Diez discos de 2016
Rock, folk, jazz y R&B en una lista con diez discos de 2016 que perdurarán por unos años más. Creemos.
Para haber sido un año marcado por las tristes despedidas de leyendas como David Bowie, Leonard Cohen y Prince, en el aspecto musical 2016 también nos trajo debuts sorprendentes, discos muy anticipados y, como no podía ser de otra manera, testamentos musicales desgarradores. Jazz experimental, folk urbano, R&B minimalista y como sea que se llame el género del trabajo de artistas como Bon Iver y Anohni, el que pasó fue sin lugar a dudas un año de profundas e importantes declaraciones musicales.
Bon Iver — 22, A Million (Jagjaguwar)
Luego de dos trabajos alabados unánimemente por la crítica, a Justin Vernon le tomó más de cinco años lanzar un disco que, a primera escucha, va en contra de toda lógica. Una maniobra reveladora que nos muestra un músico en búsqueda de equilibrio y un disco poderoso y abrumador que lo impulsa a nuevos extremos.
Para escuchar: «33 GOD».
Frank Ocean — Blonde (Boys Don’t Cry)
Cuando, a mediados de 2015, la prensa musical no paraba de especular acerca de su esperadísimo nuevo disco —el para entonces llamado Boys Don’t Cry—, Frank Ocean decidió desaparecer. El momento de la presentación finalmente llegó, casi un año después, y nadie estaba preparado para lo que vino. Minimalista e íntimo, Blonde es un disco lleno de emociones sin adornos, un inmenso collage que amerita ser apreciado bajo una luz de introspección.
Para escuchar: «Solo».
Angel Olsen — My Woman (Jagjaguwar)
My Woman pide ser escuchado como un buen disco de vinilo, con cada una de sus partes bien separadas. La primera mitad consigue expandir los límites estilísticos de Olsen y llevarlo desde el synth-pop hasta el rock californiano de los 70. La segunda parte, personal y melancólica, nos demuestra la versatilidad de una artista en continua evolución.
Para escuchar: «Sister».
David Bowie — Blackstar (Columbia)
Hay algo en la última obra de un artista que parece darle forma y cargarla de significado. Blackstar no es la excepción a esta norma. Y si resulta difícil tratar de aislar la muerte de Bowie y el lanzamiento de su disco más audaz y personal en los últimos años, resulta completamente imposible imaginar una mejor despedida.
Para escuchar: «Lazarus».
Car Seat Headrest — Teens of Denial (Matador)
Teens of Denial es el primer trabajo oficial de Will Toledo luego de alcanzar notoriedad mediante la autoedición de ocho discos en un periodo de cuatro años a través de Bandcamp. Una obra ambiciosa e idiosincrásica que logra combinar con madurez la crudeza del indie rock noventero con toda la capacidad melódica de un chico de veinticuatro años que todavía tiene mucho por dar.
Para escuchar: «Drunk Drivers/Killer Whales».
Vijay Iyer / Wadada Leo Smith — A Cosmic Rhythm With Each Stroke (ECM)
Un cuidadoso balance entre dos generaciones: Smith ya es un veterano trompetista en la escena del jazz avant-garde, mientras Iyer es considerado uno de los pianistas más innovadores de la nueva ola. Juntos consiguen crear un diálogo orgánico, fluido y preciso que encuentra su punto más alto en la suite de siete piezas inspirada en la obra del artista indio Nasreen Mohamedi que da título al disco. Una obra destinada a convertirse en un clásico y que junto a la impecable producción del fundador de ECM, Manfred Eicher, consigue demostrar todas las cualidades por las que se ha hecho famoso el sello alemán.
Para escuchar: «Passage».
Anohni — Hopelesness (Secretly Canadian)
Hopelesness es un disco completamente comprometido con su tiempo. El nuevo trabajo de la vocalista de Antony and the Johnsons resulta mitad pop electrónico, mitad música protesta. «Drone Bomb Me», una de las canciones más impactantes del disco, está construida sobre la perspectiva de una niña afgana cuya familia ha sido asesinada por drones y pide ser bombardeada para poder reencontrarse con ellos. Una obra sin miedo a la confrontación que logra impresionar e incomodar al mismo tiempo.
Para escuchar: «Drone Bomb Me».
William Tyler — Modern Country (Merge)
Todo el material que compone Modern Country fue grabado por el guitarrista William Tyler en una cabaña en Mississippi mientras reflexionaba sobre los ideales norteamericanos. Un disco instrumental elocuente, lleno de texturas y matices que hace hasta lo imposible por intentar reconstruir un mundo que ya resulta ajeno.
Para escuchar: «Kingdom of Jones».
The Avalanches — Wildflower (Astralwerks)
Los DJ australianos necesitaron dieciséis años para terminar este disco, y sin duda alguna la espera valió la pena. Wildflower no es solo un digno sucesor de Since I Left You (2000): es una obra independiente rica y compleja, llena de experimentación y juego. Ghostface Killah, Danny Brown y David Berman son apenas algunos de los artistas que se unen a The Avalanches en el que sin duda es uno de los discos más divertidos del año.
Para escuchar: «Colours».
L.A. Salami — Dancing with Bad Grammar (Sunday Best Recordings)
Un disco de «blues posmoderno». Así lo define Lookman Adekunle Salami (L.A. Salami para los amigos). Pero en Dancing with Bad Grammar, el blues no es el único protagonista: la mezcla de influencias del funk, el hip hop y el country resultan evidentes desde el primer momento. Lo que Salami logra conseguir con su primer disco es música folk para los nuevos tiempos.
Para escuchar: «The City Nowadays».
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