La incansable lucha contra el acné
Ante el desespero de acabar con ese barro que se roba todas las miradas, muchas personas recurren a cualquier remedio. Y muchas veces el remedio resulta peor que la enfermedad, y la piel queda con manchas y cicatrices irreversibles.
Lavar repetidamente el rostro
El acné no aparece por mugre o falta de limpieza. Es una inflamación de las glándulas sebáceas que ocluyen el folículo y propicia el crecimiento de la bacteria Propionibacterium acnes. Limpiar el cutis más de lo necesario empeora el acné, porque los agentes abrasivos del jabón deterioran la capa protectora del rostro, lo resecan y, en consecuencia, la piel debe tratar de producir más sebo (grasa) para recuperarse. Así se entra en un círculo vicioso que no ayuda en nada a solucionar el acné, pero sí deteriora la textura de la piel, explica el médico dermatólogo Campo Elíaz Páez. Lo que se debe hacer es lavar la cara en la mañana y en la noche con un producto limpiador con pH balanceado y que contribuya a reducir la inflamación del poro donde está el barro o los puntos negros. Procure usar un limpiador diferente al jabón para el cuerpo que usa en la ducha.
Pellizcar los barros
Más del 90% de las cicatrices que quedan de por vida se producen por pellizcar los poros para extraer el barro o la espinilla, casi nunca por el acné en sí mismo. Las uñas albergan miles de bacterias, y por más que se laven las manos antes de tocar la cara, siempre existe el riesgo de infectar el poro. Por otro lado, al exprimir el grano se rompen pequeños vasos sanguíneos y las bacterias pasan a otro poro para formar un nuevo barro o espinilla, con el agravante de que en el área manipulada se forma una costra y luego una cicatriz.
Aplicar crema dental para “secarlos”
Es un truco casero que se volvió popular porque el mentol que tienen los dentífricos puede tener efectos antiinflamatorios y calmantes. Sin embargo, no se recomienda aplicarla para el acné porque irrita y deja una mancha marrón difícil de quitar. Los mismos efectos indeseados ocurren cuando se usa alcohol antiséptico o talcos para el cuerpo, prácticas también comunes en la incansable lucha contra el acné.
Usar varios productos a la vez
Si una crema no da el resultado esperado en un día, incluso en un par de horas, muchas personas empiezan a probar diferentes sustancias como jabones, tónicos, geles, cremas y polvos. Esto no solo es un desperdicio de dinero, sino que causa una mayor obstrucción de los poros. Así se trate de un producto medicado, para empezar a ver los resultados hay que aplicarlo todos los días por unas cuatro a seis semanas. El éxito está en la constancia y la paciencia. Del igual forma, hay que buscar cosméticos y protectores solares que no sean comedogénicos, es decir, que no tengan ingredientes que taponen los poros y favorezcan el acné en quienes tienen tendencia a brotarse.
Preferir la consulta en Internet a la médica
Según encuestas recientes, más del 60% de las personas entre 14 y 25 años recurren a Google, Wikipedia, Facebook y YouTube para tratar el acné; un 20% usa los productos que recomiendan amigos, en droguerías o que se anuncian en medios de comunicación, y solo el 10% consulta con el dermatólogo. El 10% restante se conforma y decide convivir con el brote sin hacer nada. Quienes acuden a la web lo único que hacen es retrasar la consulta médica, porque el tratamiento debe ser indicado de acuerdo con la severidad del acné, el tipo de piel y la edad de la persona. Además, existen más de 140 tratamientos para el acné con más de 250 combinaciones. Los más efectivos deben tener componentes que reducen el taponamiento y minimizan la inflamación de los poros, pero eso sólo puede determinarlo —y recomendarlo— un especialista.
Autoformularse anticonceptivos orales
Si bien las tabletas anticonceptivas se usan para tratar el acné, es importante que sean formuladas por el médico para establecer las dosis hormonales apropiadas y analizar los riesgos ante los efectos adversos. Muchas veces el acné, sobre todo en las adolescentes, aparece como respuesta alterada a la presencia de andrógenos (hormonas masculinas que las mujeres también tienen en pequeñas cantidades). Los anticonceptivos tienen una mezcla de estrógenos y progestágenos para inhibir la cantidad de esas hormonas masculinas. Esto, además de inhibir el ciclo de ovulación, tiene como efecto aledaño reducir la actividad de las glándulas sebáceas y, por lo tanto, evitar la obstrucción de los poros.
Culpar del brote a algunos alimentos
Muchos estudios han demostrado que no existe una conexión entre el acné y el consumo de alimentos como el aguacate, el chocolate, el café o las carnes rojas. Algunas investigaciones han intentado demostrar que comer más sano para mantener bajos los niveles de glicemia (azúcar en la sangre) mejora el acné, pero aún no hay suficiente evidencia. Por supuesto, preferir más frutas, verduras, proteínas y granos siempre es más beneficioso, tanto para la piel como el resto de órganos, que calmar el hambre con dulces, postres, chocolates o alimentos procesados.
Broncearse para disimular los granos
Los rayos del sol son engañosos. Los primeros días de exposición a la luz ultravioleta el acné parece mejorar, pero es solo un efecto temporal. Tan pronto la piel genera su propio mecanismo de protección, el brote vuelve a aparecer, pero la radiación recibida provoca manchas y arrugas profundas. Con respecto a los peelings, no se aconsejan como tratamiento del acné, dado que se trata de un procedimiento agresivo que no resuelve la causa del problema. Solo son útiles para disimular las cicatrices residuales del acné después de haberlo controlado.
No hay sustancias mágicas
El acné desaparece cuando se estabiliza el sistema hormonal, pero persiste cuando las glándulas sebáceas no se desarrollan en su totalidad durante la juventud o en quienes tienen predisposición genética. No hay una cura para el acné. Mientras persistan los cambios hormonales, lo único que se puede hacer es controlarlo y evitar que los barros se infecten y queden cicatrices.
El tratamiento incluye fármacos antibacterianos, antiinflamatorios (contienen peróxido de benzoilo) y sustancias que eviten la obstrucción de los poros (retinoides).
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