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 Sara Modiano

“La Petite Mort” y el legado artístico de Sara Modiano

Hasta el 21 de enero de 2024 estará abierta al público esta exposición de María Isabel Rueda y Sara Modiano en Instituto de Visión. La muestra aborda temas como el sexo, la muerte y el cuerpo femenino.

El 18 de noviembre, Instituto de Visión inauguró “La Petite Mort” o pequeña muerte, una exposición que toma su nombre de una expresión muy común en la literatura francesa del siglo XX para referirse al orgasmo femenino. La muestra está compuesta por las obras de María Isabel Rueda y Sara Modiano, dos artistas caribeñas que integran en su trabajo fotografía, video, escultura y pintura, técnicas marcadas por una mirada personal a patologías sociales, históricas y culturales. Curada por María Paula Bastidas y Beatriz López, esta exposición celebra los acercamientos caribeños, oscuros, monstruosos y sensuales de estas dos representantes del gótico tropical y de una especie de op-art muy darks.

Sus obras atraviesan las irreverencias femeninas, invocando reflexiones sobre los cimientos de la sociedad patriarcal. Las piezas contrastan entre sí, ofreciendo quizá una perspectiva complementaria, pero confrontativa. Mientras los dibujos de María Isabel instan al espectador a cuestionar los roles de género, la serie fotográfica de Sara Modiano crea una representación de rostros que emergen una y otra vez entre rejas de metal, invitando a la instrospección y el placer.

Sara Modiano
Sara Modiano

Las fotografías de María Isabel realizadas en 1999, por su parte, presentan a un ama de casa con un falo o instrumento de energía masculina entre sus piernas, confeccionado con tela y relleno de “chochos”, semillas nativas utilizadas para aliviar los cólicos menstruales. Las imágenes capturan a esta mujer en diversas labores domésticas cotidianas. La serie de fotografías se refuerza con una secuencia de dibujos que alude a la mujer como un ser animal, fusionada con elementos  minerales y vegetales, siendo sometida a los caprichos de la naturaleza que trastocan sus límites y su control. A lo largo de su trayectoria, la artista complejiza la representación del cuerpo y la figura femenina, explorando la disolución de estas entidades. 

Una de las piezas más llamativas de Rueda que están presentes en esta exposición es Volcán, un video de una mujer rodeada de barro, metáfora visual que subraya la fusión de lo femenino con lo natural. Desde los límites de un volcán de lodo cercano a Barranquilla, la artista muestra cómo una mujer caribeña responde al llamado de una fuerza natural. Esta es absorbida por la apertura del volcán y posteriormente, emerge transformada en una versión de lodo que purifica la ciénaga. A pesar de que en aquel entonces este performance pasó inadvertida, hoy se revela como un discurso ecofeminista que plantea la posibilidad de que lo erótico trascienda lo humano y en cambio, se relacione con fuerzas naturales. 

Al respecto María Isabel afirma que “Esta exposición presenta el trabajo de dos artistas caribeñas y si bien somos de generaciones diferentes, he dedicado gran parte de mi trabajo a investigar su legado artístico. En mi caso, la muestra incluye una serie de fotografías tomadas en 1999, algunos dibujos y un video compuesto por imágenes cuadro a cuadro, básicamente es la primera fotografía de cuando empiezo a estudiar Artes. En esta ocasión las fotografías se vuelven a mostrar debido a su vigencia en la actualidad”. 

La obra de la artista cartagenera, curadora del Premio Arte Joven de Colsanitas y la Embajada de España, dialoga en este espacio del circuito artístico de San Felipe, en Bogotá, con las piezas de otra valiosa y poco explorada artista costeña del siglo XX. 

La obra de Sara Modiano está compuesta por láminas de aumento y mallas metálicas, lo cual distorsiona la perspectiva y confronta al espectador. Su estilo fusiona el arte óptico con la materialidad del metal, plasmando expresiones faciales y corporales en transformación constante como mecanismos de identidad. A través de la luz y la anatomía, Sara Modiano logra comunicar una profunda reflexión sobre los estados meditativos del ser humano, lo que nos sugiere un ápice de su realidad.  Las esculturas, se superponen en mallas metálicas a la imagen humana, ocasionando así una evidente tensión entre dos conceptos estéticos opuestos: la reflexión racional de las mallas geométricas y la presencia de la expresión.

Sara Modiano

A lo largo de su carrera, Modiano se caracterizó por un lenguaje artístico marcado por la geometría. Sus esculturas visitan el expresionismo desde un lugar de excepción y toman, también, inspiración de formas arquitectónicas. Su composición de cuadrados y rectángulos, organizado meticulosamente en gamas de colores planos, no solo creaba estructuras armónicas y claras, sino que también profundizaba en el carácter lógico y meditativo de su producción. Influenciada por el arte conceptual, la artista no priorizaba la reproducción pictórica del mundo visible, ni la transmisión directa de emociones. Su arte demostraba una preocupación evidente por el espacio y la tridimensionalidad. En algunas de sus obras, su exploración demuestra atención en cavidades, escalonamientos y depresiones, estableciendo así un cuestionamiento mucho más centrado en el entorno.  

Nacida en Barranquilla, Sara Modiano, emergió en su tiempo como una artista versátil, incursionó en pintura, instalaciones, escultura y performance. Llegó a ser exhibida en museos de renombre mundial. En 1975, obtuvo reconocimiento en el Salón de las Artes Visuales de Valparaíso, Chile, y su trabajo fue destacado en la revista Art in America. Participó en bienales internacionales, desde Sidney hasta Sao Paulo. La amplitud de su práctica se hizo notoria con la exhibición de “Desaparece una cultura” en la quinta Bienal de Sidney. Dicha obra se convirtió en un testimonio directo sobre el contexto político y cultural, plasmado en estructuras y formas geométricas inspiradas en la arquitectura pre colonial y en las esencias geométricas presentes en la naturaleza. 

Entre sus obras se encuentra Ventanas y puertas (1975), una pintura de acrílico sobre lienzo que antepone unas figuras escalonadas, las cuales pasan de claro a oscuro a través de gradaciones lumínicas. Es a partir de esta exploración que Sara Modiano empieza a manifestar un interés claro por la tridimensionalidad, además de una noción clara sobre la cavidad de las figuras. Hipogeos (1981) representa una transición en la obra de la artista. Gracias a esta serie de maquetas, la artista abandona su trabajo como pintora geométrica para sumergirse por completo en la creación con ladrillos. Allí surge Cenotafio (1981), una estructura hecha manualmente por ella con aproximadamente 5.000 ladrillos huecos, dispuestos en forma de base rectangular. La obra presenta un vacío dentro que coincide precisamente con las medidas del cuerpo de la autora.

Sara Modiano

Reconocida por su comprensión de la simplicidad como esencia humana y por su habilidad para explorar lo bidimensional y tridimensional, la obra de Sara Modiano, a día de hoy es parte fundamental del patrimonio artístico nacional. Desde sus primeros trabajos geométricos hasta sus exploraciones tridimensionales con ladrillos, su obra refleja una búsqueda constante entre lo negativo y lo positivo, entre lo exterior y lo interior.La artista construyó una expresión vanguardista en su tiempo, al emplear elementos constructivos para manifestar vacíos, duelo y una temporalidad efímera. Creó un discurso único entre lo habitable y lo perdurable para así mostrar una conexión con lo divino u olvidado. 

En su honor, la fundación Sara Modiano creó en 2013 un premio para artistas menores de 35 años, con una trayectoria artística de 10 a 15 años. El premio ofrece al ganador fondos para desarrollar un proyecto artístico específico, acceso a mentores especializados y un espacio de exhibición para la obra final. Y a pesar de que falleció hace más de diez años, su legado continúa vivo. El esfuerzo de su familia por la conservación y actualización de su obra ha permitido que su arte siga vigente, pues dicho acervo documental fue fundamental para la investigación y el desarrollo de la exposición. Aunado a esto, María Paula Bastidas, una de las curadoras de la muestra, también fortaleció la comprensión de la obra y su lectura en conjunto, gracias a la digitalización de los diarios de Sara Modiano. Dicho trabajo permitió encontrar puntos comunes entre las dos artistas más allá de lo meramente conceptual, pues también se estableció una relación entre el ocultismo y lo metafísico, características presentes en La Petite Mort. 

La co-curadora y directora de la galería Instituto de visión, Beatriz López, explica que la exposición surgió a través de un intenso proceso de estudio con los archivos de ambas artistas, un trabajo que constituyó una inmersión profunda en sus formas de expresión. La selección de Sara Modiano y María Isabel también se fundamentó en sus encuentros y experiencias similares, especialmente en sus historias de migración familiar y arraigo en la costa caribeña, debido a que esta conexión geográfica y social también marcó un punto clave en sus creaciones. “La obra de Sara y María Isabel dialoga de muchas maneras y a veces se contradice. Lo interesante es que sus voces no son afirmaciones de ideas, sino que, más bien, abren posibilidades para que el espectador se plantee aún más preguntas sobre la vida, la muerte y la relación del sexo y el erotismo en la creación de un discurso heteropatriarcal”, concluye López.

***

La exposición estará disponible en el Instituto de Visión en el barrio San Felipe de Bogotá, Cra. 23 #76-74, hasta el 21 de enero de 2024. Esta galería, dirigida por mujeres y enfocada en prácticas conceptuales, se ha destacado como espacio para investigación y resaltar discursos artísticos excluidos de la historia oficial del arte.

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