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¿Quieres ser mi mecenas?

¿Quieres ser mi mecenas?

Ilustración

Patreon puede ser una plataforma para conseguir desde ingresos adicionales hasta salarios estables. Le explicamos cómo funciona, qué diablos es un mecenas y cómo el micromecenazgo puede ser una alternativa para financiar sus proyectos creativos.

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Fran Meneses es una ilustradora chilena que vive en Nueva York y recibe más de 8000 dólares mensuales a cambio de un detrás de cámaras de su trabajo, un podcast quincenal y otros contenidos exclusivos que publica en Patreon, una plataforma de micromecenazgo para creadores.

Fran tiene una tienda online, pero como dice en uno de los vlogs que publica en su canal de YouTube, sus más de 2800 patrons son quienes “literalmente hacen que todo esto sea posible”: pagar el arriendo de su apartamento y el de su estudio, comprar café, ir al museo, arreglar su computador y tener el “espacio mental” para trabajar en su próxima novela gráfica.

Lo que le da sostenibilidad económica a Fran –y el concepto detrás de plataformas como Patreon– es el micromecenazgo, un término que se refiere a financiar algo a través de pequeños aportes hechos por muchas personas. A diferencia de modelos similares como el crowdfunding (que utilizan plataformas como Kickstarter e Indiegogo), este modelo de negocio no pretende reunir dinero una única vez para un único propósito. El micromecenazgo parte de la idea de convertirse en miembro de una comunidad, y Patreon es una plataforma que permite hacer eso en cualquier momento y desde cualquier lugar.

Patreon nació en 2013 con el propósito de “financiar a la clase creativa”, como dijo su fundador Jack Conte a The Verge. Su modelo sirve a cuanto creador se les ocurra: ilustradores, músicos, podcasters, youtubers, realizadores audiovisuales, escritores, creadores de videojuegos… Incluso puede ser útil para organizaciones sin ánimo de lucro, emprendimientos y para quien necesite un ingreso en tiempos difíciles: según Patreon, que dice tener más de 200.000 creadores registrados en su plataforma, más de 50.000 lanzaron sus perfiles entre marzo y abril de este año, cuando la pandemia daba su golpe más duro en varios países.

Aunque no existen cifras de cuántos creadores colombianos están registrados en la plataforma, construimos este artículo y los consejos que damos en él a partir de las experiencias de Mariana Matija, quien se dedica a crear contenido para aprender a cuidar del planeta; Estúpido Nerd, “un podcast sobre series, películas, videojuegos y otras cosas ñoñas”; Presunto Podcast, que analiza cómo los medios de comunicación cubren la actualidad colombiana y Dreachie, una ilustradora que crea piezas melancólicas y vintage. Sus experiencias en Patreon sirven de guía para saber qué hacer antes de lanzarse al agua, cómo aprovechar las posibilidades que la plataforma ofrece y cómo equilibrar el trabajo normal con el trabajo que implica tener un perfil en Patreon. Entonces, empecemos.

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Para sembrar hay que cosechar

O labrar el terreno. El primer paso para construir una comunidad en Patreon es construir esa comunidad antes y en otra parte. No importa si son seguidores con quienes solo ha intercambiado emojis o personas con las que se ha tomado varios cafés: como me explicó Sara Trejos, productora de Presunto Podcast, “tienes que arrancar con un círculo que ya te soporte, empezar con las personas que ya creen que tu proyecto debe existir”.

Piénselo así: su éxito en Patreon dependerá de cómo se comunique usted con el mundo exterior. Si usted sueña con que otras personas financien su carrera como ilustrador pero todas sus ilustraciones reposan bajo llave en el cajón de su mesa de noche, ¿cómo espera que los demás se enteren de su trabajo y que decidan apoyarlo? Para que otros financien su proyecto, usted debe dar el primer paso: abrir un perfil en Instagram, ofrecer su primer taller, lanzar el primer capítulo de su podcast. Algo que genere confianza en los demás y que evite que usted quede como un conchudo por pedir plata sin tener nada para ofrecer a cambio. 

Pero… ¿qué puedo ofrecer a cambio?

Una vez abra su perfil en Patreon, se encontrará con algo similar a lo que ofrece cualquier red social: un feed donde puede subir fotos, videos y textos, e incluso una función similar a las historias de Instagram que se llama Lens. Dependiendo del monto que paguen, los patrons podrán acceder a esas publicaciones o a distintas recompensas: newsletters, podcasts, mercancía física, acceso a chats, videollamadas mensuales, consultorías personalizadas… El límite son la imaginación, las horas y el dinero que usted esté dispuesto a invertir en lo que ofrece a sus patrons.

A Mariana Matija, diseñadora que crea contenido sobre el cuidado del planeta, se le ocurrió que podía incluir en sus recompensas un club de lectura, “una cosa que siempre había querido hacer”. “Empecé a armar uno de los niveles de aporte alrededor de eso y más gente se animó a apoyarme en Patreon. Las personas estaban motivadas en torno a la lectura y a la interacción”. Con niveles de aporte Mariana se refiere a otra de las herramientas que Patreon ofrece: un sistema de niveles o tiers que separa las recompensas según el monto que los patrons deben pagar: quienes pagan un dólar reciben esto, quienes pagan cinco reciben esto otro, y así sucesivamente.

Aunque Patreon permite que cada quien utilice sus niveles como quiera, muchos creadores atan sus recompensas más jugosas a los montos más altos, con la esperanza de atrapar algunos peces gordos. Otros creadores, como Brandon Stanton de Humans of New York, tienen varios niveles de aporte pero la misma recompensa para todos.

Además de elegir recompensas que de verdad le emocionen y que incentiven la creación de un vínculo con sus mecenas, aproveche que puede elegir lo que quiera para ser estratégico: digamos que usted y sus amigos –todos con trabajos de tiempo completo– hacen un podcast en sus ratos libres y deciden tratar de financiarlo con un perfil de Patreon. ¿Qué pueden elegir para las recompensas, que no les tome mucho tiempo ni más trabajo del que ya tienen? Diego, Boris y Juandapo, las personas detrás del podcast Estúpido Nerd, decidieron hacer Season Pass, un podcast exclusivo para sus patrons. No, de entrada no suena como lo más práctico, pero ojo al truco: según su nivel de aporte, los patrons tienen el honor de proponer los temas para los episodios y el honor aún más grande de votar por el que más les guste, mientras que el equipo se reserva el derecho a abordar el tema a su manera. “Tratamos de hacerlo lo más ligero posible tanto para nosotros como para el que lo escucha”, como explica Diego. A veces tienen que tomar aire y pensar cómo diablos hablar de las películas de Studio Ghibli sin haberlas visto, pero en la mayoría de los casos “sacamos unas cosas súper ridículas y nos reímos mucho”.

Las recompensas también pueden ser objetos físicos. Si cree que esa alternativa le conviene, échele un ojo a Merch, un servicio de Patreon con el cual usted puede personalizar desde pocillos hasta buzos y olvidarse del envío: Patreon lo hace por usted a cambio de una tarifa mensual. Sin embargo, las recompensas físicas son costosas, y aún con la asistencia logística de Patreon, puede que termine gastando más de lo que está ganando. Piense qué sería más significativo para sus mecenas y examine sus capacidades, como sugiere la ilustradora Dreachie. “Analiza cuál es el tipo de contenido que puedes ofrecer basado en el enfoque de tu trabajo y experimenta para ver qué es lo que funciona mejor para ti”.

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Hablemos de plata

Mecenas que aportan dinero, proyectos que se vuelven sostenibles… Puede que todo haya sonado muy romántico hasta ahora, pero seguro ya veía venir esta conversación: vamos a hablar de plata.

Registrarse en Patreon es gratis, pero una vez empiece a recibir dinero, usted deberá pagarle una comisión de entre el 5% y el 12% de sus ingresos mensuales a la plataforma. El valor de la comisión mensual lo define usted, al elegir entre los tres planes que ofrece Patreon y los beneficios que cada uno trae: analíticas relacionadas al comportamiento de los patrons, integración con más plataformas, asesorías personalizadas, etc. Entre más alta sea la comisión que cobra Patreon, más beneficios recibirá usted. 

Patreon también cobra una tarifa adicional por procesar de manera “segura y confiable” los pagos de todos sus patrons y deposita las ganancias de cada creador en una cuenta bancaria, de PayPal o Payoneer. Sin embargo, si usted está radicado fuera de Estados Unidos solo podrá recibir su dinero en una cuenta de PayPal o de Payoneer, y según su caso particular, también deberá correr con los gastos adicionales que implique transferir el dinero a una cuenta bancaria local.

Por otro lado, y esta es otra conversación, Patreon permite que usted decida si publica u oculta de su perfil cuántos patrons tiene y cuánto dinero recibe al mes. De los cuatro casos colombianos que hemos mencionado en el artículo, solo Presunto Podcast tiene ambos datos a la vista: 172 patrons y 469 dólares al mes, a mediados de septiembre. Sara Trejos, productora del podcast, explica que es cuestión de coherencia: “En cada episodio de Presunto hablamos de que la credibilidad de un medio está en su transparencia y de que ese es uno de los grandes valores que hay que impulsar”. Lo que reciben cada mes, al ser un equipo de ocho personas, alcanza para pagar la edición de cada capítulo.

En el Patreon de Estúpido Nerd solo está la cifra de sus patrons: 126, también a mediados de septiembre. Aunque Diego asegura que con el dinero que reciben el podcast ya es “un hobby pago”, también dice que la decisión de ocultar el total responde a la idiosincrasia colombiana: “Tácitamente a todo el mundo le enseñan a no hablar de sueldos y por eso uno nunca discute cuánto gana. Y esa misma enseñanza va como para el otro lado: la persona que habla mucho de plata y de cuánto gana es una persona que se las está dando”. Boris, también de Estúpido Nerd, agrega que además hay algo de estrategia detrás: publicar que se ganan 100 dólares al mes, por ejemplo, podría hacer que alguien con intenciones de aportar piense que ya tienen suficiente plata y se arrepienta. “Tal vez es mejor no decir números y que nos sigan dando dinero”. Dreachie también hace público solo el dato de sus patrons (12, a mediados de septiembre) porque quiere “que el foco esté en mi contenido y no en lo que gano actualmente”. No obstante, asegura que últimamente ha considerado dejar esas preocupaciones a un lado y hacer público lo que gana.

Mariana Matija tenía ambos datos en su perfil cuando recién lo abrió, pero le empezaron a inquietar dos cosas: el rechazo “muy visceral” hacia la remuneración para trabajos relacionados con sostenibilidad, cambio social y activismo, y el miedo: “En Colombia, tener esta información pública es hablar mucho de mí. Entonces preferí dejarlo oculto”.

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Una herramienta para el proceso creativo

Si usted quiere que Patreon sea algo más que una fuente de ingresos ocasionales, tendrá que hacer trabajo extra y organizarse para que ese trabajo extra no termine quemándole el cerebro. Pero no solo hablamos de acomodar su rutina diaria y organizar el calendario. Hablamos de acercarse a Patreon como un lugar para compartir con otras personas que están interesadas en lo mismo que le interesa a usted, y de esa reciprocidad como una herramienta para darle un vuelco a su proceso creativo.

El equipo de Presunto Podcast interactúa constantemente con sus patrons en un chat de Telegram. Ese chat se ha convertido en una suerte de grupo focal que verifica la calidad del podcast, y es un espacio de comunicación tan cercana que permite que Sara y los demás integrantes del equipo puedan saber qué temas son relevantes para su público y hacia dónde deberían los próximos episodios de Presunto.

En el caso de Mariana Matija, que tiene un chat con sus patrons pero a través de Discord, el proceso de escribir entradas para su blog, sus newsletters o planear su próximo curso online también se ha enriquecido por la posibilidad de conversar con otros: “Antes mi proceso era mucho más solitario a la hora de digerir la información y convertirla en lo que quería, pero ahora es más dinámico porque estoy en conversación con otras personas”. Contrario a la hostilidad que domina las interacciones en otras redes como Twitter o Instagram, Mariana ha encontrado que en Patreon (o con sus patrons, más bien) hay permiso para aprender: “Sé que lo que me voy a encontrar al otro lado no es un anónimo de Instagram que me va a putear, sino alguien con un interés genuino en mi trabajo que me va a explicar muy amorosamente en qué me equivoqué. Es muy enriquecedor contar con personas que no están buscando la caída de cada cosa que uno dice”.

Algunos consejos finales

Patreon puede ser mucho más que una plataforma para recaudar dinero. Se puede convertir en el medio para conocer personas con intereses similares a los suyos y para crear vínculos fundamentados en la reciprocidad: mientras los mecenas dan dinero, usted tiene que dar acceso a un espacio que esté alineado de manera genuina a lo que usted o su proyecto son. Acceso a una versión sincera de su trabajo para que los demás puedan aprender con usted, como dice Mariana Matija, de manera auténtica y transparente.

Esa reciprocidad también incluye cumplir con las promesas que usted le haga a sus mecenas. Suena descorazonado, pero piénselo como una transacción cualquiera: así como usted elige dónde comprar su comida y sus zapatos, el mecenas elige invertir su dinero en usted. Al hacer una promesa usted tiene la oportunidad de hacer parte de la vida de otras personas, y al cumplirla, le hace justicia a ese pequeño pero maravilloso hecho.

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María Andrea Muñoz Gómez

Como Dorothy Parker, odio escribir, pero amo haber escrito. Quiero vivir en una montaña con mis dos perras.

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