Historietas de Letonia
A propósito del Festival Entreviñetas, que tuvo lugar hace unos días en Bogotá y que en las próximas semanas llegará a Cali y Cartagena, hablamos con David Schilter, editor de la revista de cómic Kuš! Komiksi.
¿Cómo empezó la revista Kuš! Komiksi y cuál fue su motivación para hacerla?
La revista nació hace ocho años y medio. La historia comenzó porque yo soy de Suiza y crecí con muchos cómics. Luego me mudé a Letonia, hace nueve años, y en ese momento no había casi libros de cómics. Yo me empecé a preguntar por qué y se me ocurrió empezar una revista para introducir el cómic en Letonia a través de colaboraciones de muchos artistas internacionales, pensando en que eso incentivara a las personas a hacer cómics propios. Actualmente la revista sale cuatro veces al año y cada número tiene alrededor de veinte artistas en más o menos 160 páginas, así cada artista puede hacer entre 1 y 20 páginas.
¿Cuál es el criterio editorial para incluir un cómic en la revista?
Que me guste (risas). Como no había cómics en ese momento en Letonia, teníamos una aproximación temática bastante amplia, muy incluyente. Básicamente era cómic alternativo: no estábamos interesados en superhéroes sino que queríamos historietas distintas. Nos interesan más las historias de la vida cotidiana. Yo soy una persona muy visual, así que busco la experimentación estética dentro del cómic. Pero también es muy importante tener buenas historias.
Cuando comenzaron en Letonia, ¿fue fácil encontrar autores de cómics?
En la primera edición no colaboró ninguna persona de Letonia, a excepción del que ilustró la portada, pero él era artista, no historietista. Realmente no había personas haciendo cómic en ese momento. Este artista tenía varios amigos que dibujaban muy bien, no propiamente cómics, pero sí eran buenos ilustradores. Así que les propusimos que hicieran cómics y se volvieron los primeros colaboradores letones. Y después de un año ya teníamos muchísimos colaboradores del país.
¿Qué tipo de temas han tratado en la revista?
Últimamente hemos tratado temas como matemáticas o deportes, porque son poco comunes dentro de los cómics. También algunos temas más típicos como Perdidos en la ciudad o la Jungla urbana. También temas sobre personajes históricos de Letonia. Tuvimos una edición de cómics autobiográficos. Nuestra última edición es sobre moda.
¿Cómo se sostiene la revista?
Al principio, yo tenía algo de plata que había ganado trabajando en la imprenta que hacía el periódico sensacionalista más grande de Suiza. En ese momento, como vivía con mis papás, había ahorrado bastante. Toda la plata me la gasté en la primera impresión de la revista. Luego, tratamos de conseguir publicidad, pero no hubo mucha. De las ventas de los libros también ganamos algo al principio. Y luego, pedimos ayuda a las entidades culturales del gobierno, pero al principio no nos quisieron dar nada porque el cómic no estaba en el panorama, no era importante, nadie lo conocía. Después de dos años, algunas entidades empezaron a apoyarnos con los costos de la impresión hasta el día de hoy.
¿Sigue siendo independiente?
No sé qué tan independiente se puede ser con un apoyo estatal. Siempre he pensado que es mejor que inviertan su dinero en esto que en otras estupideces. Lo bueno es que no se meten para nada en la parte editorial, realmente nunca tuvimos problema con que el Estado nos impidiera publicar algo; de hecho, tuvimos más problemas con nuestro distribuidor: al principio nos dijo que era una revista demasiado violenta y pornográfica –asumió que era así porque su pensamiento era: “los cómics son para niños” pero realmente no había contenidos para niños– y no la querían seguir distribuyendo. Pensaban que no podía haber cómics sobre la guerra o sobre temas “adultos”, y que era violenta, entonces decidieron distribuirla en una bolsa negra. En ese momento les prometimos que no íbamos a tener ningún contenido de ese tipo de ahí en adelante. Seguimos publicando exactamente lo mismo, pero ellos no volvieron a mirar la revista.
¿Actualmente dónde se puede conseguir la revista?
En unos quince países. En Europa está en España, Alemania, Letonia, Austria, Suiza, Francia, Inglaterra, y la gran mayoría se venden en Estados Unidos y Canadá, que es un muy buen mercado. También vendemos en Australia, Japón y Filipinas. Ahora hacemos la revista en inglés. Al principio era en idioma letón y la distribuíamos solo en Letonia, pero después de un año nuestro distribuidor no quiso seguir ayudándonos y casi cerramos todo. En ese momento cambiamos al inglés para poder moverla en muchos más lugares. Suena como si fuéramos algo gigante por la cantidad de países que mencioné, pero la verdad es que en la mayoría de lugares la revista se consigue en una o dos librerías pequeñas y especializadas. Además, todo lo pueden conseguir en la página http://www.komikss.lv/. También hay envíos internacionales.
¿De qué va la exposición The last match en el contexto del Festival Entreviñetas, en Bogotá?
Un festival de arte contemporáneo que se llamaba Kit de supervivencia nos invitó, y ahí empezamos a recopilar dibujos pequeños de distintos artistas en cajas de fósforos. Actualmente tenemos 406 dibujos de artistas de 52 países. La exposición viaja por el mundo, recogiendo dibujos de artistas de cada lugar. Actualmente tengo 17 cajitas de fósforos con dibujos, que puedo cargar en mi equipaje de mano. Ahora vamos a agregar 12 dibujos de artistas colombianos. Es la primera vez que esta exposición llega a América Latina.
Entrevista: Gabriela Supelano y Astrid Ávila
Fotos: Juan Felipe Pérez Duque
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