Tipos de amigas
Todas podemos tener una amiga como éstas. Todas podemos ser una amiga como éstas. Aunque, admitámoslo, en la mayoría de los casos somos un poquito de cada una.
He aquí 5 tipos de amigas comunes, tan comunes para usted como para mí.
“¡Soltera sí, solita jamás!”
Sabe partir un ponqué con círculo en el medio desde que tiene 12 años. Está segura de que a todas las princesas les llega su príncipe azul, probablemente por la sobrexposición durante la infancia a las películas de Disney. Lleva mucho tiempo soltera pero cuando se enamora (cosa que no es difícil), lo hace en 1 semana y siempre del amor de su vida. Llora en soledad cuando a sus amigas les proponen matrimonio, aunque en público domina el arte de la sonrisa fingida. Tiene preparado un discurso de “soy soltera por gusto”, lo recita de memoria y lo repite hasta el cansancio, pero todas sabemos que en sus ratos libres visita almacenes de vestidos de novia y sueña con hacer lista de regalos en Ambiente Gourmet. Esta mujer es 100% material de esposa desperdiciado pero también 100% material de mamá aprovechado porque, eso sí, nadie te cuida como ella. Es quien llega a tu casa con sopita y pastillas cuando estás agripada, la que se encarga de esconder tu celular y lidiarte la borrachera, es a la única a quien le dejarías tranquilamente tu perro cuando te vas de vacaciones.
”Agradece que eres gorda y no se te presentan nunca tentaciones para ser infiel”
La hembra alfa, la dueña de la casita de muñecas, la de la cara más bonita, la del pelo y las uñas perfectas. Su cartera combina con los zapatos, pero nada en exceso; todo de buen gusto. Nunca superó esa etapa infantil cuando alguien manda el juego y por eso el bar o el restaurante siempre tienen que ser elegidos por ella, o que al menos así lo parezca. Las mujeres la aman o la detestan. Los hombres la idolatran. Nunca ha estado soltera más que el tiempo mínimo que la sociedad exige para el duelo porque siempre tiene un repuesto inflado. Se alimenta de las inseguridades de los demás y es esa su fuente de poder. En suma: toda una arpía. Es maestra en poner apodos pero, quién lo creyera, demanda toneladas de atención. Su talón de Aquiles: unos pies horribles de los que nunca nadie podrá hacer mención.
“¡¿Dónde compraste esos zapatos?!”
“Ay, yo compré ese mismo vestido pero en color coral” “Yo quiero esa cartera, ¿te choca si la compro?”. Esta amiga es una réplica tuya. Coincidencialmente se cortó el pelo a la altura de los hombros por la misma época que tú, y también se metió a clases de pintura porque, tanto a ella como a ti, siempre le ha encantado el arte. Si entras a su closet es prácticamente el tuyo pero en otra talla. Y ni qué decir de la felicidad que experimenta cuando la gente pregunta si son hermanas. Se muere por ser tú, adopta tus gestos y tus expresiones, se toma fotos con tus poses, y no es extraño que salga con tipos parecidos a tu novio. Es difícil identificar dónde termina ella y empiezas tú. Pero hay que reconocerlo, con tu oveja Dolly siempre imitándote, nunca será difícil sentirte la líder del rebaño. En definitiva es una enamorada de la vida: de tu vida.
“Auuuuuuu”
Jean sin bolsillos, escote pronunciado, maquillaje definido, uñas de pornstar y pelo de evangélica. Su ropa generalmente tiene lentejuelas, swaroskis o logos inmensos de marcas caras, como si fuera una valla con luces de neón ambulante. Puede ir a mercar montada en unos tacones de 8 cms como si fueran Crocs. El color negro no la representa; prefiere azules, rojos, verdes, rosados. Especialmente rosados. Guapachosa, alborotada, bullosa: fácilmente podría protagonizar un video de Giovanny Ayala. Sabe que es una loba y se siente feliz de serlo y no se avergüenza de que la vean contigo vestida de una manera tan aburrida. Uno la adora, porque salir con ella significa recibir miradas lascivas de carambola. Es un imán de tragos gratis, la compañía perfecta para el fin de la quincena.
“No hay mirada más sincera que la mía por ti, par de zapatos en descuento”
Su pasatiempo es gastarse el sueldo en cosas que pueda ver colgadas en un gancho o que puedan servirse en una copa. No se pierde Fashion Police ni ninguna alfombra roja en televisión. Tiene más ropa que días el año y no repite pinta en meses. Ella es esa amiga que siempre te saca de los apuros que generan los códigos de vestuario, porque siempre tiene algo para la ocasión, así se trate de una fiesta de gala country-invernal-ochentera-animalista. Además, sabes que su ropa es tuya porque le encanta compartirla contigo, algo así como una Madre Teresa de la moda.Es la compañía perfecta para ir de compras porque se comporta como tu personal shopper ad-honorem. Sueña con tener un closet con apartamento y lo que más disfruta de sus 98 pares de zapatos es contemplarlos en el armario, mientras se toma una copa de vino de su botella de $20.000 pesos. Vogue es su biblia y todas las mañanas se encomienda a Dior.
“Ay, explícame el chiste, mira que no lo entendí”
No hay que ser científico para sentirse inteligente a su lado. Ojo a las apariencias: no necesariamente es rubia por fuera, pero sí completamente oxigenada por dentro. Seguro es comunicadora social, modelo y empresaria. Tiene esa dulzura que otorga la inocencia, y sin importar el paso de los años jamás necesitará Facebook para saber qué día es tu cumpleaños porque lo tendrá anotado y resaltado en su Agenda del Mar, que religiosamente llega a su casa los primeros días de enero. Te felicitará en todas las fechas “importantes” como aniversarios, día del abogado, del periodista, del ingeniero y en el del nacimiento de tu mascota. No tiene ni idea qué puede ser la ley del Habeas Data pero se sabe la vida y obra de todos los participantes de PDNT desde 2002 hasta la fecha. Intelectual de 50 Shades of Gray bien podría ganarse la vida como columnista de TV y Novelas.
“A mí no me puedes mentir, querida, yo te conozco”
Hermanas de diferente papá y mamá. La conoces desde que tienes memoria y tienes más fotos con ella que con cualquiera de los tipos que han pasado por tu vida. Aprendieron a maquillarse juntas, se rellenaron con papel higiénico el sostén para verse más grandes, y padecieron juntas esos minutos eternos cuando el bouncer del bar reparaba detalladamente los datos de la contraseña falsa para dejarlas entrar. Es la de tu casa, la de toda la vida, la que puede entrar sin anuncio del portero, sin saludar, y abrir la nevera para ver si todavía tienes ese vinito rosado que tanto le gusta. Con ella no se necesitan atenciones ni protocolos: su casa es la tuya. Pueden pasar meses sin saber de ella, años inclusive, pero cuando se ven o hablan es como si no hubiera pasado el tiempo; vuelven a ser las mismas amigas de siempre que empezaron compartiendo la pala y el rastrillo en el arenero. Su historia juntas es el libreto perfecto para un comercial de Coca - Cola.
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