Consejos para superar un duelo
Tramitar un duelo es un proceso personal que requiere de mucha valentía, fuerza y amor. Hablamos con dos psicólogas quienes nos dieron algunos consejos para atravesar este complejo proceso.
El duelo es un proceso personal que relacionamos con la pérdida irreversible de la vida. Sin embargo, no es la única. Existen otro tipo de pérdidas más cotidianas. Perder vínculos afectivos, nuestra salud, trabajo e incluso a nosotros mismos. Todas las pérdidas requieren un proceso similar y en diferentes intensidades según quien lo vive y las expectativas que se tienen sobre eso que pierde.
Hablamos con Constanza González, psicóloga de Colsanitas sobre cómo superar un duelo por muerte. Además, conversamos con Gloria Soto, psicóloga de la Red de Vida del Grupo Gaviria, unidad de apoyo psicológico especializado en proceso de duelo.
Según Constanza, lo que más duele a lo largo de este proceso es todo lo que no llegamos a hacer. Pero es posible enfocarse en el lado contrario: lo que sí pudimos hacer, que es en últimas lo que nos ayuda a la hora del duelo. Todo lo vivido y compartido. En línea con esta idea, la psicóloga comparte consejos sobre cómo alivianar la carga cuando aún tenemos la oportunidad de hacerlo.
Ten paciencia, todo es un proceso
Según los manuales, un duelo difícil es el que va entre tres meses y máximo tres años, pero eso depende de la persona y no es una regla a seguir. Dentro del duelo existen diferentes etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Y aunque las transitemos todas y lo creamos aceptado, hay días en los que aparece la nostalgia y los recuerdos que te atan al otro. “Al principio puede que recuerdes más el momento de la pérdida, pero conforme pasa el tiempo los sentimientos se van pacificando en el corazón. Tener paciencia es clave, ser amable consigo mismo, no comparar tu proceso con el de alguien más. Entender que habrá días buenos y otros no tan buenos, pero que siempre se estará avanzando”, propone Constanza.
Reconocer que la muerte y la pérdida son parte de la vida
La vida en cierta medida se construye a través de los duelos, de lo que soltamos y nos suelta. Todo el tiempo estamos perdiendo algo en gran o pequeña medida. Morimos y nacemos a nuevas versiones de nosotros mismos, así como presenciamos esta misma metamorfosis en quienes nos rodean. La muerte hace parte de la vida de una forma muy cotidiana y verla con otros ojos es un factor importante a la hora de tramitar una pérdida. “Nos pasamos la vida perdiendo cosas y eso también es parte de crecer, soltar algo para poder abrir los brazos a lo siguiente”, afirma Gloria.
Encontrar un lugar en el corazón para esa persona que ya no está presente
Pasar de ocupar un lugar físico a un lugar más poético o metafórico es un proceso que al principio traerá dolor. Situarlos en las conversaciones con toda la fuerza que arrastra la palabra, guardarlos en el corazón o un sitio que se considere preciado. “Mantener vivo el espíritu de esa persona es una manera bonita de recordar y de mantenerlos presentes en la vida”, dice Constanz, quien aún celebra el cumpleaños de su madre con algunos familiares. Honrar la vida y celebrarla es un ritual que le ayuda a transitar el camino de la pérdida.
Exteriorizar el dolor
Ponerle palabras a un dolor es una tarea difícil, que requiere esfuerzo y valentía. Hablar nos ayuda a drenar el dolor tanto físico como mental. El silencio es un recurso válido que nos permite acercarnos a nosotros. Sin embargo, al llevarlo a un extremo puede alejarnos de los demás y del mundo que nos espera al otro lado del río. Mencionar el dolor puede traer consigo mucha tristeza. “Es muy importante permitirse drenar, darse licencia para estar triste”, afirma Gloria Soto.
Cuidarse y rodearse de amor
Sanar no es lineal y durante el proceso podemos encontrarnos inmóviles y buscando la motivación que se llevó la tristeza. “Para esos días, el autocuidado es una forma de ayudarse. Salir de la cama, tomar una ducha, salir al sol, comer algo rico. ¿Qué cosas me generan bienestar? Es una buena pregunta para hacerse por esos días. Además, las redes de apoyo pueden reforzar este proceso personal”, afirma Gloria Soto. Permitir al otro acercarse y acompañar facilita el trabajo. El acompañamiento es la mejor manera de sentirse recogido y parte del mundo.
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