Regalos para tu niño interior
Dentro de cada uno de nosotros vive una niña o un niño cuyos deseos y gustos aún esperan ser explorados. La autora nos trae en este listado algunas ideas de obsequios para consentirlo en esta navidad.de cada uno de nosotros vive una niña o un niño cuyos deseos y gustos aún esperan ser explorados.
Cuando escribíamos la carta al niño dios, depositábamos en ella todos nuestros sueños y esperanzas. Lo siguiente era colocarla junto al arbolito o el pesebre y esperar a que desapareciera. El aire mismo se llenaba de ansiedad en las noches previas a la navidad. El anhelo nos privaba del sueño. A pesar de los ruegos de papá y mamá por ir a la cama, nuestros ojos seguían inquietos, buscando a un pequeño niño entre la rendija de la ventana. Aguardábamos capturarlo infraganti, deslizándose silenciosamente para dejar los regalos: la bicicleta con la que haríamos carreritas con los niños de la cuadra, los tennis patines que no nos querríamos quitar, la intrincada pista de Hot Wheels o Barbie con todos sus accesorios.
Los años pasaron y con ellos, esa creencia pura y sencilla. Un día papá y mamá decidieron compartirnos todo lo que sabían: el niño dios (o papá noel, según el relato) no volvería nunca más, y por supuesto que nos dieron todas las razones. Entonces la magia se desvaneció y descubrimos que aquellos regalos habían tenido un origen más terrenal. Para algunos, ese anuncio significó irse a la cama con lágrimas, para otros, la pérdida de una esperanza. Sin embargo, para muchos más, el recuerdo de aquellos obsequios prometidos, pero nunca materializados permaneció allí, intacto.
Hoy puede que sobreviva en lo más profundo de nuestro ser un anhelo silencioso, una evocación directa a la nostalgia, una que nos impulsa a revivir aquellos recuerdos de la niñez. Ahora tal vez sí podríamos adquirir lo que en el pasado nos fue negado o no pudimos tener. Esta selección está compuesta por seis regalos que sin duda alegrarán a ese niño que alguna vez fuimos y al que podríamos darle esa alegría que entonces quiso.
- Figuras de acción
En nuestra niñez, muchos de nosotros pasábamos horas sumergidos en series, películas, cómics o videojuegos. Abrir los regalos en navidad era esperar con ilusión que apareciera entre el papel nuestro superhéroe o personaje favorito. Hoy en día, contemplar la idea de iniciar una colección es fascinante, sobre todo porque el mercado está lleno de posibilidades. Desde los emblemáticos personajes de DC y Marvel hasta la inigualable saga de Star Wars, pasando por los animes que marcaron nuestra infancia como Sailor Moon, Dragon Ball, Naruto, Pokémon o Caballeros del Zodiaco, por no mencionar cientos de opciones de series y universos de nicho que hoy son de culto, las posibilidades para darnos ese regalo parecen inagotables.
- Papelería Kawaii
A muchos siempre nos conmovieron los pequeños detalles de la papelería Kawaii: los borradores con forma de gatito, las cabezas de animales que colocábamos en la punta de nuestros lápices y lucíamos con orgullo en la escuela, así como los cuadernos con diseños de peluches, los stickers que desprendían un aroma a fresa o la flamante colección de marcadores a colores. Sí, definitivamente tuvimos infancia. Nunca es tarde para recuperar esos adorables gustos que solíamos tener a los diez o doce años y renovar el set del escritorio o la mesa de dibujo con cajas de colores, marcadores o micropuntas para estrenar cuadernos, blocs y post-its que llenen de belleza una vez más nuestras rutinas.
- Camisetas estampadas
Aunque las camisetas se distinguen por su versatilidad y sencillez para combinar con distintos atuendos y ocasiones, uno de sus mayores encantos radica en las posibilidades para convertirse en un lienzo en el que, entre otras cosas, hoy quizás podemos hacer feliz a nuestro niño interior. Pueden llegar a convertirse en prendas para recordar a nuestros ídolos o personajes favoritos. Los estampados más populares en este sentido pueden ir desde bandas musicales hasta series y películas, pasando por numerosos universos de cómics y anime. Incluso puede que te animes a diseñarla y hacerla estampar tú. Las posibilidades son infinitas y dependen únicamente de tu imaginación.
- Sets de juguetes
Lo que más nos apasionaba de niños era reunir todos nuestros juguetes para construir enormes ciudades o mundos desafiantes que surgían de nuestra imaginación. Éramos arquitectos de fantasías, pobladas por numerosos personajes. Recuerdo claramente la emoción de recibir la primera Barbie y desear fervientemente todos sus accesorios: el carro, la ropa más elegante y los zapatos de ensueño. En esa medida, soñaba con tener la gran casa con todo lo que contenía, desde la cama, el clóset, hasta una piscina en el jardín y una mascota para acompañar. En esta categoría, bastaría con un set de Playmobil que incluya castillos medievales, aventuras espaciales y figuras detalladas. O bien, una pista de Hot Wheels con circuitos impresionantes que contenga una variedad de autos para disfrutar al máximo.
- Legos
Lego se ha hecho una reputación merecida como fabricante de alta gama. Sus productos originales alcanzan precios desorbitantes y si se mencionan otros factores, para muchos pudo ser casi imposible adquirir uno. Es probable que esta haya sido la razón por la que de niños nunca recibimos aquel regalo anhelado. Nuestros padres no pudieron costearlo, y mirando hacia atrás, ¿cómo culparlos?
Ni hablemos del placer de jugar con las minifiguras o intercambiar fichas con los vecinos. Imagina simplemente la satisfacción de dedicar un par de horas hoy a armar ese castillo, esa nave espacial, ese dragón o esa estación de policía, o uno de los muchos modelos de colección que hoy en día se producen para los entusiastas de la marca de bloques más famosa del mundo. Imagínate después, verla, sentir que la creaste tú, nadie más. Exhibir tu obra con orgullo, porque más allá del costo o lo complicado que fue obtenerlo, le diste al final el anhelado gusto a tu pequeño diseñador o arquitecto interno.
- Videojuegos y consolas
Es probable que durante la niñez nos hayamos encaprichado con aquel videojuego que estaba de moda, ese que los amigos del barrio jugaban con los de la cuadra después del colegio. Nos sumergía en toda suerte de mundos fantásticos, llenos de desafíos, que incluso nos arrastraban al caos de guerras donde las balas llovían sin parar o nos metía en carreras vertiginosas donde un maldito caparazón azul marcaba la diferencia entre adorar a los parceros y desear estrangularlos.
Sin embargo, es probable que hayas escuchado de tus padres que los videojuegos promueven la violencia, o tal vez te instaron a alejarte de la tecnología o te dijeron que eran costosos y que estaban fuera del presupuesto familiar. De cualquier manera, muchas de las aventuras quedaron suspendidas en el botón de start. Y desde entonces, la industria de los videojuegos no ha parado de crecer y evolucionar. Además del desarrollo de las nuevas consolas, seguramente la serie que anhelábamos de niños ha lanzado su undécima entrega o incluso ya salió el remake. ¿Por qué no darnos el gusto?
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