La historia del Bronx en el Museo Nacional
Entre el 22 de junio y el 22 de agosto, el Bronx Distrito Creativo celebrará una muestra en la que se expone el proceso de recuperación del turbulento sector bogotano.
El Bronx Distrito Creativo y el Museo Nacional de Colombia presentan la exposición La Esquina Redonda: memoria, creación y cuidado en el Bronx Distrito Creativo. Esta muestra, que se inaugura el miércoles 22 de junio de 2022 a las 5:00 de la tarde, cuenta la historia de la antigua calle del Bronx y su transformación a través de maquetas, fotografías, videos y diversos utensilios rescatados de la zona.
Durante años, el Bronx fue un territorio sin ley en el que la tragedia se hacía visible en cada agrietada esquina. Como uno de los principales centros de expendio de bazuco, esta calle se convirtió en la evidencia del flagelo de la adicción y de las dificultades desde el urbanismo para dar solución a una población flotante de individuos sin techo que vivían a diario las dificultades que devienen de su enfermedad.
En 2016 se realizó un controversial operativo a cargo de la alcaldía de Enrique Peñalosa para desalojar las pensiones y taquillas de expendio, en las que diariamente se movían millones de pesos del narcotráfico. Desde entonces, el espacio ha venido transformándose para convertirse en un epicentro de la cultura. Así, desde la inauguración en 2018 del Festival Centro con una presentación cargada de música y diversos actores culturales, la peligrosa cara ha empezado a transformarse en un rostro más amable. Esta muestra es una evidencia de este proceso, que no ha sido sencillo.
La muestra, llamada La Esquina Redonda, está conformada por 150 objetos rescatados en el lugar conocido como el Bronx después de la intervención del 2016, y por piezas producidas por los vecinos del centro de Bogotá, gestores culturales, investigadores y estudiantes del Colaboratorio de Creación y Memoria, un espacio para la recuperación de la historia local, que funciona en el único edificio que queda en pie y que será conservado. La rehabilitación de un espacio no es suficiente para transformar las narrativas de vida de quienes lo ocupaban, pues fácilmente pueden trasladarse estos actores a nuevos territorios para repetir las mismas dinámicas. Por ello, esta muestra va más allá e incorpora activamente a estos personajes, alentando su transformación conforme el espacio también muta.
“La exposición La Esquina Redonda: memoria, creación y cuidado en el Bronx Distrito Creativo es un trabajo museográfico y de investigación que se realizó junto al Museo Nacional, que permite a los visitantes hacer un recorrido temporal por el territorio, conservar la memoria y conocer a través de los relatos de sus protagonistas, las transformaciones que ha sufrido este lugar”, afirmó Margarita Díaz Casas, directora del Bronx Distrito Creativo y de la FUGA en la comunicación oficial sobre la inauguración de la muestra.
La exposición permite a los visitantes conocer la historia real a través de sus protagonistas y realizar un viaje en el tiempo a través de maquetas, fotos, videos, dibujos, cartas, juguetes, afiches y volantes que dan cuenta de cómo era la vida en este sitio, más allá de lo que se ha contado, corroborando de primera mano los mitos de cientos de documentales aficionados que plagan YouTube, o las sensacionalistas narrativas de medios de comunicación poco comprometidos con los problemas sociales del país.
“Esta muestra invita a soñar el futuro de este espacio en un lugar de la ciudad para la creación, la convivencia y el arte; esta exposición, busca aportar en la consolidación del tejido social en el sector de Los Mártires a través de la memoria”, añade Juliana Restrepo, directora del Museo Nacional de Colombia. La muestra se divide en varias partes que intentan crear una narrativa acertada sobre las muy complejas dinámicas que daban forma al día a día en el Bronx.
Recorrido por la historia de la L
La muestra empieza con los orígenes de las grandes “ollas” de finales del siglo XX, como El Cartucho y la antigua calle del Bronx, llamada “La L” por sus habitantes debido a la intersección de dos esquinas que formaban este corredor particular para el microtráfico y el crimen. Reconstruye la vida en este espacio, cuenta la historia de lugares emblemáticos y muestra la jerga de sus habitantes en un ejercicio curatorial y de integración a la memoria colectiva de las prácticas cotidianas. A través de bloques temáticos como Infancia, Espiritualidad, Salud y Sexualidad, Familias, Normas y Drogas se reconstruye en detalle la vida cotidiana que transcurría al interior del Bronx.
Música y oficios tradicionales
La música, en especial el Hip Hop, tuvo un escenario esencial en el Bronx debido a la afinidad de las letras con su vida cotidiana. La huella que este género dejó en el territorio se ve plasmada en la exposición a través de grabaciones, fotografías, videos, afiches y volantes. Por otra parte, la larga tradición de oficios y saberes como los ropavejeros, los cesteros, artesanos y ferreteros también tienen su espacio en esta exposición, en un esfuerzo para entender también las dinámicas económicas de un espacio sin ley en el que la economía tenía otras mecánicas.
Memorias de Los Mártires
Por último, en esta sección se hace un recorrido por la memoria de los artistas callejeros, artesanos, cachivacheros y ferreteros, cuyos oficios tradicionales conforman el patrimonio vivo de la localidad.
Entender los procesos culturales y sociales de los espacios marginales es parte fundamental para integrarlos a nuestra visión de ciudad y de país. Durante años el Bronx fue un lugar abyecto al que pocas personas se atrevían a acceder. Sin embargo, constituyó también el espacio de refugio para miles de personas rechazadas por la sociedad. Como decía Alejandro Arciniegas Alzate en su novela Fondoblanco, era un lugar en el que a las tres de la mañana cincuenta pesos sumaban algo. La Esquina Redonda recoge esas voces que quedaron roncas por los vapores tóxicos de la pipa, aquellas que callaron para permitir el agotamiento de estas calles, todas las que se apagaron junto con las hogueras en las canecas de metal al filo de la madrugada. Es un relato de una transformación en curso, pero el testimonio de que sí es posible, de que integrando activamente a la cultura en los procesos sociales se puede virar para que estas voces, y todas las que vienen con ellas, puedan volver a reír, cantar, gritar.
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