenes provenientes de revistas de las décadas cuarenta y cincuenta. Después de mucho trabajar, Camila descubrió que los ojos grandes, los personajes cabezones y la paleta de color eran los que hacían que Little Calpurnia, su firma, fuera diferente.
Chile ha tenido una gran influencia dentro de su trabajo: Camila expresa que la oferta laboral en ese país es mucho más amplia que la que encontró en Cali, su sueldo le ha permitido vivir sola con un nivel de comodidad que quizá no encontraría en Colombia haciendo lo que hace. Además, confiesa que la libertad que caracteriza a las empresas donde ha trabajado la he llevado a crecer profesionalmente; siempre ha tenido el tiempo de buscar nuevas técnicas pictóricas, materiales y referentes para añadir a su trabajo, nunca ha tenido una mano estricta sobre su cabeza que limite su proceso creativo.
Además, las estaciones del metro, las caminatas, la música y el concepto de arte que se maneja en Chile han hecho que Camila absorba gran parte de su cultura y la plasme en su trabajo. Cuando mira hacia atrás, logra comprender el cambio que significó para su vida el viajar fuera de Cali. En la ciudad donde nació vivió un amor tortuoso, poco grato; en cambio, en Santiago de Chile descubrió un amor tranquilo y despreocupado.
Para Camila, su trabajo nace y se desarrolla de la extrapolación de sentimientos que habitan en su interior, la intención siempre ha sido expresar lo que siente, sacarlo todo y no guardarse nada. La inmediatez que caracteriza al ambiente digital ha hecho que su obra no se pierda entre montañas de papel, los gifs, imágenes y archivos que se encuentran en sus páginas de Facebook, Behance o Fickr “durarán para siempre”, dice. A pesar de eso, experimenta con hilo, telas y grafito: Little Calpurnia continúa trabajando con imágenes, corazones e historias y sigue balanceándose entre las ramas del arte que la apasionan.
// Fotos: Camila Villota. //
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