¿Tiene un minuto para hablar de marquetería?
Rara vez entramos a la marquetería con confianza para tomar decisiones acertadas. Pero aprender sobre marcos puede ser emocionante y útil para enriquecer nuestra relación con las piezas de arte y los objetos que nos rodean.
[Piezas de k2man y de Life is a bit y Garavato]
n marco es una pieza que rodea a otra, como una ventana o una puerta. Pero un marco que rodea una pintura, por ejemplo, también es una pieza estética, parte de un todo, el cuerpo –parafraseando a Van Gogh–, que acoge un alma.
El asunto, poesía aparte, es que todo respecto a los marcos es relativo: hay personas que por un par de dólares los compran importados y listos para usar, y personas que se preocupan por crear marcos únicos para sus piezas. Y un camino no es superior al otro: enmarcar puede ser tan complejo como usted quiera, pero lo que sí es cierto es que su relación con las piezas de arte que le rodean puede enriquecerse si usted elige hacerse amigo de esa complejidad.
La marquetería está llena de decisiones. Hay que elegir materiales, grosores, colores y acabados, y salir a la calle aceptando el riesgo de que la pieza puede verse muy diferente cuando esté enmarcada. Sin embargo, con paciencia y un buen marquetero, artistas, coleccionistas y enemigos de las paredes vacías pueden encontrar beneficio en detenerse en los objetos que les rodean. Objetos, en este caso, que tienen siglos de historia, un oficio manual detrás y que están en museos, galerías, en sus casas y en la mía.
Vamos por partes
Una marquetería se reconoce porque sus paredes están cubiertas de pedazos de molduras que sirven como muestrarios y suelen ser lo único que ocupa la atención de quien visita el lugar. Y tiene sentido que así sea, pues son los elementos más identificables y vistosos del marco, y uno de los pocos que está presente en cualquier proyecto de enmarcación. Pero un marco tiene otras partes, y aún más importante, partes que usted puede dejar por fuera o no y que pueden influir en la pieza terminada. Repasemos algunos.
[Aunque pueda variar según el estilo del marco, sus partes esencia es son: frente, moldura, marialuisa o paspartú, respaldo y anclaje]
Frente
Lámina de vidrio o acrílico que cubre la pieza enmarcada. Su uso es opcional pero aconsejable si usted quiere proteger lo que sea que está enmarcando. Lo que no es opcional es que el frente esté en contacto directo con la pieza enmarcada. Como explica Gustavo Henao, productor de exposiciones del Museo La Tertulia en Cali, siempre “debe haber un espacio entre el frente y la pieza, para que pueda circular el aire y que no se generen humedades, manchas ni hongos”. Igual que con las molduras, hay algunas consideraciones para tener en cuenta respecto a los diferentes materiales que existen:
- Vidrio corriente: como el vidrio de una ventana, pero más delgado. Es más económico que el vidrio antireflejo, pero como me explicó Bryan, el vidrio corriente es más difícil de limpiar: durante el proceso de enmarcado se pueden quedar partículas de polvo pegadas al vidrio, y si su marquetero no es riguroso, su pieza se verá como una pantalla de celular con el vidrio protector mal puesto.
- Vidrio antireflejo: evita que la luz se refleje sobre la pieza, de manera que esta se puede apreciar desde cualquier punto del espacio donde está exhibida sin que ventanas, bombillos u otras fuentes de luz interfieran. Sin embargo, como asegura el diseñador Andrés Cabra, este vidrio puede opacar los colores de ciertas piezas y privarlo a usted de verlos en pleno.
- Acrílico: su principal ventaja es que no se rompe, así que es recomendable para piezas que serán trasladadas de un lugar a otro o para personas que no tienen confianza en sus martillos (mentiras). Existen opciones corrientes o antireflejo, como en el vidrio, pero lo más importante es elegir un acrílico de buena calidad para prevenir que se craquele o que se ‘amarillee’ con el tiempo.
[La mayoría de las marqueterías trabajan con molduras de cuatro materiales: madera, MDF, poliuretano y aluminio]
Molduras
Son las cuatro piezas que rodean la pieza enmarcada. Diríamos “las cuatro tablas”, pero no solo hay marcos de madera: también hay de MDF, poliuretano y aluminio, con una variedad de grosores y acabados.
- Madera: el material que dominó la marquetería durante siglos y al que muchos siguen acudiendo. Se puede utilizar como base para marcos que luego se pintarán, pero tiene más sentido utilizarla cuando el objetivo es un marco que permita apreciar la madera, sus vetas, colores y texturas. Si usted cree que por ahí va la cosa, busque un marquetero que trabaje con varios tipos de madera. Bryan Montenegro, que fabrica marcos y muebles en Maderos Black, utiliza pino, que tiene vetas amplias; marfil, de color claro y vetas oxidadas, y flormorado, que tiene un color más parejo y café.
- MDF: mezcla de fibras de madera, cera y aglutinantes a partir de la cual se forman láminas de distintos tamaños y grosores. Es un material bueno, pero como me explicó Johan Sarmiento, de Mix Enmarcaciones, “depende de cómo se trabaje” y de la precisión de su marquetero. Si usted confía o sabe que su marquetero trabaja bien con este material, es una buena opción para marcos que posteriormente se van a pintar de un color sólido, puesto que tiene una superficie lisa y compacta que recibirá bien la pintura.
- Poliuretano: un polímero que se utiliza para fabricar molduras listas para usar y que además tienen una variedad amplísima de colores, texturas, relieves y acabados. Estas molduras han reemplazado aquellas que antes requerían de trabajos manuales como la talla de madera y el trabajo de pintura, y según Andrés Cabra, del estudio de diseño La Cabra Design, “usualmente las usan quienes no hacen carpintería, porque lo único que deben hacer es cortar y ensamblar”.
- Aluminio: una alternativa barata y no muy popular para enmarcar cualquier cosa que no sea una ventana. No todos los marqueteros lo usan y a diferencia del resto de materiales que están en esta lista, es el único que no es o trata de parecer madera.
Marialuisa o paspartú
Es una ventana hecha de cartulina o cartón que se utiliza con la intención de aumentar el espacio entre la pieza y las molduras. Es útil para crear el espacio que debería haber entre el frente del marco y la pieza que mencionamos arriba, y puede interesarle si usted tiene un print cortado a ras y no quiere que el marco se coma uno o dos centímetros de cada lado o si quiere crear cierto descanso entre una pieza muy saturada y el marco. Si su pieza tiene mucho espacio vacío alrededor, por ejemplo, puede que no lo necesite. Hay diferentes colores, materiales y terminaciones, e incluso existen algunos con elementos adicionales como cortes angulados y relieves. Igual que el vidrio, su uso es opcional.
[Fotografías de Nina Bernal y Gustavo Bernal]
Respaldo
Lámina de cartón o MDF que está detrás del marco. Aunque no se ve, el respaldo es clave para mantener la pieza lisa (en el caso de impresiones, dibujos o piezas hechas sobre papel) y en su lugar. Se fija con grapas, si el respaldo es en MDF, y con cinta kraft.
Anclaje
Es el sistema que se utiliza para colgar la pieza enmarcada en una pared. Hay varias clases, como los ganchos con dientes de sierra y la dupla de cuerda y armellas, pero la elección dependerá de usted: algunos sugieren usar cuerdas y armellas para las piezas más pesadas, pero otros creen que las cuerdas pueden romperse. Lo que sí es cierto respecto a las cuerdas es que dificultan colgar varias piezas a la misma altura, así que si está enmarcando una pieza que irá junto a otras, le conviene más un gancho con dientes de sierras.
[Tres de los anclajes que más se usan: ganchos con dientes de sierra, ganchos con anillas o ganchos kung fu, y cuerdas con armellas]
Una nota sobre la personalización
Aunque su marquetería de confianza puede estar en la capacidad de ofrecerle exactamente lo que usted quiere o algo que se acerque, existen marqueteros que se han abierto camino a punta de curiosidad y habilidades que trascienden la marquetería. Piense en Bryan Montenegro (de nuevo, lo encuentran en Maderos Black), quien ofrece molduras de diferentes clases de madera y puede agregarles complementos tallados a mano, o en referentes como el mexicano Antonio Chirino, un “enmarcador y fabricante de artefactos para exhibir arte” que puede crear marcos inspirados en la piel de Freddy Krueger o en el arte que encierran. Con un marquetero así a su lado, es difícil que los límites existan.
[Piezas de OBEY y de Carlos Alarcón]
Instrucciones para armar un marco
La marquetería es un oficio estrechamente ligado a la carpintería, por lo que un marquetero tiene que saber de materiales, herramientas y procesos básicos. No importa si es una marquetería que prefiera utilizar molduras de poliuretano o que solo trabaje con un tipo de madera: los marcos (al menos los que nos conciernen aquí) no son objetos que salen de una máquina listos para usar, y algunos ignoramos eso.
Los marcos empiezan con las molduras, que independientemente de su material, llegan a las marqueterías en listones de varios metros de largo que se cortan para obtener las cuatro partes que rodearán la pieza a enmarcar. Los cortes se hacen en ángulo, con una sierra eléctrica, y se unen con pegamento y unos ángulos metálicos para crear y asegurar las esquinas del marco. Las uniones se refuerzan con resane, una mezcla que de acuerdo al marquetero Johan Sarmiento, de Mix Enmarcaciones, se puede hacer de muchas maneras, y que tiene como fin rellenar cualquier hueco que haya quedado entre las dos piezas de moldura. Cuando ya están asegurados, los marcos de madera y de MDF pasan por dos rondas de lijado y aplicación de sellador, necesarias para eliminar asperezas y para evitar que absorban la pintura o el barniz que viene después.
Con el marco listo, se puede colocar el vidrio, que reposa sobre la moldura, seguido del paspartú (si se va a usar) y de la pieza. El material del respaldo y la manera de fijarlo varían según el tipo de enmarcado que usted haya escogido, pero lo que no varía es que las uniones entre el respaldo y la moldura se deben cubrir con cinta kraft. El último paso es poner el anclaje, sea un gancho de sierra o un par de armellas y una cuerda.
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Opiniones y certezas
Basta con que vaya a dos marqueterías distintas para que se dé cuenta de que todo el mundo tiene opiniones diferentes e incluso contradictorias sobre lo que está bien y lo que no, así que vamos a empezar por algunas certezas que creemos universales.
En marquetería todo depende. Depende de la pieza que va a enmarcar, depende de su presupuesto y su paciencia, depende del marquetero con el que trabaje y sobre todo, depende de lo que usted quiera. En esa medida es difícil decirle que los mejores marcos son los de pino canadiense o los de poliuretano, que X es mejor que Y. Si usted cree que su obra se beneficia al tener un marco sencillo donde se vean las vetas de la madera, adelante. Si quiere algo magenta encendido y lleno de ornamentos, igual.
Hay casos en los que conviene más usar molduras de un material específico. Por ejemplo: si usted quiere un marco de madera con un acabado natural, por favor, use madera. Si quiere un marco de un color sólido, use MDF y pídale a su marquetero que se lo pinte del color que usted quiera, o una moldura de poliuretano. Y si quiere un marco ornamentado pero no puede pagar por un marco francés del siglo XVII tallado a mano o no encuentra quién se lo haga, váyase con una moldura de poliuretano.
[Pieza de Catalina Moreno]
Los marcos contribuyen a la conservación de la pieza expuesta. Un buen marco puede proteger de golpes, caídas, de la humedad, y en general, del paso del tiempo. En ese sentido, usted siempre debería optar por un trabajo de calidad y hacer la inversión correspondiente.
Toda enmarcación debería ser reversible, o en otras palabras, todo marco debería poder quitarse o cambiarse sin dañar la obra. Esto es útil para casos en los que se rompa el vidrio, para piezas que viajan a exhibiciones en otros lugares o para quienes se cansaron de aquel marco viejo y quieren probar algo más. También es útil para personas que no quieran invertir mucho en marcos y que tengan varias piezas del mismo tamaño, como artistas jóvenes que consigan plazas en exhibiciones y deban llevar su trabajo enmarcado.
La marquetería hace parte de la experiencia estética, y esto aplica para museos, galerías, la sala de su casa y hasta su baño. Donde haya una pieza enmarcada y exhibida, hay chance de tener una experiencia estética. Y aquí nos metemos en terreno delicado, porque si bien al final usted es quien manda, también hay que aclarar que el marco es crucial para que los demás se detengan en la pieza. Gustavo Henao, el productor de exposiciones del Museo La Tertulia, dice que “la elección del marco tiene que ir directamente relacionado con el tipo de obra que es y lo que el artista quiere proyectar. Puede que una mala elección de marco desvíe la atención o envíe un mensaje equivocado respecto a la obra”. Diana Arias, directora de galería y proyectos en CasaTinta, lo pone en otras palabras: “el marco es el que sostiene el piso discursivo de la obra. Si generas ruido en lo que debería ser tu piso discursivo, eso hará que el espectador siga derecho. Pero si es armónico con lo que tú quieres representar, uno va a reparar en ella sin ningún esfuerzo”.
[Pieza de Rafael Gerladdo]
De marcos y marqueteros
Un buen marquetero no solo hace un trabajo de calidad. También es cumplido y así como hace sugerencias acertadas, sabe cuándo seguirle la cuerda al cliente. Un buen marquetero, se imaginarán, es difícil de encontrar.
Diana dice que la relación entre el marquetero y el cliente es una mezcla entre un componente de intuición del artista con una gran capacidad de dirigir a alguien para que lleve a cabo ese proyecto. Así operan el ilustrador Garavato y Bryan Montenegro, el marquetero que mencionamos varias veces arriba. Juntos se sientan a pensar cómo materializar las ideas que Garavato tiene para enmarcar las piezas de su extensa colección gráfica, y trabajan tan de cerca que se podría decir que colaboran: para obras específicas, Brian le entrega el marco cortado y pegado a Garavato, y él lo interviene para que Brian termine de enmarcar después.
[Piezas de Garavato y de Pez]
Un buen marquetero se reconoce por varias cosas, pero aquí vamos a hacer énfasis en dos. La primera es su manera de guardar y manipular las piezas que va a enmarcar. Sea una reproducción, una obra seriada o un original, un buen marquetero tiene que contar con los medios y materiales para conservar una obra en condiciones óptimas. De nuevo, esto se divide en dos. Primero, el marquetero tiene que guardar su pieza hasta que llegue el momento de enmarcarla, ¿no? Bueno, pues la próxima vez que deje algo en la marquetería, pregunte dónde y cómo van a guardar la serigrafía que usted acaba de llevar. ¿Va a quedar en una carpeta o arrumada en un escritorio? Segundo, el marquetero tiene que utilizar materiales que no dañen la pieza, como cintas y pegamentos libres de ácido para evitar manchas u otras reacciones perjudiciales.
La otra característica de un buen marquetero es su atención al detalle. Las uniones de las molduras deben ser prolijas y simétricas, el vidrio debe estar impecable por dentro, la obra debe estar centrada y el respaldo del marco tiene que verse prolijo, nada de cintas arrugadas. Bryan dice que él aprendió a tener un orden para las cosas, y que cree que eso se nota en su trabajo. “Son detalles de fina coquetería”, dice, que en últimas hablan de lo pulido que es el marquetero.
[De izquierda a derecha: piezas de Mati Schmidt, Diantres, Proyecto Ensamble, Tim Armstrong, Garavato, Elliot Tupac y Laura Varsky]
Más que marcos
La combinación exitosa de un marco y una pieza influyó, o eso se cree, en la venta de obras de arte como Retrato de Lorenzo de Medici, Duque de Urbino, un cuadro pintado por el italiano Rafael en 1518 que se vendió por 18.5 millones de libras en la sede de Christie’s en Londres. Antes de su venta la pintura se exhibió en un cuarto particular con un marco elegido para esa ocasión que la hacía ver como “como una preciosa reliquia” y que “fortalecía el efecto contrastante del fondo verde, el sombrero negro y los ojos oscuros de Lorenzo”. De acuerdo a la casa de subastas, su combinación con “una de las pinturas más grandiosas del Renacimiento” representó el matrimonio perfecto.
Desde retratos pintados hace cinco siglos hasta prints de ilustraciones, los marcos cumplen la labor de exaltar piezas para que usted no les pueda quitar la mirada. Su importancia no es poca y afortunadamente existen mil caminos para lograr el marco perfecto. Es cuestión de empezar a coleccionar referentes y armarse de paciencia y curiosidad para materializar las ideas.
[Piezas de Stinkfish y de ENIAT]
Agradecimientos especiales a la señora Elizabeth Martínez y sus hijos Xiomara Sarmiento y Johan Sarmiento, dueños de la marquetería Mix Enmarcaciones (Bogotá, Calle 2 # 11A-36), y a Andrés Cabra, de La Cabra Design, por llevarnos hasta allá.
Gracias también a Garavato, ilustrador colombiano, entusiasta de la marquetería y dueño de la mayoría de piezas gráficas que aparecen en las fotografías de este artículo.
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