Tentaciones nos habla de los festivales de música en Bogotá
Todos nos creemos curadores de festivales. Más allá de la complejidad para organizar un evento internacional y los criterios personales, la familia Rodríguez nos explica qué es lo que pasa con este ámbito de la cultura en Bogotá.
La polémica con los festivales al parque creció en abril pasado, cuando se anunció que iban a fusionar en un solo evento Jazz, Salsa y Colombia al Parque.
En ese momento, músicos, periodistas y gestores se le fueron encima a la Alcaldía, pues consideraron que era un indicador de que iban a bajar el presupuesto de la cultura y la música en la ciudad.
Muchos no olvidan que Enrique Peñalosa, en su primera alcaldía, quiso acabar Rock al Parque.
El alcalde empeoró las cosas al decir que “jazz y salsa suenan prácticamente igual”, así que no era tan grave mezclar los festivales, según él.
Algunos hicieron peticiones online para parar el evento, sin mucho éxito.
En fin, a muchos la idea no les sonó tan mal.
Lo cierto es que en mayo, El Instituto Distrital de las Artes (Idartes) se retractó, escuchó a la gente y decidió mantener los festivales en días diferentes.
Esta decisión puso de nuevo en discusión el tema del presupuesto. Se estima que para hacer Rock al parque se gasta alrededor de medio millón de dólares (unos mil quinientos millones de pesos).
Es una cifra que parece alta pero es mucho menos de lo que cuesta completo un Estéreo Picnic, por ejemplo, que este año tuvo un costo cercano a 15.000 millones de pesos.
Esos son muchos suelditos de Minerva.
Hay que tener en cuenta que Rock al Parque ha cambiado mucho. Hace unos años era el único festival en Bogotá y una de las pocas vitrinas para los artistas internacionales en Bogotá.
Hoy, la oferta musical en la ciudad es mucho mayor y nos damos el lujo de tener a buena parte de los artistas que andan de gira en el exterior con otros festivales y conciertos.
Esto no quiere decir que Rock al Parque vaya a desaparecer.
Solo que debe consolidarse para seguir siendo una apuesta diferente para difundir bandas distritales y ofrecer un evento de entrada libre.
Pero eso sí, va a ser muy complicado ver gratis a Metallica o a AC/DC, como todavía esperan muchos.
La amplia oferta de conciertos ha hecho que cada vez queramos ver más y mejores artistas. Tanto, que ya ni Lollapalooza nos emociona.
Lo importante es que en Rock al Parque tenemos un evento propio, que refleja la identidad y la diversidad de la ciudad y sigue siendo el festival gratuito más grande de Latinoamérica.
Las críticas nunca van a faltar. Para eso…
Pero ni el Distrito (ni Serafín) pueden hacer milagros.
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