El hashtag cumple 15 años
Hoy, en el Día Internacional del Hashtag, revisamos cómo un pequeño símbolo revolucionó la manera en la que compartimos la cultura, pensamos la comunicación y quemamos brujas.
Es difícil pensar en un mundo en el cual el contenido digital no esté organizado a través del sistema de etiquetado del # (hashtag). Y, sin embargo, este fenómeno es una estrategia de organización relativamente reciente. Hoy cumple apenas quince años. El # es un organizador social que surgió de forma espontánea y dinámica a partir del contenido generado y actualizado por los usuarios de las redes sociales. Desde entonces es imposible pensar una campaña de lanzamiento de un producto, un artículo para un medio escrito como este o un video banal en TikTok sin considerar qué hashtag o hashtags se van a utilizar para difundirlo. Después de todo, si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿realmente cayó? O, más aún, si construyo una casa en #UnTechoParaMiPais y no subo la foto a redes sociales, ¿realmente lo hice?
La intención inicial detrás del #, cuando se lanzó Twitter en 2006, radicaba en su uso simple como un medio para organizar datos e información. Es, por tanto y en esencia, una herramienta de indexación para agrupar cualquier cosa, desde lo políticamente relevante hasta lo culturalmente moderno. Incluso una manera irónica de protestar el lugar horrible que las redes sociales ha pasado a ocupar en nuestra vida, #sorrynotsorry #abrelosojos #vivetuvidadejateyadeservilismos #1984. El # pronto se encontró alineado con algunos de los eventos más significativos de la historia reciente y ha sido esencial para movilizar bajo una misma bandera algunas de las luchas más pertinentes de la actualidad, o de sabotear algunas de las más nefastas campañas de desinformación.
Desde tendencias de moda hasta eventos globales, el hashtag se ha convertido en el símbolo ubicuo de la Twitteresfera. Lo que hace quince años denotaba un símbolo numérico sin especial significado o atribución, además de un juego de tres en línea en la parte de atrás de un cuaderno durante una asignatura particularmente aburrida, es ahora un llamado a las armas por causas que son muchas y variadas. Capturando un amplio espectro de las preocupaciones del público con la cultura popular, la exclusión social, los esfuerzos de ayuda luego de desastres naturales o conflictos políticos, el hashtag, como algunos han argumentado, ha permitido el surgimiento eficiente de “ciertos tipos de comunidades y públicos ad hoc que se forman y responden rápidamente a eventos particulares y temas de actualidad”. Y estos han desarrollado un poder social y político que solo recientemente hemos comenzado a descubrir y comprender por completo. Es una forma de agrupar discursos similares y un lugar fértil para generar una conversación con distintos actores de la actualidad.
how do you feel about using # (pound) for groups. As in #barcamp [msg]?
— ˗ˏˋ Chris Messina ˎˊ˗ (@chrismessina) August 23, 2007
Los hashtags no comenzaron en las redes sociales. En la cultura de la programación, el símbolo # se denominaba "almohadilla" (hash), en lugar del signo de numeral. En 1988, apareció el primer símbolo hash con fines de agrupación en Internet Relay Chat (IRC), cuando se utilizó para etiquetar grupos y temas comunes. En agosto de 2007, inspirado por el IRC, Chris Messina usó el primer hashtag en Twitter y el resto, como dicen, es historia. Sin embargo, no se hizo popular de inmediato. Se necesitó un evento de importancia mundial, los incendios forestales de California de 2007, para que el hashtag realmente se hiciera popular con #SanDiegoFire. De esta manera, la gente podía seguir en tiempo real lo que estaba sucediendo en la región afectada, tener presente el número de damnificados y heridos y las rutas de evacuación, el estado del tráfico y qué lugares evitar.
El sistema de hashtag se volvió aún más popular cuando Twitter agregó la opción Trending Topics, en la que los usuarios pueden ver hashtags populares utilizados en todo el mundo en tiempo real. Cuando apareció Instagram, que es una de las aplicaciones más utilizadas para el intercambio de fotos, en 2010, el hashtag permitió a personas de todo el mundo compartir fotos y conectarse con otros usuarios de los mismos intereses. De esta forma, el usuario participa simultáneamente en marcar tendencias relacionadas con el cine, la música, la política u otras áreas, no necesariamente eventos de la vida moderna, sino también del pasado. El hashtag ha transformado la cultura de formas insospechadas durante quince años. Estas son algunas de las transformaciones que su uso ha permitido.
Los hashtags construyen comunidades
¿Es tonto decir que los hashtags unen a las comunidades? Tal vez no. Muchos movimientos sociales se basaron en los hashtags, como #BlackLivesMatter o #YesAllWomen, más aún con la difusión de las revoluciones sexuales como el sonado caso de #MeToo. Incluso los temas menos importantes, como eventos deportivos o programas de televisión, usan hashtags para reunir a los fanáticos en línea para una celebración o discusión comunitaria. No importa que nuestros amigos no hayan visto la adaptación de Netflix de #Sandman: hay una cantidad de personas en Internet que están discutiendo sobre si han logrado o no darle vida de la manera apropiada al amado personaje creado por Neil Gaiman.
Una fuente alternativa de noticias
En lugar de esperar a que aparezcan las noticias en línea o en la televisión, el hashtag se ha convertido en la forma de seguir las últimas noticias. Para las noticias de nicho que no están cubiertas por las grandes organizaciones de medios, un hashtag suele ser un método de referencia para mantenerse al día con ese tema. Algunas escuelas y maestros incluso están incorporando hashtags en su plan de estudios para que los estudiantes puedan investigar o seguir un tema que se está tratando en clase. La inmediatez de las redes sociales ha permitido también que las personas puedan generar un diálogo o refutar lo que la prensa oficial está mostrando desde la comodidad de sus estudios y salas de redacción. Este sistema de presentar los hechos inmediatamente, como fue en el caso de la protesta social de Colombia reciente, evitó que se propagaran mentiras en la red sobre quiénes estaban implementando la violencia en medio de los disturbios.
Afectó la manera en la que entendemos el contenido
¿Mi marca le está llegando a la comunidad objetivo? ¿Qué sistema de enunciación presento para atraer nuevos seguidores? En una era en la que cualquiera poder ser famoso a fuerza de dar en el clavo con un video audaz o hilarante, todo cuanto compartimos está englobado en las comunidades digitales que pueden o no consumir nuestro producto. Más allá de convertirnos en emprendedores con una nueva taquería en Chapinero, queremos ser vistos, necesitamos la interacción para que nuestra marca siga creciendo. Hay páginas online dedicadas enteramente a “escuchar” las redes para contarle a los creadores de contenido qué hashtags están de moda, cuáles utilizar para cada nicho. Esto puede resultar problemático en la medida en que coopta la agencia de los individuos y los pone a trabajar en función del algoritmo, ese ojo invisible que determina si vamos a ser descubiertos o no.
El lado oscuro de los hashtags
El hashtag también tiene sus defectos, muchos. Puede usarse hábil y estratégicamente para abusar, fomentar el desprecio, exacerbar las divisiones sociales y facilitar la difusión de noticias falsas, como vimos durante las pasadas elecciones presidenciales. Puede multiplicar las acusaciones condenatorias y hundir la reputación sin garantizar al acusado las protecciones constitucionales y el debido proceso legal. De hecho, podría decirse que en ninguna parte una persona es más vulnerable al maltrato, el insulto, la difamación y la calumnia, y en ninguna parte es más propensa a ser juzgada por la opinión pública que en Internet. Pues, a pesar de que la justicia llegue a una conclusión, hay toda una comunidad dispuesta a refutar dicho resultado a fuerza de la gran cantidad de veces que se utilizó este pequeño signo para aglomerar “evidencia” sobre el acusado. Cuando la identidad de grupo y la solidaridad social, sustentadas por una “causa justa” y una “justa indignación”, conducen a formas extremas de tribalismo inconsciente que se manifiestan en el ciberespacio, los derechos y la dignidad del individuo se ven indebidamente comprometidos si no abiertamente en peligro. Entonces, si bien el hashtag se puede usar para bien, también puede convertir a cualquiera de nosotros en un villano. #SalvameDiosito #SeñorJuez #EstaEsLaPazDeSantos #PetroBastaYa.
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