Aterciopelados para todos
El martes 29 de octubre se vivió en Colombia el primer concierto accesible para personas con discapacidad visual, auditiva y cognitiva. Aterciopelados interpretó parte de su repertorio ante un auditorio diverso que los recibió con emoción.
uando Andrea Echeverri, Héctor Buitrago, Leonardo Castiblanco y Gregorio Merchán salieron al escenario del Teatro El Dorado ECCI, todos aplaudieron, pero no todos lo hicieron de la misma forma. Una buena parte de los asistentes al concierto, en vez de golpear las palmas de sus manos al final de cada canción, las alzaban y las sacudían de un lado para otro. Este es el gesto que corresponde al aplauso en lenguaje de señas, un aplauso silencioso que las personas con discapacidad auditiva daban como agradecimiento cuando terminaban de sonar las canciones de Aterciopelados.
El martes 29 de octubre a las diez y media de la mañana, con un teatro lleno, inició el primer concierto accesible que se ha realizado en Colombia para personas con discapacidad visual, auditiva y cognitiva. El concierto fue organizado por el programa Cine para todos del Ministerio de las Tic, que desde el 2013 viene realizando funciones de cine adaptadas para personas con discapacidad y desde hace unos meses han venido incursionando en las artes performativas, primero con obras de teatro y ahora con un concierto.
El escenario que albergó a Aterciopelados estaba decorado con serpientes de espuma enroscadas en los micrófonos, una gran rosa de utilería y una pantalla gigante detrás de los músicos, que más que decoración, servía de apoyo para las personas sordas que estaban en el concierto. Los sonidos acústicos serían protagonistas del espectáculo, de cuenta de la guitarra llena de stickers de Andrea Echeverri y del bajo sin cabeza de Héctor Buitrago, cuyo sonido tuvo que ser acomodado especialmente para la función. Sobre la pantalla se proyectaban subtítulos de las letras de las canciones y también aparecía un intérprete de lengua de señas, quien traducía en vivo la música para las personas con discapacidad auditiva.
Daniel Ocampo es una persona sorda que hizo parte del equipo de cuatro intérpretes encargado de comunicar el concierto a los demás asistentes que no podían oírlo. Para él, no hay ninguna razón por la cual una persona sorda no pueda disfrutar de un concierto. Él explica cómo es el proceso de traducir las canciones de Aterciopelados al lenguaje de señas: “no es un trabajo sencillo, es importante la preparación, tener listo el setlist de la banda, mirar cuales son los ritmos y cómo se acopla el grupo”.
Aterciopelados arrancó el concierto con las canciones “Play” y “Cuerpo”, que hacen parte de su último álbum titulado Claroscura. También interpretaron “Tu amor es”, y “Dúo”, perteneciente a este mismo trabajo, junto con sus canciones más conocidas como “Bolero Falaz”, “Baracunatana”, “Maligno”, “Florecita rockera” y un cover de “Fuego”, de Bomba Estéreo.
Para realizar la traducción los cuatro intérpretes (dos personas sordas y dos oyentes) se reunieron antes del concierto y hablaron sobre los conceptos de las canciones. También tuvieron una entrevista con Aterciopelados para que los ayudaran a comprender la intención de las letras, “por ejemplo ‘Florecita rockera’, nosotros decíamos: ‘florecita no puede ser una flor porque es delicada y no tiene sentido. Es el poder que tiene la mujer’. Entonces ya teniendo el concepto claro empezamos a hacer la traducción. Es como el inglés, si yo lo paso literal, no pasaría la intención que realmente quiere dar la canción”, señala Daniel.
Ya en el evento, el equipo de intérpretes se ubicó en uno de los palcos con una cámara que transmitía en vivo a la pantalla que estaba detrás de los músicos. Uno de los intérpretes sordos se hacía frente a la cámara mientras que los demás lo apoyaban en asuntos como mantener el ritmo o con conceptos de lengua de señas. Transmitir el ritmo es muy importante, ya que se trata de música. Para eso se requiere el apoyo de los intérpretes oyentes y que la persona que está frente a la cámara utilice todo su cuerpo y sus gestos. No es lo mismo traducir la energía explosiva de una canción como “Florecita rockera” que comunicar el desasosiego que produce un tema como “Maligno”. Todo esto es tenido en cuenta por quienes hacen las traducciones.
Para las personas ciegas había audio con descripción, que explicaba en detalle todo lo que estaba sucediendo en el escenario. A la entrada del teatro se les entregaba unos audífonos donde podían escuchar en tiempo real una narración de lo que pasaba en el concierto. Algo así como “sale Andrea Echeverri usando un collar con forma de corazón iluminado por luces led, toca su guitarra acústica, la cual es color miel y está decorada con stickers de diferentes formas y colores”. La narración también intervenía cuando ocurría algún suceso relevante, del tipo “Andrea se pone un sombrero con un gran símbolo de la paz color azul”. Todo esto servía para que las personas ciegas pudieran recrear el concierto.
De acuerdo con Camilo Fonnegra, quien hace parte del programa Cine para todos, es importante poder llevar este tipo de eventos a las personas con discapacidad ya que “todos tenemos derecho a espacios de entretenimiento y cultura. Esos espacios los hay en cantidad en Colombia, pero no cuentan con los apoyos necesarios para las personas con discapacidad. Hay gente que dice, ¿para qué llevarle un concierto a un sordo?, ¿cómo lo pueden escuchar?, pues con la lengua de señas, acomodando el bajo mucho más sensible para que ellos sientan la vibración, cosas así”.
Aterciopelados también se adaptó a las necesidades específicas de este espectáculo. Según Héctor Buitrago, bajista y compositor de la banda, ellos tenían montada una presentación acústica que acomodaron para hacer este show. “La llamamos acústica pero es especial, hicimos una selección de canciones, en uno de los ensayos tuvimos la visita de uno de los intérpretes que nos dio a entender cómo era la dinámica. Era un concierto sobre el que teníamos muchas expectativas porque no sabíamos cómo iba a ser y fue muy emotivo”, comentó Héctor minutos después de bajarse de la tarima.
Hubo más de 560 asistentes al evento, entre los que había población sorda o ciega de de colegios de Kennedy y de Usme, de la Universidad Distrital, del Instituto Nacional para Ciegos, el Instituto Nacional para Sordos y demás asistentes. Según Héctor, el arte “tiene la posibilidad de ponerle brillo a la vida de cualquier persona. Es chévere hacer parte de esto, ya que las personas con discapacidad generalmente están excluidas de este tipo de eventos. Es importante no olvidar segmentos de la sociedad que no tienen entrada a estos espectáculos y poder llevarles felicidad”.
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