¿Cómo hacer un podcast de cultura y lograr que alguien lo escuche?

Cartagena Federal es un podcast de historias, personajes y costumbres de la Cartagena de los cartageneros. Pero también es una productora que ha participado en proyectos junto a Dejusticia, El Espectador, Spotify Studios, la Fundación para la Libertad de Prensa y la Fundación Gabo. 

Sebastián Duque es uno de los creadores de este proyecto y es profesor de narrativas sonoras en varias universidades del país. Sebas es también uno de los jurados del Premio de Periodismo Joven Bacánika, que en su primera edición está abierto a trabajos en cualquier formato –incluido el  podcast– y que está enfocado en el periodismo cultural innovador. Esta conversación con Bacánika transcurrió en el marco de esa convocatoria como un espacio para conocer, desde la voz de un experto, algunos referentes locales de periodismo sonoro y también algunas de las claves que marcan la diferencia para que un podcast sea excelente.

¿Cómo es su entrada al mundo del podcast? ¿Cómo nace Cartagena Federal?

Para mi primo Pedro Espinosa y para mí fue una forma de probarnos en esto de la narrativa sonora, pues yo venía de la crónica escrita y él de la dirección de fotografía, ambos cartageneros exiliados en Bogotá.

Nosotros nos encontramos con This American Life que es básicamente el Santo Grial del formato. Ellos vienen contando historias en audio con esta estética y formato desde 1995 en la radio pública de Estados Unidos. Este podcast reflexiona sobre lo que significa haber nacido, crecido y vivido en Estados Unidos; la pregunta que está detrás es qué significa realmente ser gringo. 

Nosotros decidimos hacer algo similar, pero en Cartagena, y de ahí surgió nuestro proyecto: Cartagena Federal es un show en audio de pequeñas historias cotidianas de Cartagena con personajes pintorescos, con una mirada propia y reflexiones sobre nuestra experiencia como personas del Caribe que quieren redescubrir su identidad.

¿Cómo era el ecosistema del podcast en Colombia y Latinoamérica cuando empezaron y cómo ha cambiado en estos años?

Nuestro primer referente era aquel podcast narrativo muy gringo y en inglés. No habíamos explorado la producción en español y la colombiana estaba apenas naciendo. En aquel momento, eso reprensentaba una oportunidad. Mi primo Pedro me dijo: “Mira, si nosotros nos ponemos a hacer ahora un podcast narrativo, dentro de cinco años cuando la gente piense en podcast en Colombia nosotros ya vamos a tener muchos capítulos”. Salimos al aire el 11 de noviembre de 2016, ya han pasado más de cinco años y sí hemos configurado un lugar importante entre los precursores de este género narrativo en el país. 

Una semana después de nuestro estreno, nos enteramos de que existía Radio Ambulante, lo escuchamos y dijimos: “¡Guau!”. Sí existían referentes en español y empezamos a conocerlos. En cuanto a Colombia, para esos años se estaba organizando una escena, de ahí saldrían Cosas de internet con Laura Rojas, Presunto Podcast aparecería como un espacio de crítica de medios, Laura Ubaté estaba dando sus primeros en esto de la producción sonora. En general, era como un cluster muy chiquito de entusiastas que se reunían a intercambiar ideas sobre podcast, sobre todo en Bogotá. Para entonces, nosotros estábamos entre los poquitos que teníamos iniciativas sonoras desde las regiones y éramos quizá los únicos del Caribe.

Hoy la cosa ha cambiado bastante: ya el término no es extraño para la gente, casi cualquier persona a la que le preguntes te puede decir cuál es su podcast de preferencia y distintos géneros se están abriendo a la audiencia. Esto es una escena que todavía está por convertirse en una industria. En Estados Unidos sí se puede hablar de una industria de podcast, en Latinoamérica todavía no, pero pues ahí va la cosa.

¿Qué temas están despertando más interés entre las audiencias de podcast en español? ¿Y qué lugar ocupa la cultura entre esas búsquedas?

La encuesta Pod, que salió hace unas semanas, arrojó que el periodismo de investigación, las narraciones históricas y la comedia son actualmente los temas favoritos de los oyentes de podcast en países hispanoparlantes. Luego de estas tres aparecen muy cerca los contenidos sonoros de análisis político, cine y televisión y los temas de salud y bienestar. 

Las tres primeras categorías que encabezan esa lista se ajustan muy bien a la palabra hablada como unidad de sentido: la comedia y la oralidad se llevan de la mano y a la entonación de los comediantes y los punch-lines humorísticos les funciona muy bien el formato sonoro. En el caso de las investigaciones periodísticas, está esa tensión que se logra al ir develando la historia y conservando el misterio, un factor que está muy presente en investigaciones de casos policiales como las de Serial; y para los temas históricos está la oportunidad de recrear el pasado a través de la narrativa y los archivos sonoros. 

De esas categorías, la más cercana a lo que entendemos por “cultural” es la de narraciones históricas. Lo que percibo en el caso colombiano, y es una tendencia que también tuve la oportunidad de ver como asesor de narrativas sonoras en la dirección de Audiovisuales Cine y Medios Interactivos del Ministerio de Cultura, es que los podcasts que están proponiendo una visión amplia, distinta y quizá más amplia y distinta de lo que es la cultura, no sé catalogan a sí mismos como “podcast culturales”. 

Y eso puede deberse a la prevención que despierta la idea anticuada de que la cultura reposa únicamente en los objetos. Los podcast que se catalogan a sí mismos como culturales todavía apuntan la mirada hacia temas como la música, los libros, la gastronomía y en general los artefactos culturales. También hay otra vertiente que ve de manera inseparable los conceptos de cultura y tradición. Pero lo más interesante en cuanto a cultura en formatos sonoros no está usando ese rótulo.

¿Algunos ejemplos colombianos de esos podcast que abordan lo cultural desde otro lugar?

Un podcast que me parece una joyita es Viajes inmóviles, de Laura Ubaté. Son muy poquitos capítulos, una serie corta que desde el punto de vista mismo, subrayando el lugar de enunciación de su autora, rescata el valor que tienen ciertos elementos de la cultura, desde la perspectiva de una colombiana que ve los lugares desde la distancia.

Por otro lado, en una línea muy distinta, yo considero Expertos de sillón un ejemplo interesante de podcast cultural. Los invitados van a hablar de sus obsesiones y ese espacio en el cual la conversación es un intercambio de ideas en torno a algo tan importante para cada una de esas personas permite exponer un panorama muy amplio de lo que habita en sus cabezas y sus corazones: ahí se ha hablado de videojuegos, de fútbol, de piratas, de cómo la gente se vincula a actividades relacionadas con el cuerpo, como el baile o el boxeo, pero también cómo se vinculan a lógicas de conocimiento.

¿Y algunos que surjan o se enfoquen en otras regiones del país?

A mí me gusta mucho una serie que se llama Macarena podcast. En la investigación van a la Macarena, un municipio ubicado en una reserva natural del Oriente del país y, a través de la historia de vida de la gente, relatan cómo este lugar pasó de ser pacífico a convertirse en escenario del conflicto armado. La narración va muy de la mano con los protagonistas de la historia: desde la construcción de los libretos hasta definir los cortes finales. Ese me parece un caso tremendo de ver la complejidad de un territorio y trabajar respetuosamente junto a las fuentes. 

También quisiera mencionar Catarsis, un proceso consentido. Es una serie de ocho episodios que cuenta historias sobre acoso y abuso sexual en Colombia. Fue producida por Carolina Valencia, a través de su productora que se llama Botafuego, y siento que propone una visión interesante, al enfocarse en la dimensión humana de cada caso, pero va más atrás para mostrar la forma en que el acoso y el abuso están embebidos en la cultura colombiana. 

Y quisiera poder decirte más y mencionar otros que se estén realizando desde las regiones. Pero si estamos conversando acerca del panorama del podcast en Colombia y en el marco de una convocatoria, pues la cuestión es justamente que hay muchos que no se conocen por fuera de sus círculos más cercanos y una convocatoria es también un llamado a que la producción aumente en las regiones y en especial que se dé a conocer. Porque el potencial está. Totalmente. 

Lo ideal sería que cada vez hubiese más proyectos sostenibles de podcast desde las regiones, pero la realidad es que es mucho más frecuente que surjan proyectos para cubrir necesidades y que se materialicen gracias a becas de producción. El punto es que las becas están bien como arranque, pero luego el sostenimiento a mediano y largo plazo es una cosa más compleja. El nivel de penetración del formato hace que aún sea muy difícil hacerlo sostenible para quienes estén intentado producir sus podcast y vivir de ellos en Colombia.

Respecto a la penetración del formato, ¿cuál es la situación actual de las audiencias de podcast en Colombia? ¿Cómo pueden afrontar este reto quienes están comenzando en este campo?

En términos cuantitativos, incluso en Estados Unidos, los números de este formato aún son irrisorios frente a otras cifras. Pero el juego de los números es muy traicionero:  cuando vamos a hablar puramente de los números crudos, a este formato se le mide en comparación con TikTok, con Instagram y con YouTube. Pero luego viene la conversación acerca de la cantidad versus la calidad, y del contraste entre los números y la cercanía que tienes con quienes te escuchan, ya no en términos de tu audiencia sino de tu comunidad. 

En cuanto a audiencias, el panorama del podcast en Colombia sigue siendo sobre todo el del jacobinismo: el de tocar la puerta de la persona que está al lado de tu casa y decirle “Oye, mira, me gusta esto, escúchalo”. Esa cercanía es lo más importante. Las personas que te escuchan sienten que tienen una relación contigo supremamente íntima porque tú les estás hablando al oído. Es un vínculo supremamente fuerte. Entonces, puede que no tengas unos números devastadores, pero si tienes una relación de calidez y de calidad estás en un punto de partida muy valioso para empezar a construir esa comunidad. Para eso también es importante utilizar las redes para escucharlos, como ellos te escuchan; para saber qué les gusta y qué necesitan. 

¿Qué hace de un podcast un buen podcast?

Lo primero es tener una idea que trace la línea del podcast. Si tienes la idea de entrevistar gente en torno a sus obsesiones, porque sabes que la gente habla con mucha pasión acerca de eso que no sale de su cabeza, entonces tienes el punto de partida para Expertos de sillón. Si tienes la idea de hacer crítica de medios desde un medio, entonces tienes el punto de arranque de Presunto Podcast. Pero no todas las ideas que se nos ocurren son buenas o responden a una necesidad: ¿es importante o necesario que haya un podcast de crítica de medios de comunicación? Esa pregunta pone a prueba nuestra idea. 

Luego hay que tomar esa idea y darle forma, formato. Siempre me pasa en clases: todos los estudiantes quieren hacer un podcast sobre tatuajes, quieren mostrar la subcultura urbana estigmatizada, la estética, invitar a su amigo tatuador del centro de la ciudad; volver a hacer lo mismo que se ha hecho cientos de veces en todos los formatos. Pero luego alguno de ellos llega y me dice: el host del podcast va a ser un tatuador, sus conversaciones van a ser mientras tatúa y van a girar en torno a cada invitado que él va a escoger de acuerdo con la historia del tatuaje que quiere hacerse. El tema sigue siendo el mismo y la idea no es nada original, pero ya tiene al menos un formato que la diferencia.

Otra pregunta para hacerse: ¿tiene mi idea y mi formato el potencial para atraer un clic de esa persona a la que quiero hablar? Es clave definir esa audiencia a la que te diriges. Mi consejo en este sentido es intentar describir a tu oyente ideal en un párrafo y hablarle a esa persona. Entre más conozcas a quien te escucha mejor puedes generar conexiones significativas. 

Y luego vienen los building blocks básicos de contar historias en audio: una anécdota poderosa, recursos narrativos para contarla y desarrollar reflexiones significativas a partir de ella. El tema puede ser cualquiera, pero si tú tienes una anécdota poderosa logras tener a la gente enganchada. Después necesitas de las reflexiones y los recursos narrativos para que se queden escuchándote y terminen diciendo: “Me contaron algo que no sabía y no había visto las cosas de esta manera”. 

Para que un podcast logre la excelencia necesita trabajar con gran sofisticación esos bloques de construcción: anécdotas poderosas y reflexiones poderosas, que estén alimentadas con elementos estéticos, como una buena música, una estructura narrativa potente o unos personajes impresionantes. 

Los recursos narrativos son los que construyen un estilo y completan la experiencia sonora. Yo siempre lo pongo de esta manera, sobre todo en audio, formato en el cual es tan importante que esas anécdotas estén llenas de imágenes. Alex Blumberg, creador de This American Life, dice: “El audio es el medio más visual de todos”. Y es así porque el podcast está a medio camino entre lo escrito y lo audiovisual, y por lo tanto su unidad de sentido principal para hacer visual lo sonoro es la palabra.