Emprendimientos paisas durante la cuarentena
En medio de la cuarentena muchas empresas han tenido que cambiar su forma de prestar servicios para sobrellevar los pesos del aislamiento preventivo. En este listado, que actualizaremos cada día, le traemos algunas de ellas ubicadas en el Valle de Aburrá para que usted se anime a apoyar la industria nacional.
on momentos inciertos para montones de pequeños empresarios y dueños de negocios en todo el país. La pandemia que nos está obligando a quedarnos en casa y reducir la máximo el contacto con otras personas también ha forzado a muchos empresarios a repensar la forma en la que ofrecen sus productos y servicios al público. Sectores como el de los restaurantes, discotecas, teatros, cine, música y muchos otros han visto reducidas sus ventas, al mismo tiempo que buscan estrategias para seguir prestando sus servicios y sostenerse mientras atraviesan la crisis.
Bajo el lente de la situación actual, la idea de comprar productos locales adquiere más relevancia. Apoyar la industria nacional es una forma en la que podemos ayudar a estos propietarios de negocios a sobrellevar las nuevas cargas que la cuarentena ha impuesto sobre ellos, quienes han encontrado formas creativas de mantenerse relevantes entre sus potenciales clientes.
Ya sea aprovechando al máximo las redes sociales, creando comunidades desde la distancia o modificando los productos y servicios que ofrecen, estos emprendimientos que le mostraremos a continuación están enfrentando la cuarentena de forma innovadora. Esta es una selección de pequeñas empresas y negocios del Valle de Aburrá para tener en cuenta en tiempos de coronavirus. Cada día estaremos actualizando este listado con una nueva recomendación, al igual que su contraparte de emprendimientos ubicados en Bogotá.
Altais es un espacio idóneo para todo aquel que quiera conocer sobre la actualidad de la escena del cómic nacional. Se trata del proyecto de la periodista y psicóloga Lina Florez y el ilustrador y periodista Pablo Pérez. Ambos crearon esta plataforma para dar a conocer su trabajo, pero también para divulgar la labor de diversos autores nacionales y reflexionar sobre el quehacer del noveno arte en Colombia.
“En la temporada de aislamiento le hemos apuntado a generar contenidos que llamen a la lectura, no solo de lo que hacemos sino de otros creadores”, explica Lina. Esta intención se ve reflejada en las publicaciones que han hecho recientemente, como este gran listado de 35 cómics colombianos que puede leer en línea en este momento. O en sus diversas entrevistas en video con ilustradores, historietistas y otros artistas del ámbito nacional.
Además de administrar este medio independiente, Lina y Pablo también son autores de cómics. Durante la cuarentena comenzaron a publicar La Búsqueda II, una historia de ficción por entregas que, según ellos, será un proyecto de largo aliento. También crearon un Diario de Cuarentena en el que cuentan sus Historias Mínimas. Este es un ejercicio que, de acuerdo con Pablo, surge de “la necesidad de contar ese montón de cosas curiosas, buenas o incómodas que suceden en el confinamiento”. Es una publicación que se acoge a la lógica de las tiras cómicas: pequeñas historias de cuatro o cinco viñetas que buscan impactar por su ingenio y sus imágenes llamativas.
Altais es un medio especializado que usted no puede dejar de ver si le interesa el cómic de este país. Ya sea por las publicaciones que ellos mismos hacen o porque son una plataforma que divulga los cómics de diversos artistas colombianos, este es un emprendimiento que vale la pena seguir de cerca, no solo durante esta temporada de aislamiento, sino también después de que pase este periodo de nuestras vidas.
La bruja es una impresora risográfica, editorial independiente y taller artístico de la ciudad de Medellín. Es un proyecto de Luis Echavarría, Ximena Escobar y Andrew Smith, quienes hacen parte de distintos proyectos de la comunidad gráfica y cultural de la capital antioqueña. Después de que hicieron un viaje a Londres y se dieron cuenta que una gran cantidad de artistas estaban usando la técnica de la risografía para imprimir sus obras, les entraron ganas de experimentar con una de estas máquinas, así que pidieron un préstamo, adquirieron una y montaron un taller en el barrio El Poblado.
Hoy los tres están experimentando lo que es operar una editorial independiente durante una cuarentena, lo cual los ha impulsado a sacar adelante varios proyectos. Uno de ellos es su página web, la cual estrenaron hace poco y en donde exhiben y comercializan sus propios trabajos y los de otros artistas, pero que además también quieren convertir en un medio de comunicación, en el cual puedan mantener informados a sus seguidores de los próximos movimientos de La Bruja.
Otros de los proyectos de esta editorial independiente en cuarentena son alianzas con otras compañías culturales de la ciudad. Uno de ellos es S.O.S. Creativirus, una iniciativa de Universo Centro en conjunto con El Faire y La Bruja. Se trata de una galería de ilustraciones, cómics, fotografías y todo tipo de expresiones gráficas que han nacido a partir del aislamiento a la que cualquier persona puede contribuir con la certeza de que su pieza será publicada. De acuerdo con Andrew Smith, uno de los socios de La Bruja, la idea es que parte de ese material gráfico trascienda a otros formatos o lugares, sea una publicación impresa o una exposición, pero por ahora, es un llamado a que la gente se exprese por medio de imágenes acerca de lo que está viviendo.
Finalmente, La Bruja también hará parte Feria Popular que se llevará a cabo este fin de semana como parte de los eventos de los Días del Libro. Este año serán de forma virtual y, como en las anteriores ocasiones, habrá diferentes conversatorios, lecturas y espacios para apoyar a las diferentes editoriales de la ciudad. En el anterior enlace podrá revisar toda la programación.
Para algunos emprendimientos, la cuarentena ha significado acelerar procesos que ya venían sucediendo en su interior. Ese es el caso de Tiro y reuso, una tienda de ropa usada que gracias al aislamiento han tenido que volcar el cien por ciento de su actividad a la gestión de redes sociales, específicamente de Instagram, como su plataforma de trabajo principal.
Este ropero de segunda se gestó en las calles de Medellín hace poco menos de un año. Los autores de esta idea son Santiago y Wilder Londoño, quienes han tenido una relación directa con la ropa usada desde hace muchos años. Para ellos, Tiro y reuso es su forma de contribuir a un movimiento que aboga por el cuidado del medio ambiente y la consciencia sobre nuestras formas de consumo. “Tenemos un ideal, no sé si de niños, que es salvar el mundo. Así suene idealista eso es lo que nos mueve, fomentar una cultura del reuso, que la gente empiece a cuestionar cómo sus dinámicas de consumo afectan los ecosistemas”, cuenta William.
Con la llegada de la cuarentena, Tiro y reuso se convirtió en una plataforma que funciona cien por ciento en la virtualidad. A través de Instagram publican cada una de las prendas que tienen para vender. Ellos se encargan de seleccionar ropa que se encuentre en buen estado, que cumpla con ciertas condiciones de higiene y que se sienta a la moda, casi siempre con una estética vintage, la cual ha tenido una acogida favorable entre las personas jóvenes.
Esta página ha logrado una comunidad dedicada que está pendiente de cada una de las publicaciones para ser los primeros en llevarse la ropa. “Nos estamos encontrando con una cultura que compra usado y le gusta”, explica William. La dinámica funciona como una subasta, donde el primero que levanta la mano (o en este caso, que envía un mensaje) es el que se lleva el producto. Todos los días están actualizando el inventario de prendas, por lo que la gente tiene un incentivo para revisar este perfil a diario y ver si allí descubre su nueva camisa, blusa o pantalón favorito.
¿Qué hace una empresa de recorridos turísticos en medio de la actual situación de aislamiento social? El turismo ha sido uno de los sectores económicos que más ha sufrido por cuenta del coronavirus y esto es algo que también ha sentido una compañía como Real City Tours.
Los tours que hasta hace unos meses daba esta empresa eran completamente en inglés, ya que sus principales clientes eran extranjeros con ganas de conocer la ciudad. No obstante, con el cierre de las fronteras nacionales, son pocos los extranjeros que quedan en Medellín, y no hay forma de hacer los recorridos gracias a la cuarentena. La alternativa que esta compañía encontró para seguir dando tours es hacerlos de forma virtual.
Antes del virus, Real City Tours ofrecía cuatro productos: un tour de frutas exóticas por la Minorista, uno gastronómico por Laureles, uno por los barrios de la comuna cuatro y uno en el centro, el más pedido. Ahora solo ofrecen su tour virtual por el centro, aunque tienen interés por agregar otros durante la cuarentena.
Crear este tour virtual fue un desafío que los obligó a ser flexibles: “antes venía la gente y decía: ‘yo no hablo inglés, ¿me haces el tour en español?’, y nosotros decíamos: ‘no, qué pena, nosotros hacemos tours en inglés. Si quieres un tour en español, acá están estas agencias que recomendamos’. Siempre éramos muy estrictos y estamos en una época en la que tenemos que ser un poco más flexibles”, explica Laura Santaularia, gerente de Real City Tours.
El tour virtual está pensado para personas locales que quieran hacer una actividad por fuera de lo cotidiano. Lo hacen en español e inglés y recorre algunos de los sitios más emblemáticos del centro de Medellín, entre los que están La Alpujarra, Plaza de las luces, Carabobo, El hueco, Plaza de Botero, entre otros. Utilizan imágenes en 360 grados y guías en vivo que comparten con la gente por medio de videollamada. De acuerdo con Laura, “es muy importante que sea en vivo porque nuestros guías viven de la interacción. Eso es lo que les encanta de su trabajo: las preguntas, los comentarios, interactuar con la gente”.
Los recorridos se hacen en grupos de máximo siete personas, quienes se conectan desde sus respectivos hogares para tener una conversación dirigida por el guía a medida que ven las imágenes en sus pantallas. El tour tiene un costo desde $25.000. Si quiere más información, puede encontrarla en el número 3192622008 o en este enlace.
Croquetos está ubicada en el barrio La América de Medellín. El motivo que los pone aquí no tiene que ver con algún cambio que hayan hecho en la forma en la que venden sus productos. Al igual que los supermercados, las tiendas de mascotas siguen operando acogiéndose a las medidas de distanciamiento social.
La razón por la cual esta tienda está en este listado es porque, en vista de que muchos han empezado a abandonar a sus mascotas, Croquetos decidió convertirse en un mediador para recibir y entregar donaciones a quienes no tienen insumos suficientes para cuidarlas.
“La idea surge de ver la necesidad de las personas cercanas”, explica Lina Valencia, propietaria de la tienda. “Nos damos cuenta que la gente está abandonando y la necesidad es grande, no solo de los cercanos, sino en todo Medellín y los municipios aledaños”.
La tienda recibe donaciones de quienes quieren apoyar el trabajo que realizan, desde concentrado para perros y gatos hasta medicinas en buen estado, camas para mascotas, cobijas, collares, dinero a través de su cuenta bancaria y cualquier otro objeto que pueda contribuir al bienestar de los animales. Ellos se encargan de identificar a las personas que están pasando por una situación adversa y no tengan forma de proveer bienes para sus animales y les entregan la comida o lo que necesiten.
Puede contactar a la tienda si usted mismo está pasando por dificultades y tiene una mascota a la cual no pueda sostener. Deberá aportar evidencia de que está cuidando al animal y, después de recibida la donación, de que sí le está dando los alimentos o cuidados correspondientes. Si le interesa donar, puede hacerlo a la cuenta de ahorros de Bancolombia número 41870771779 o en especie directamente al local de Croquetos detrás de la iglesia del barrio La América en Medellín. También los puede contactar al número 3184025234.
Hasta ahora Croquetos ha entregado más de cuarenta bultos de concentrado para perros y gatos, además de medicinas y otros artículos para el cuidado animal en barrios como Popular #1 y Robledo. De acuerdo con Lina, esto “empezó como una idea de cuarentena, pero yo creería que este proyecto sigue”.
La Caja es un emprendimiento que existe desde finales de 2014 gracias al interés conjunto de Andrés Restrepo y Franklin Ruiz de traer vinilos a Colombia a precios que no fueran tan elevados como los del mercado nacional. Desde que se fue a vivir a Canadá, Andrés empezó a notar que el costo que de comprar un vinilo de buena calidad en Colombia podía ser desmotivante para los coleccionistas: “un vinilo de Pink Floyd de edición inglesa puede costar medio salario mínimo. No es justo que la gente no tenga derecho a tener música a buen precio porque hay gente que los infla o por los costos de envío”, explica él.
De esa inconformidad nació La Caja, una tienda de vinilos que inicialmente existía solo de forma virtual pero que hace pocos años abrió su propio local ubicado en el barrio Laureles de Medellín. Para sus propietarios, más que una tienda, La Caja es un proyecto de devoción al mundo de los vinilos y de creación de comunidad en torno a este tema, y es precisamente eso último, su forma de hacer comunidad, lo que los pone en este listado de emprendimientos en medio de la cuarentena.
Siendo conscientes de que la situación económica de muchas personas no es la más óptima y de que el vinilo no es un producto de primera necesidad, Andrés y Franklin han explorado distintas actividades para mantenerse en el radar de sus compradores durante el aislamiento: el bingrock, la ruleta de la muerte, los debates y un programa de variedades tipo concurso. Este último aún está por estrenarse, mientras que los tres primeros los realizan periódicamente a través de las redes sociales de la tienda. El que más se mueve es el bingrock: “es un bingo como el que vos has jugado en el parche con las tías, solo que nosotros los hacemos con bandas de rock y algunos grupos bien puercos que metemos en la columna ‘R’: música de Marcelo Cezán, Salserín; a la gente le gusta mucho eso. Nos parchamos diario una hora a jugar bingo por Skype”, cuenta Franklin.
La ruleta es una actividad en la que participan cinco personas con cinco cupos para ganarse un vinilo. Los debates los hacen cada sábado por Facebook Live donde tratan temas de interés para coleccionistas y melómanos, como los precios de los vinilos en el país o las mujeres en el mundo vinilero. Este próximo sábado conversarán con integrantes las bandas Estados Alterados y Bajo Tierra sobre la escena del rock local.
La Caja se ha ido convirtiendo de a poco en un espacio valioso para el arte y la cultura en Medellín. No solo gracias a los productos que venden, sino a las actividades que realizan y a la gente que convocan alrededor de ellas. Un ejemplo de esto es la gestión que hicieron junto con varios clientes habituales de La Caja para financiar la producción del primer sencillo en formato vinilo de la banda Metropolitan, una agrupación de la escena del rock de Medellín.
Andrés y Franklin explican que en esta cuarentena han visto una acogida favorable por parte de sus clientes de las distintas actividades que han hecho para mantener el contacto. También resaltan la importancia que ha tenido su comunidad en ayudarlos a mantenerse activos en el ámbito cultural. Como explica Andrés, “si algo tenemos es amor por lo que estamos haciendo. La música es un puente que nos une y unirnos es lo que nos va a sacar de estos momentos de apuro”.
Suscríbase a nuestro boletín
Sin spam, notificaciones solo sobre nuevos productos, actualizaciones.
Dejar un comentario