Frank, el Mysterio del Art Toy
Rafael Pantoja, mejor conocido en el mundo artístico como Frank Mysterio, nos cuenta sus influencias, su proceso de inmersión en el mundo de los Art Toys. El artista mexicano es uno de los invitados a la Franja Bacánika de Diseño e Ilustración en la Feria Internacional del Libro de Cali.
Por qué nos encariñamos o nos identificamos con un juguete? ¿Cómo se convierten esos artefactos sintéticos en parte de nuestra memoria y de nuestro mobiliario? La relación personal con estos objetos y la forma en que nos apropiamos de ellos puede cobrar mayor sentido cuando nos alejamos de la producción industrial y entramos al terreno de los juguetes de autor; cuando sabemos que cada detalle está puesto ahí, de esa forma y en ese color, por la intención, la búsqueda y la historia personal de un creador.
Sean cinco o sean veinte por cada modelo, los juguetes de autor, los Art Toys, son figuras que llevan la esencia de ese artista. La firma en el pie de estas creaciones dice “Frank Mysterio”, y detrás de cada una de ellas hay horas de diseño, pintura y viajes entre continentes.
El nombre real de Frank Mysterio es Rafael Pantoja, y sus días comienzan temprano. A las 5:00 de la mañana, la cuenta de cuántos juguetes tendrá que pintar le hace comenzar su jornada artística que va hasta las 9:00. En el transcurso de esas horas se dedica a pintar, a veces hasta 20 juguetes en una jornada; lo hace concentrado, contento, hasta que llega el momento de cambiar el chip. Entonces se pone la máscara de publicista y vuelve a ser Rafael: hasta las diez de la noche, trabaja para compañías farmacéuticas, clientes muy movidos en tiempos de pandemia. La jornada termina para Rafael, deberá esperar hasta el amanecer siguiente para quitarse la máscara y volver a su pasión: los juguetes que diseña bajo el nombre de Frank Mysterio.
Pero, vamos más atrás. El Mysterio no lo acompaña en su trabajo como artista porque su personalidad sea un enigma o porque se mantenga entre las sombras. El apellido lo adoptó de Rey Misterio, su ídolo de infancia, ex luchador profesional mexicano y una de las primeras grandes figuras de la lucha libre. Ese ambiente de espectáculo fue el espacio en el que encontró sus primeros héroes: “Cualquier niño de México que vio la lucha libre, tuvo sus propios superhéroes mexicanos. Era un tema muy bonito. Estados Unidos creció con el cómic, yo crecí viendo a mis personajes favoritos en vivo”.
Y como todo niño, no necesariamente mexicano, Rafael fue aficionado a los juguetes. He Man, las Tortugas Ninja, estas figuras que protagonizaron cómics, series y películas siempre fueron sus objetos de deseo, incluso cuando la niñez fue quedando atrás. A la par de la lucha libre y los juguetes, sus manos fueron dadas siempre al dibujo, al arte, a los detalles, por eso hoy, habla de sus juguetes como algo tradicional, artesanal, sus creaciones tienen la dedicación y el valor de ser piezas únicas e irrepetibles.
El momento de quiebre en donde Rafael Pantoja se convierte definitivamente en Frank Mysterio llega con sus inicios en la ilustración. Ya tiempo atrás, su hermano le había regalado una camiseta con un gafete estampado con el nombre “Frank”, por lo que la gente comenzó a llamarlo así. Esto, sumado al apellido que tomó de su ídolo, lo convirtió en lo que hoy es: “podría llamarme Juan Misterio, Luis Misterio, Rafael Misterio, pero terminó el nombre de la playera. Mysterio es esa palabra que termina englobando muchas cosas. Soy un ser humano. Me gusta beber, me gusta fumar, me gusta hacer lo que me gusta hacer, y de eso se trata, de que la gente haga lo que le gusta”.
Ya siendo Frank Mysterio, trabajó como ilustrador de esa disciplina que le apasiona desde niño: la lucha libre. En esta industria logró hacerse un nombre importante trabajando para luchadores reconocidos, revistas y espacios donde este fenómeno tiene cabida. Casi naturalmente, de su labor de ilustrar la lucha libre llegó la oportunidad de comenzar a pintar juguetes.
En principio, la lucha libre lo siguió acompañando con un estilo gráfico muy marcado. Tanto así, que en sus primeras presentaciones como Frank Mysterio, solía aparecer en eventos con una máscara de luchador. Durante tres años, la dedicación y el cuidado de pintar cada juguete fue enfocada en encargos, compañías que veían en Frank una alternativa para darle vida y color a las figuras de vinilo suave que estaban destinadas a ser art toys. Cuando llegó el momento de hacer una creación 100% de su autoría, todo cambió: “Es como si todo el tiempo estuvieras pintando carros Volkswagen. Un día dices, voy a sacar mi propio carro, diseñado y pintado por mí. Es una independencia totalmente desde cero”.
Gracias a un amigo residente en Japón, los juguetes diseñados por Frank son materializados en el país nipón, donde sus creaciones tienen gran acogida. Por esta relación, el interés de Frank y su inspiración se inclinó hacia el sofubi, una especialidad de juguete japonés cuyo nombre se deriva del soft vinyl o vinilo suave. En este material se realizan la mayoría de figuras coleccionables en el mundo: los Funko, los juguetes de Mattel y los de Frank Mysterio.
Desde que su creación se enfocó en el sofubi, el aire de sus juguetes tomó una tendencia mucho más inclinada hacia el gore o hardcore. Por esto las máscaras coloridas y de tonos brillantes se transformaron en calaveras y armaduras similares a las que usaban los samurais. Ahora sus juguetes parten de una estructura humanizada con brazos y piernas, pero están llenos de colmillos que sobresalen en los rostros que no son calaveras. Ojos (en ocasiones más de dos), cuernos, arrugas y alas que construyen una identidad similar entre los diferentes modelos que diseña. Todo resaltado por trazos de colores fosforescentes que son transversales a los pequeños cuerpos. Otros, de un solo tono o con transparencias y otros ceñidos a estilos más oscuros, con predominancia de tonos blancos y negros.
Nadie es profeta en su tierra y Frank lo tiene claro. Sus juguetes no se mueven en México y Latinoamérica como sí lo hacen en Europa, y más que todo en Asia y Estados Unidos: “Hace unos meses saqué un juguete enfocado 100% en la cultura mexicana y en México se vendió súper bien. Mi segundo juguete, mandado a hacer en Hong Kong, trae una esencia más oriental. La gente aquí no entiende, preguntan: “¿qué pasó?, pensé que ibas a sacar una serie de juguetes hechos con cultura mexicana”. Yo les digo no, es que saco esto porque es lo que me gusta, todo este juguete se termina yendo a Estados Unidos o Asia”.
Este domingo 18 de octubre, a las 6:00 de la tarde, este artista méxicano compartirá sus experiencias en el proceso de creación de sofubi o art toys en una charla llamada “Art Toys: las múltiples vidas de una Barbie”. Frank hará parte de este ciclo de charlas de la Franja Bacánika de Diseño e Ilustración en la Feria del Libro de Cali junto con Artefacto y Sadoi Toys, un encuentro en torno a la producción de juguetes para niños grandes con experiencias desde Colombia y México.
Para Frank la vida no es que sus juguetes se vendan en masa como un Funko o una Barbie, tampoco lo es un auto lujoso, para él la vida se puede ir día tras día pintando juguetes, dejando su arte y su dedicación en cada pincelada de los juguetes completamente en blanco que llegan a su casa desde Hong Kong. Cuando pase la pandemia. tiene en sus planes viajar a Estados Unidos y Hong Kong, lugares donde ha sido invitado y sus juguetes son altamente valorados por la comunidad consumidora de Art Toys: “cuando hay un juguete nuevo, prácticamente se pelean. Es bien extraño. Yo creo que el próximo año la meta es viajar para seguir mostrando mi trabajo”.
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