Redescubriendo espacios para la moda en Bogotá.
S
eamos sinceros: Bogotá a veces cansa. Cansa MUCHO. No vamos a hablar mal de la ciudad, esa tampoco es la idea, ni vamos a ser hipócritas: la queremos tanto como la odiamos y estamos seguros de que esto le pasa a todo el mundo en todas las ciudades del planeta, desde París hasta Hong Kong. Tal vez esa sea la manera de todos los seres humanos de relacionarnos con los lugares que habitamos, tal vez eso sea lo sano: amar para echar raíces, odiar para buscar nuevas cosas.
En esa búsqueda de novedad hay que saber no solamente descubrir sitios, tiendas, parques o espacios nunca antes explorados, sino que hay que saber redescubrir, mirar de nuevo lo que se tiene en frente y sorprenderse con ello. Esto último es altamente importante cuando se trata de moda. Sí, de moda. A veces sentimos que toda la industria del diseño en esta ciudad está concentrada en una cuadra de la Zona T, cuyos almacenes conocemos de memoria y no necesitamos mencionar aquí. Y eso frustra, cansa.
Por eso decidimos no descubrir un lugar nuevo (hay muchos, estamos seguros), sino redescubrir lugares ya conocidos: las tiendas de ropa de segunda de Chapinero. Siempre han estado ahí, desde antes de los hipsters. Siempre las vemos en nuestras excursiones por el barrio pero hace mucho no entrábamos a esculcar, a revisitar, a reenamorarnos (nos acabamos de inventar esa palabra, ¿y qué? El amor puede volver a nacer).
Acá les dejamos entonces más que una editorial de moda, un regreso a un espacio conocido en el que no todo es made in China. Se trata de un ejercicio de volver a vivir una vieja experiencia que amplía nuestra mirada y, sobre todo, nuestro closet (a un precio que, además, es verdaderamente MÍNIMO).
Dejar un comentario