De qué hablamos cuando hablamos de muñequitos
Una mirada de como los cartoons han sido una ventana a otros mundos gracias a nuestra pantalla chica.
Una de las celebraciones más grandiosas del año 2014, dentro de la historia de los medios de comunicación en Colombia, ha sido la conmemoración de los sesenta años de la televisión en el país, un acontecimiento que le dio una nueva perspectiva de información y entretenimiento a nuestros padres y abuelos.
Con el paso de los años, hemos podido ver cómo la televisión colombiana ha sido desarrollada por diferentes productoras y programadoras que deseaban tener un espacio para mostrar sus obras propias pero, además, mostrar a los televidentes lo que se estaba desarrollando en el extranjero, propiamente en Estados Unidos, Japón y parte de Europa.
Durante 2014, ha sido supremamente valioso el reconocimiento dado a las producciones netamente colombianas que han jugado un papel trascendental durante estas seis décadas. Por eso, decidimos mirar estos procesos con ojos de niño y nos remontamos a aquellos momentos en los que ver dibujos animados en la pantalla chica era toda una experiencia.
En Madrugadas Radiónica nos dimos a la tarea de conversar al aire con nuestros oyentes para conocer sus vivencias, anécdotas y recuerdos al ver cartoons a través de los canales nacionales, lo que dejó como resultado respuestas cargadas de una que otra lagrima.
Muchos narraron con entusiasmo su fascinación por las franjas que han existido en las cadenas desde siempre, resaltando los espacios para animados de los fines de semana en las mañanas y los de lunes a viernes en las tardes. Los primeros, caracterizado por ser el complemento ideal para el desayuno y los segundos, por el afán de los niños tras llegar del colegio, almorzar y hacer tareas.
Dentro de la cronología resaltamos dibujos animados lanzados originalmente desde los años 30, cuando estudios como Warner Brothers, Universal y Paramount hacían cortos para el cine que, después, fueron compilados a manera de antologías de media hora. Allí conocimos El Pájaro Loco, Tom y Jerry, Popeye, El Marino, El Show De Bugs Bunny, entre otros.
También destacamos el papel de las familias animadas clásicas y de animales antropomórficos que fueron populares desde los años 60. Por supuesto, en la lista están Los Picapiedra y Los Supersónicos, junto a las grandes ocurrencias de La Pantera Rosa, Don Gato y Su Pandilla y El Súper Ratón.
Los ochenta fueron famosos por sus aventuras épicas y futuristas, historias de comunidades y equipos de animales superhéroes. Nuestra comunidad hizo un fuerte énfasis en He-Man, Los Thundercats, Los Halcones Del Espacio, Los Verdaderos Cazafantasmas, Los Centuriones, Los Defensores de la Tierra y Las Tortugas Ninja.
La década de los noventa nos brindó alternativas que se salían de los parámetros previamente establecidos, en las que el humor para adultos se mezclaba muy bien con aventuras para niños. Por supuesto, FOX cambió el rumbo con Los Simpson, pero de igual manera hubo otras producciones como Tiny Toons, Animaniacs y nuevas modalidades de héroes como La Máscara y Fenomenoide.
El empalme entre décadas, siglo y milenio dio la posibilidad de conocer una nueva generación de creadores provenientes de canales infantiles de televisión animada, en los que se resaltó mucho el impacto de Hey, Arnold!, El Laboratorio de Dexter, Bob Esponja, entre muchos otros grandes exponentes de espacios un poco surrealistas.
Uno de los aspectos más bellos de todos estos recuerdos, es que no solamente se quedaron en producciones extranjeras. Por el contrario, con mucho amor, cariño y nostalgia, los oyentes recordaron al estudio Conexión Creativa, junto con otros ejemplos de animación hecha en nuestro país, y casos como Súper Criollo, Blanca y Pura, Betty Toons y los inolvidables El siguiente programa y El Profesor Súper O.
Ante todo este cúmulo de recuerdos y vivencias de diferentes generaciones, las apreciaciones podrían llegar a ser casi infinitas, pero algo si es seguro: todos estos momentos vividos como niños frente a la pantalla chica son imborrables. Tanto, que las personas los extrañan por su ausencia entre las propuestas en la televisión por cable.
Sea cual sea la década o el momento en el que se disfrutó, hoy en día regresar en el tiempo puede ser posible gracias a las tecnologías del VOD y el Internet 2.0, que nos permiten revivir estos clásicos y recordar aquellos gratos momentos frente al televisor.
Como dijo el escritor William Faulkner: “El pasado nunca muere, ni siquiera es pasado”.
Por: Iván Samudio
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