Esto no es un horóscopo: Tauro
¿Qué tienen en común las personas marcadas por el primer signo de tierra? Tenaces, determinados y con un muy terrenal sentido práctico, ellos son los protagonistas de esta nueva entrega de nuestro astrólogo milenial.
Si usted es Tauro y siempre se ha preguntado qué carajos es lo que comparte con los demás nacidos a final de abril e inicios de mayo, o simplemente quiere entender cómo es que son estos personajes por su sol, luna o ascendente, aquí le tenemos el mapa para que sepa en qué se mete cuando sale con uno de ellos. O con una de ellas.
Y a modo de ñapa, le tenemos también el dato para que entienda en qué van los eclipses, por qué importan astrológicamente y cómo surfearlos.
Tauro 101
Tauro es el primer signo de tierra, trilogía completada por Virgo y Capricornio: los representantes de lo concreto, lo real, el trabajo, las estructuras con que pensamos y nos organizamos, y por añadidura, las formas en que producimos las cosas, las amasamos y las acumulamos. La característica principal de todos los signos de este elemento es su pragmatismo y sentido práctico, y Tauro, el signo que se encuentra en el cruce del elemento tierra y de la modalidad fija, pues es el paradigma de la tenacidad, el esfuerzo y, claro, su rasgo identitario principal: la terquedad.
Aunque podríamos caer en la obviedad de burlarnos de esta dificultad con el cambio por su obstinación monodirigida, lo cierto es que esta capacidad taurina para remar en una sola dirección ha llevado a muchísimos hijos del Toro al panteón de la historia por los mejores y peores motivos. Son la prueba de que, incluso según la astrología, el esfuerzo puede muchas veces más que el talento. Serán personas reconocibles tanto en su dificultad para cambiar de ideas (a no ser que algo en aire los ayude) como en su resolución imbatible a la hora de hacer lo que se han propuesto. Son unos de los trabajadores más impresionantes que pueda ofrecer el zodiaco y no sólo en términos laborales, sino en cualquier cosa que haya que hacer (desde que la quieran hacer).
Tauro también representa la dimensión más tangible del universo: el planeta Tierra, el patrimonio, el mundo de los objetos y nuestra relación con ellos. De ahí que los Tauro sean muy dados al disfrute de las cosas, es decir: la buena vida y la estética. Son unos cautivos de la belleza y la buena comida, el vino o la cerveza (también les fascina la hierba), los perfumes, las sábanas suaves, el sexo y, con las posiciones adecuadas, el lujo. No pueden con tanto. Tienen sus sentidos completamente exacerbados. Al igual que a Libra, a Tauro lo rige el planeta del deseo, Venus, pero expresa su lado más tierra, sensible y físico. Sin embargo, estos hedonistas no todos son dados al gasto excesivo y la locha. Las combinaciones fuertes en tierra los pueden volver tacaños y workaholics; con agua, exacerbar su tendencia a permanecer en casa y amar el vino o la hierba; con fuego, aumentar sus superpoderes laborales y de esfuerzo, y con aire, moderar todas las anteriores con algo de dispersión y locuacidad.
Ahora bien, muchos signos pueden envidiar un superpoder asombroso de los Tauro: independiente de sus posiciones natales, los nativos del Toro (en especial si es por su Luna) son los menos propensos de todos a sufrir de dificultades para dormir. La cama suele ser su lugar favorito y su lenguaje afectivo estará mediado, principalmente, por el tacto, la comida y la presencia. Con la Luna en Tauro, de hecho, las emociones tardan eones en echar raíces, aunque una vez se asientan es un auténtico problema superarlas, cambiarlas. Son la pareja soñada para los arrunchos y apapachos.
Pero eso sí, ahórrese intentar hacerles cambiar de opinión una vez se han convencido de algo. Nadie tiene por qué padecer ese combate perdido de antemano. Los nativos del toro aprenden, básicamente, de un solo modo: acumulando cicatrices en la cornamenta después de darse diez veces contra el mismo palo. Y recuerde, estas adorables reses siderales, son mucho más que terquedad, comodidad y placer: pueden producir sorprendentes obras, ideas y movimientos dignos de un verdadero terremoto.
Orígenes taurinos
Un día, Zeus vio a Europa, una joven de la realeza fenicia y cayó preso de otra de esas tragas que hacían de la diosa Hera la esposa más desencantada y cachoneada de la historia de los panteones. Ni corto ni perezoso, Zeus se transformó en un enorme y bello toro blanco para camuflarse entre los rebaños de reses del rey fenicio Agénor. Tiempo después, mientras paseaba por allí con otras mujeres, Europa quedó maravillada por la belleza del toro. El manso animal se dejó tocar para seducirla y Europa quedó tan fascinada que decidió montarlo. Zeus aprovechó y huyó con Europa a cuestas: se la llevó para la isla de Creta donde la hizo reina. Tuvieron tres hijos, de los cuáles uno fue Minos, futuro rey de Creta, creador del palacio que valdría por laberinto y el culposo padre accidental del monstruo Minotauro. El caso es que, luego de todo este periplo mítico, Zeus decidió autorretratarse en su atuendo de toro en el cielo.
Este mito refleja varios de los aspectos venusinos que encarna el signo: deseo físico, fertilidad, vigor y fuerza, placer y poder. También la persistencia de Zeus en sus empeños es relevante y, sin duda, sorprende que en la muy distante Asia, el zodiaco chino asocie a esta misma constelación el Buey, representante de muy buena parte de estos mismos valores por los que es caracterizado el Toro en Occidente.
Un pequeño paréntesis sobre los eclipses en Tauro
Vamos por partes. Todos los años hay dos temporadas de eclipses en dos signos opuestos. Los dos puntos donde se encuentran las trayectorias del sol y la luna se conocen como nodos y se van moviendo lentamente por el zodiaco. De aquí a inicios de 2023, los dolientes de estos eventos son la dupla Tauro-Escorpio.
Los eclipses son uno de los temas donde la astrología se pone esotérica, pues los nodos hablan del destino. La casa en donde tengamos nuestro nodo norte (una herradura abierta hacia abajo) representa el área o las cosas que nos orientan hacia nuestro propósito de vida y el signo opuesto, las cosas que vinimos a soltar. Del mismo modo, cuando hay eclipses, las zonas de la carta en que suceden sufren remodelación, reorientación, reestructuración o potencia. Los eclipses de nodo norte traen, los de nodo sur se llevan cosas. Cuando los eclipses tocan planetas de nuestra carta natal, ahí sí que los sentimos (por eso no nos afectan a todos por igual todos los años, aunque nadie se salve de su influencia).
En este momento, el nodo norte está en Tauro. Es decir que, con esta temporada de eclipses y la de noviembre, vienen vainas por la zona Tauro de nuestra carta. En español: revise a qué casa corresponde Tauro en su carta para que esté pendiente de las oportunidades o retos que aparezcan: es el destino mismo tocando a la puerta (para bien o para mal). Esto aplica para todos los signos, pero para los Tauro, ojo: descansen, coman bien y tengan los ojos muy abiertos, pues su identidad (el Sol) está por recibir actualización en forma, y es posible que sea como coger autopista con curvas y sin frenos hacia donde deben ver y no hacia donde quieren estar. Esto también aplica para Escorpio (y en menor medida para Acuario y Leo, los otros signos de modalidad fija).
En cuanto a cómo sobrevivir la temporada de eclipses sepan de antemano que el libre albedrío es más fuerte que los astros y que, cuando uno va por donde es, solo siente que hubo mucho voleo o coincidencias que le sirvieron para llegar a un lugar que ni esperaba alcanzar. Las mejores brújulas para navegar los eclipses se llaman intuición y claridad, es decir: las tripas para escoger camino y la serenidad para evaluar los riesgos. Suena obvio, pero es bastante usual que los periodos revueltos nos peguen mal por andar escogiendo desde apegos, miedos o arrebatos infantiles. Ya están advertidos: tracen sus propósitos relacionados con su casas Tauro y Escorpio, ¡y que la fuerza los acompañe!
El panteón Tauro de nuestro días
Entre los Tauro más famosos de nuestros días están los actores Dwayne “The Rock” Johnson, David Beckham, Adele, George Clooney, Robert Pattinson, Megan Fox, Al Pacino, Audrey Hepburn, Henry Cavill, Penelope Cruz, Jet Li y Jack Nicholson; la diseñadora Donatella Versace, el programador Mark Zuckerberg, el pintor Salvador Dalí y el dramaturgo William Shakespeare. Con su enorme capacidad de trabajo y convicción abundan entre ellos los grandes directores y productores de cine: desde Sofía Coppola hasta Orson Welles, pasando por George Lucas, Michael Moore, Lars von Trier o Wes Anderson.
Entre los Tauro más representativos también están individuos capaces de reorganizar la geopolítica de su tiempo como Adolf Hitler, Malcolm X, Karl Marx, el Papa Juan Pablo II, Vladimir Lenin, la zarina Catalina la Grande, por no mencionar al portugués que casi le dio la vuelta al mundo con su barco en pleno Renacimiento: Fernando de Magallanes. Por otro lado, sería equívoco pensar que los Tauro, aunque sean Tierra y no Aire, no podrían llegar lejos en la esfera del pensamiento. Obras titánicas como las de Sigmund Freud, Rabindranath Tagore, Soren Kierkegaard, Maquiavelo, Leonardo da Vinci, Immanuel Kant o la del colombiano Alfredo Molano Bravo, fueron todas producidas por nativos del Sol en el toro.
Un nativo del sol en el toro muy particular fue el revolucionario argentino Ernesto ‘Che’ Guevara. ¿Cómo el hijo de un signo tan práctico y pragmático se pudo hacer tan guerrero y tan idealista? Lo guerrero viene de su Ascendente (la carrocería de la personalidad) en Aries, el signo del impulso y arquetipo del héroe y la guerra, en perfecta conjunción a Urano: la radicalidad, la genialidad y lo disruptivo. Su idealismo irrenunciable le viene de su Sol en Tauro en cuadratura al soñador Neptuno. El resultado: un hombre naturalmente valiente y genial, terco y persistente, incapaz de disociar sus ideales y sueños de su propio brillo e identidad. Claro ejemplo de que los toros del zodiaco ofrecen una fuerza inquebrantable a los esfuerzos y conexiones que su nativo traiga por su cielo.
En resumen, el mundo no avanzaría igual (para bien o para mal) si no contáramos con ellos. Así que a agradecerles, celebrarlos y joderlos en su mes, por todo lo que su temperamento indestructible le aporta al universo. Y no lo olviden: apoyen a sus toros y escorpiones de confianza, están por entrar en modo actualización del sistema operativo. Les agradecerán siempre su apoyo.
Por: Jorge Francisco Mestre / Ilustraciones: Camilo Galindo / Animación: Luisa González
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