Tocando con maestros
Un proyecto de la Maestría en Músicas Colombianas de la Universidad El Bosque acerca a las nuevas generaciones y a los representantes de la tradición.
Yovanis Silgado "El Corso", Johan Galindo, Daniel Silgado "El Nane" y David Espitia en Isla Grande, Bolívar, 2018
ohan Galindo viajó desde Bogotá hasta Isla Grande para aprender sobre cumbia y currulao de manos de su ídolo Sixto Silgado, el popular Paíto, una leyenda viva de la gaita larga, último gaitero que queda de su generación y que lleva el estandarte de lo que se conoce como la gaita negra.
Este encuentro entre Paíto y Galindo fue posible gracias a un programa de la Universidad El Bosque que busca acortar las distancias entre el centro y la periferia, entre aprendices y maestros. No solo se trata de dar vida a la experiencia única de aprender la tradición directamente desde la fuente, sino también de una oportunidad de reconocer a esos representantes de la diversidad y riqueza de las músicas colombianas.
El proyecto, planteado desde la Maestría en Músicas Colombianas de la Universidad El Bosque en 2018, se llama “Pasantías de inmersión, un recorrido por la diversidad del Caribe colombiano”, y permite que estudiantes y profesores salgan de los salones de clase para llevarlos a los lugares donde se originan las músicas tradicionales colombianas.
A lo largo de tres viajes, el proyecto ha recorrido poblaciones de Córdoba, Bolívar y Antioquia. En Manguelito, Córdoba, visitaron al clarinetista Joaquín Pablo Argel y al tamborero Jesús Villalba Soto; en San Juan de Urabá, Antioquia, con Emilsen Pacheco; en Botón de Leiva, tocaron con los milleros Jaider Fernández y Aurelio Fernández; en Barranco de Loba, con el cantautor Ángel María Villafañe, y en Isla Grande, con Juan Alberto Bertel “Pampe”, maestro del arco de boca, y con los Salgado: Sixto "Paíto" y sus hijos, Daniel y Yovanis. Encuentros musicales de los cuales resultaron 7 documentales que recopilan estas experiencias y que obtuvieron una subvención por parte del Programa de Becas para Investigación y Preservación de la Fundación Latin Grammy.
Johan fue uno de los muchos músicos de la universidad que participó de esta experiencia y que compartió con los maestros desde las regiones: “Cuando fuimos a Isla Grande a compartir con Sixto Silgado y los Gaiteros de punta Brava, yo les preguntaba cómo estudiaban el instrumento y se quedaban mirándome extrañados. Nosotros como músicos de academia entendemos el estudio individual del instrumento como algo básico, pero ellos entienden la música como el resultado de la interacción social: la rueda de gaita era un grupo de amigos y de vecinos que se reunían a tocar y componer. Ellos me decían: “No, esta vaina no se estudia, esto se toca”, y eso fue lo que me quebró la cabeza como académico, que más allá de desarrollar habilidades de estudio, son habilidades sociales”.
La propuesta fue creada por la profesora Maria José Salgado con el fin de dar una mirada distinta a las lógicas de formación en Colombia. La academia de la música ha estado ligada históricamente a modelos de educación europeos en donde todo parte desde la tradición de lo escrito, por eso este acercamiento a los maestros buscaba aprender desde lo oral, aproximarse al intercambio de rituales y entender el contexto en el que surgen las sonoridades colombianas.
Para Johan, quien después de su experiencia continúa visitando a los maestros en Isla Grande, asegura que el intercambio cultural era incluso más importante que el musical. Este joven citadino que se encontró en un lugar donde no había internet, ni televisión, donde el tiempo se detenía y los problemas cotidianos ya no lo atormentaban, también se sintió en el mejor escenario para aprender: “las personas se regalaban momentos de reflexión y ejercían el quehacer más importante para un músico, el de escuchar”. [widgetkit id="261" name="Articulo - EL BOSQUE MUSICA"]
Durante el tercer viaje del proyecto, varios municipios de Bolívar fueron el escenario de estosencuentros entre dos generaciones y orígenes musicales
Javier Pérez Sandoval, director de los programas de Maestría en Músicas Colombianas y el Programa de Formación Musical de la Universidad El Bosque, reconoce que la importancia de este ejercicio es la de experimentar las músicas desde sus espacios de origen, pues a pesar de que una parte muy importante de las músicas tradicionales ya tienen una audiencia grande en las ciudades, estas prácticas dentro de sus contextos tienen unos roles comunitarios que están ligados a distintas situaciones, más allá que la de una puesta en escena.
El maestro Sixto Silgado "Paíto", junto a María José Salgado, en Isla Grande
“Las músicas tradicionales en sus contextos reúnen comunidades, narran sus historias, transmiten las tradiciones de sus ancestros, fomentan transformaciones sociales y políticas, entre muchas cosas que solo se experimentan yendo al lugar”, dice Javier.
Después de estas experiencias, los procesos de creación de los músicos de la Universidad El Bosque han resultado en piezas musicales, en grupos y en puestas en escena que reflejan las influencias de la academia y el reconocimiento de las músicas tradicionales. Sus producciones comienzan a dialogar de manera equitativa, no una sobre otra, no es la lógica académica imponiéndose sobre la lógica de las tradiciones orales, sino la del reconocimiento del legado y la visualización del patrimonio musical.
Esto se puede escuchar hoy en el proyecto de CumbiaCachaca, un grupo que fundó Johan después de conocer a los Gaiteros de Punta Brava. Esta apuesta busca integrar elementos de las músicas tradicionales del Caribe Colombiano con las músicas urbanas. Es el resultado de un proceso de exploración de gaitas y tambores con el maestro Paíto, Milsen Pacheco, Alex Matínez, Justo Valdéz y Tina Camargo. Hoy su principal objetivo es visibilizar los ritmos y los maestros de la música de la tradición oral como el Bullerengue, las gaitas, las tamboras, la cumbia y la terapia criolla desde las ciudades.
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