Cuando el ocio se convierte en revolución
ienso en el daño que nos hicieron los medios impresos al titular como “sociales” unas páginas llenas con fotografías de personas que uno finalmente ni conocía, pero si aparecían ahí, eran importantes, y crecimos con esa idea.
Ahora están las redes sociales y vivimos entre ellas, al conectarse uno se encuentra con imágenes que nos recuerdan aquellas viejas “sociales”, donde todo es glamour y celebración, donde todos están felices y los problemas no existen, donde los vestidos son costosos y las sonrisas perfectas.
Pero como mi mamá nos decía en época de sequía: “el palo no está para hacer cucharas”. ¿Qué tan reales pueden resultar estas redes “sociales”? Eso dependerá de cada uno. Las redes sociales son como cada uno quiere que sean, más allá de la foto retocada del fin de semana o del video acerca de la uña torcida de alguna celebrity nacional, todos tenemos un papel en la sociedad y una oportunidad para corregir lo que creemos que está mal.
Facebook y Twitter tienen un papel fundamental para coordinar fuerzas, las redes sociales están consiguiendo cada vez más poder y capacidad de influencia, son medios mucho más difíciles de controlar y censurar que los canales tradicionales y poseen una característica viral importante.
Ningún otro medio como las redes sociales ha demostrado, hasta la fecha, ser tan eficaz para informar y convocar. Por esto debemos actualizar nuestra imagen de lo que significa ser un revolucionario, debemos entender su verdadero potencial, potencial que en otros países han logrado aprovechar.
El 6 de abril de 2008 un grupo de jóvenes movilizó a través de Facebook a 80.000 personas en la plaza Tahrir, en contra del aumento del precio de los alimentos y un tercio de la población egipcia se quedó en su casa como respuesta a su convocatoria de huelga general.En los siguientes dos días, el entonces presidente Hosni Mubarak bajó los precios de los alimentos y aumentó los salarios mínimos.
Desde entonces, el “6 de abril” se ha transformado en día nacional de la protesta e identifica al movimiento Kefaya (¡Basta!), expresión de Facebook. ¿Acaso en Colombia no tenemos razones de peso para darle este tipo de uso a las redes sociales?Parapolítica, chuzadas telefónicas, falsos positivos, desplazamientos forzados, abusos policiales, carruseles de contratación, corrupción en el sistema de salud, impunidad en el asesinato de sindicalistas, violación de derechos humanos, tarifas elevadas en el sistema de transporte masivo.
Como bien decía Jaime Garzón: “este país se escandaliza porque uno dice hijueputa en televisión, pero no se escandaliza cuando hay niños limpiando vidrios y pidiendo limosnas”, eso si no, eso es folklore… nuestro patriotismo debería ir mas allá de vestir la camiseta de la selección de fútbol.Entonces Facebook me pregunta todos los días: ¿Qué estás pensando? Estoy pensando que es hora que cada uno PIENSE, e inicie su propia revolución.
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