Gaitán, más allá de su muerte
Más allá de conmemorar la trágica fecha en la que Jorge Eliécer Gaitán fue asesinado, decidimos mirar bajo otra perspectiva lo que fue su vida.
Al líder le gustaba bailar samba, recibir masajes en su estómago con una máquina marca Vita, leer a escritores como Francisco de Quevedo, William Shakespeare, Charles Dickens, Molière, León de Greiff y José Eustasio Rivera –además de sus lecturas académicas y jurisprudenciales–, jugar tejo y usar gabanes, como el mítico marca Croydon que hoy reposa en su armario. Estos son algunos de los secretos que conocimos en la Casa Museo que lleva su nombre y que nos abrió sus puertas. Pase y conozca otra faceta del caudillo, un ser humano con más dimensiones que una dolorosa marca en el calendario de la violencia colombiana.
Este libro se lo regaló Eliécer, su padre, ocho años antes de su fallecimiento.
Se dice que doña Amparo Jaramillo paró el reloj del comedor a la hora en la que el líder fue asesinado.
Mucha de la platería que tenía el político en su casa provenía del Hotel Tequendama.
En la agenda se puede leer una cita con el entonces líder estudiantil, Fidel Castro.
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