La unión de los retazos: María Manero Muro
Patchwork es un cortometraje animado que mezcla una manotada de técnicas manuales y digitales, incentiva la reutilización de materiales y pone sobre la mesa la importancia de donar órganos. María Manero Muro es su directora.
// Cortesía: María Manero Muro //
Loly ha cumplido esa misión dos veces. La primera, gracias a un hígado, y la segunda, a un riñón. Después del primer trasplante, su hija María le limpiaba la herida y le ponía vendas mientras se preguntaba cuántos órganos tendrían que cambiarle a su madre para que dejara de ser ella y se convirtiera en alguien más. María pensaba que su madre era como un trabajo de patchwork, compuesta de retazos de otras personas. La analogía no era tan descabellada: Loly, que toda la vida bordó, estaba aprendiendo a crear a partir de retales.
Patchwork cuenta la historia de Loly y la donación que alargó su vida. La historia la cuenta María Manero Muro, la hija de Loly y directora de este cortometraje, que estuvo de paso por Bogotá porque Patchwork entró en la selección oficial de la decimosexta versión del Festival de Cortos de Bogotá - Bogoshorts.
¿Cómo es hacer arte a partir de una historia personal?
Al ser la historia de mi madre, no siento que la haya escrito yo, sino que se escribió sola. La historia es así como la contamos, ¿sabes? Yo solo estaba ahí viendo. Lo único fue que tuve que quitar muchísimas cosas porque se nos alargaba. Ahora dura ocho minutos, pero yo tenía páginas y páginas escritas.
// Cortesía: María Manero Muro //
¿Cómo fue tomando forma el corto?
Patchwork empezó y se hizo en el Máster en Animación de la Universidad Politécnica de Valencia. A todo el que entra a estudiarlo se le propone que haga un guión que luego se trabaja en grupos. El mío salió elegido y entre Gala Fiz, Laura Ávila y yo nos pusimos con esta historia.
En cuanto a la financiación, tuvimos un crowdfunding que nos ayudó un poquito: pudimos comprar un ordenador y pagar un poquito más al músico, pero la verdad es que el presupuesto era cero. Fuimos nosotras con nuestro empeño y nuestro tiempo, y con el apoyo de la universidad, que nos dio un espacio para poder animar y una serie de profesionales que nos asesoró constantemente.
Patchwork es la primera animación en la que utiliza el bordado.
En cada proyecto me pongo un reto nuevo, y en esta ocasión fue el bordado porque es la forma en la que el personaje principal del cortometraje se expresa. Mi madre siempre ha bordado, su madre siempre bordó, la madre de su madre también. Necesitábamos algo que reflejara el cambio que el trasplante significó en ella, y lo encontramos en pasar del bordado al patchwork, que tiene este sentido de reutilización pero también de actualidad. Usé el bordado también porque me encanta mezclar técnicas y darle un significado a cada una, y aprender cosas nuevas. Bueno, y mi madre también bordó bastante para esto.
// Cortesía: María Manero Muro //
Además de la observación, ¿qué más hizo parte del proceso de documentación de Patchwork?
La primera parte del cortometraje son imágenes reales de Azagra, mi pueblo. Todas fueron grabadas en super-8 por mis vecinos. Les decía “por favor, quienes tengan películas de super-8, se las digitalizo gratis, pero cédanme los derechos para usarlos en el cortometraje”. Fue una fase muy larga.
Por otro lado, como mi madre está trasplantada de hígado y de riñón, he estado en contacto con las organizaciones de trasplantes de Navarra, la comunidad donde está Azagra, desde hace tiempo. También me fui a hablar con la coordinadora de trasplantes del hospital local y tuve contacto con la Organización Nacional de Trasplantes.
// Cortesía: María Manero Muro //
Hay muchos nombres de mujeres alrededor de Patchwork.
Sí, es un corto hecho por mujeres.
¿Fue intencional?
No, para nada. Mi realidad, lo que yo me he encontrado en la animación, es que vivo alrededor de mujeres. También fueron la mayoría de quienes mostraron interés en este trabajo, aunque tuvimos compañeros hombres e incluso hubo un amigo que, ya cuando estaba en marcha el proyecto, me dijo “oye, yo sé bordar, así que si quieres te ayudo”.
// Cortesía: María Manero Muro //
¿Cuál es el propósito de Patchwork?
Pienso que el cortometraje es una celebración de la vida. Desde que empieza y muestra el pueblo, las fiestas del pueblo, lo que pasa cuando nos reunimos.
Alargar la vida de una persona es muy importante, así que también es un homenaje a los donantes. No sé aquí, pero en España tú no puedes saber quién es tu donante. Por eso la persona que habla y cuenta la historia del cortometraje es el propio donante. Es un espectador que está comentando la vida de quien va a recibir su órgano. Sin hacer demasiado hincapié en él y en lo que ha pasado, porque no se sabe y porque ya no importa, Patchwork queda siendo un homenaje a esos donantes que, bueno… Ahí está la humanidad, creo.
En el blog del cortometraje hay una sección con historias de personas que han recibido órganos, que además han sido ilustradas. ¿Desde siempre estuvo el interés de agregarle otras aristas al proyecto?
Para mí el objetivo era tocar un tema universal y contar la historia de mi madre desde el punto de vista de mi pueblo. Poco más, la verdad. Pero me interesan las técnicas y cómo se cuentan historias a través de ellas, y también el tema social y todo lo que tenga que ver con hacer algo que importe, más allá de que tengas una imagen bonita o no.
¿Qué dice Loly ahora?
Mi madre está alucinando. No se lo cree. Esta mañana le he escrito y le he puesto una entrevista que me hicieron el otro día, y está alucinando de ver la acogida que está teniendo Patchwork. Una historia tan concreta de un sitio tan concreto, pero que resulta que tiene un mensaje universal. Yo pienso que ella no se lo llega a creer, y yo tampoco.
// Cortesía: María Manero Muro //
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