Un cómic en Caída libre
Atravesando una pandemia y aislados en sus casas, 18 ilustradores colombianos están componiendo Caída libre, una gran historia sobre la incertidumbre y la creatividad.
© Lorena Álvarez
aída libre es un proyecto colaborativo de ilustración, un cómic hecho a muchas manos y un conjunto de reflexiones sobre lo que significa no tener un rumbo claro.
La idea surgió con una viñeta de un personaje a punto de saltar por una ventana. El ilustrador Jorge Lewis acababa de regresar de España y sentía que estaba en “caída libre”. Era 2016, y junto a su colega Wilson Borja decidieron convocar a otros ilustradores para averigüar dónde aterrizaría el personaje de Lewis y reflexionar en torno a la caída como un lugar para la creatividad.
© Wilson Borja
De ese primer envión resultó un cadáver exquisito que luego se transformó en fanzine. En él participaron ilustradoras como Lorena Álvarez y Luisa Uribe, quienes agregaron fragmentos de la historia a medida que el personaje iba cayendo. El fanzine se imprimió en blanco y negro, y como era una “narración en caída”, estaba doblado como un acordeón que se desplegaba hacia abajo.
Al primer volumen de Caída libre le siguió otro que terminó archivado porque “hubo algo que conceptualmente no nos cerró”. Pero luego llegó la pandemia, y se hizo imposible ignorar la sintonía que existe entre las palabras “caída libre” y la situación mundial. Entonces Lewis y Borja se pusieron a trabajar otra vez.
© Jorge Lewis
“Todos estamos dibujando, entonces pensamos: ¿no será mejor unir esfuerzos y hacer algo juntos?”. Lewis cuenta que Borja y él empezaron a convocar “gente a la que le fuera bien con la narración gráfica, que improvisara, que disfrutara dibujando, y que todos tuviéramos imaginarios diferentes”. Al final, reunieron a Andrezzinho, Lorena Álvarez, Jorge Ávila, Pilar Berrío, Nathaly Cuervo, Carlos Díaz Consuegra, Ekizache Fooxüa, Cocoa Fooxua, Jacs, Soma, Suaty, Luisa Uribe y Julián Velásquez. También están presentes Lewis y Borja, y los demás integrantes del laboratorio gráfico La Cimbra, desde donde se está gestionando el proyecto: Cristhian Contreras, Julián De Narváez y Pablo Villafrade.
© Luisa Uribe
Caída libre funciona así: cada autor dibuja la primera página de una historia y cada semana agrega una página a la historia de otro autor. Cuando se completen 15 semanas, cada historia debería tener 15 páginas y haber vuelto a su autor inicial para que este cierre su caída libre. Cuando hablamos con Lewis, él y los demás autores llevaban siete semanas trabajando.
Para potenciar la idea del cadáver exquisito, Lewis y Borja determinaron que cada autor puede ver únicamente dos centímetros de la ilustración anterior. Es una dinámica colectiva que permite que todos se relacionen con el otro desde la distancia. “Estamos rompiendo la lógica del autor que hace su obra y la cuida y no deja que el otro haga parte de ella. Queremos que la intervengan, la cambien y la lleven a otro lado”, asegura Lewis.
La pandemia ha impedido cualquier materialización física del proyecto, de manera que, por ahora, Caída libre solo existe en Instagram. Cada historia se está publicando como un gif que se mueve hacia abajo para mantener el movimiento de la caída, y con cada página nueva el caos se siente más cerca: “Es incontrolable, pero nos hemos acostumbrado a que todo cambia”.
© Julián Velásquez
Terminar el cómic y mantener al equipo unido durante 15 semanas es el gran objetivo, y como dice Lewis, “sería una gran catarsis”. Para después de la pandemia hay muchas ideas: una pieza editorial a cargo de Tyto Alba Editores, ilustraciones musicalizadas, festivales gráficos, portadas en lettering, mapping en fachadas de edificios, autores internacionales. Solo falta poder salir a las calles para hacerlas realidad.
© Cristhian Contreras
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