La surfista de ciudades
“Esta es una historia para valientes. Las caídas o fracturas no detienen al que realmente le gusta esto”.
Quizá la locación no sean las piscinas vacías de Venice (California) durante los años setenta, pero por las pendientes colombianas también se derrapa talento sobre un trozo de madera con ruedas. Surfear en asfalto puede ser algo que no entre en la cabeza de muchos; sin embargo, algunos conquistan las olas de hormigón de la ciudad y cada calle ligeramente empinada representa un nuevo reto a superar.
Con su casco, rodilleras, coderas, guantes y una gran sonrisa, Marcela Giraldo, conocida como “Chela”, sonríe en cada fotografía que se toma en una ciudad diferente del mundo al lado de su tabla. Tiene 24 años, nació en Bogotá y actualmente estudia diseño industrial en la Universidad El Bosque. Espera terminar su carrera este año porque sus constantes viajes la han obligado a posponer su último semestre.
Su pasión por el longboard germinó en 2010, mientras trabajaba en una tienda que comercializaba productos de skateboarding. No tenía idea qué era un rodamiento o qué materiales componen una rueda. Después de un tiempo adquirió una de las tablas y empezó a utilizarla como medio de transporte. Unas semanas más tarde, llegó al Parque Nacional, en Bogotá: “Ese es el lugar en el que todos practicamos el deporte por primera vez y para siempre. Era muy peligroso, ahí robaban y violaban. Al pasar los años, unas personas empezaron a practicar en las noches todos los martes y jueves y la tradición sigue viva para muchos”.
Chela empezó a ir sagradamente hasta que su afición por el longboard escaló a la categoría de adicción. De repente, las fiestas y el guayabo dejaron de ser importantes. Ella empezó a competir en carreras nacionales, en las cuales siempre ocupó el podio, hecho que la llevó a viajar y correr en otros países. Los patrocinadores aparecieron e impulsaron su participación en competencias. Gracias a todos estos factores, en 2014 Chela Giraldo quedó primera en el circuito nacional y en el puesto 16 en el circuito internacional.
¿Qué es lo más difícil de practicar longboard en Colombia?
Últimamente no hay gran cantidad de eventos, lo que hace difícil la socialización, el crecimiento y la práctica del deporte. Hace algunos años teníamos un circuito nacional y éramos parte de uno internacional (International Downhill Federation) pero por la mala organización de eventos y la falta de compromiso de todos los que componen el deporte esto se ha ido acabado.
Ahora tenemos un par de carreras anuales organizadas por personas que intentan volver a hacer posible el circuito nacional, pero si alguien quiere competir contra deportistas de carácter internacional, le toca salir del país e ir a donde se siguen realizando carreras internacionales porque no se ve ningún chance de tenerlas pronto en Colombia.
¿Cómo funcionan los torneos?
Generalmente hay dos clases de torneos: carreras y slide jams, en los cuales tenemos una buena participación internacional en varias de las categorías como masters, open, junior y femenino. En las competencias se organizan varias carreras, un estilo de cuadrangular: cuatro participantes compiten, avanzan dos que van a competir con los otros dos ganadores de la otra carrera y así hasta que quedan cuatro finalistas compitiendo por ser el más rápido. Los slide jams son competencias de trucos, se busca ver quién es el mejor ejecutor y quién se cae menos, el estilo es muy importante acá.
Generalmente los premios son en dinero o equipo para patinar, como ruedas, tablas o cascos. El dinero y los premios mejoran fuera del país.
¿Qué elementos son necesarios para practicar el longboard de manera segura?
1. Casco: Puede salvar muchas veces la vida, los que practicamos longboard realmente lo amamos. Hay quienes piensan que se ven tontos y no lo usan, pero los tontos son ellos cuando se caen y sufren las consecuencias.
2. Guantes para derrapar: Tienen una parte en plástico en la superficie de la palma, parte que se pone en el suelo para tener el apoyo del cuerpo en el momento de derrapar. Muchas personas hacen sus propios guantes pegándoles velcro para poner el plástico, a veces lo sacan de tablas para picar.
3. Rodilleras y coderas: Clásico, todos nos caemos sobre las rodillas y los codos incluso corriendo cuando éramos niños.
4. Traje de cuero: Este se utiliza cuando se quiere competir en carreras ya que es un requerimiento para ellas. O simplemente muchas personas lo usan por seguridad.
¿Ha sufrido algún accidente mientras patina?
¡Sí! En este momento estoy recuperándome de una caída que tuve en Medellín en la que me fracturé el fémur. Pero esta es una historia para valientes. Las caídas o fracturas no detienen al que realmente le gusta esto. Realmente no puedo esperar para volver a patinar.
¿Cada cuánto entrena?
Prácticamente entreno todos los días. Si estoy trabajando o estudiando intento patinar en la noche, mientras que cuando estoy libre patino todo el día. Es un vicio, cuando estoy en vacaciones me voy a otros países a conocer otras pistas y nueva gente.
¿Qué es lo que más disfruta de derrapar sobre su tabla?
Todas las veces en las que el deporte me abrió la mente. Desde que patino he viajado constantemente a muchos países y ciudades gracias a la gente y a las marcas que me apoyan y hacen que mi sueño se haga y se siga haciendo realidad.
Me encanta conocer personas, tengo amigos en muchos rincones del mundo. Además, así no los conozca a todos, la gente que patina siempre abre las puertas de su casa muy amablemente, lo que hace muy fácil viajar ya que no tienes que pagar ningún hotel.
Amo cada paisaje que veo en diferentes partes. Especialmente en las pistas que patino: ¡es algo mágico!
El olor y la cultura de cada país son únicos. Increíblemente el longboard te abre las puertas a tantas oportunidades y sueños que es imposible no amarlo y no seguir haciéndolo, así existan golpes y caídas de por medio. Valen la pena todos y cada uno de los malos momentos que he pasado ya que por esos pocos he tenido uno y mil buenos momentos.
¿Qué influye en usted a la hora de patinar?
Bajar una pendiente significa tener un momento de concentración máxima, en el que todo depende de ti: un error, una distracción y todo se puede ir al carajo.
Si estoy de mal genio o tuve un mal día no hay nada mejor que patinar para despejar la mente. Patinar con gente y amigos es lo mejor que me ha podido pasar, la conexión que siento es real y no se puede describir con palabras.
Un consejo para los jóvenes que están empezando en este deporte.
¡Utilizar siempre siempre casco! No hay que patinar por tener patrocinadores, uno patina por diversión. A pesar de cada caída, uno nunca debe desanimarse: las raspaduras o lesiones enseñan mucho.
// Fotos: cortesía Chela Giraldo. //
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