Guía para recorrer Medellín como si fuera su casa
Esta ciudad no es de nadie o sigo sin saber de quién es, pero aquí hay algunos lugares que lo pueden hacer sentir parte de este despelote.
A
sí de chiquita, con sus dos millones y pico de habitantes, Medellín tiene cientos de caras. La que seguramente les viene en primer lugar a la mente es la de ciudad de uribistas. Después piensan, fijo, en que es la capital mundial del reguetón. Se imaginan “grillas” y “neas”. Se les ocurre que es lo más parecido a Miami que hay en Colombia. Si piensan otro ratico, tal vez se acuerden de la Feria de las Flores. En los últimos meses es fácil pensar en Federico Gutiérrez cuando se piensa en Medellín.
Al lado de todo eso, conviviendo en la misma cuadra, está el punk de I.R.A., el cine de Víctor Gaviria, la literatura de Gonzalo Arango y de Fernando González (aunque Envigado sea otro municipio), el rock de Los Yetis y la eterna música de Discos Fuentes, por solo nombrar otras de las cosas más conocidas de esta ciudad.
Esta guía pretende eso, precisamente: acercarlo a esos lugares y personajes. Que cuando venga a Medellín –o si ya vive aquí, cuando salga de la casa– pueda sentarse en un parque, caminar una calle o visitar un lugar de esos que caminan, visitan y viven los dos millones y pico de personas que tiene esta ciudad. Chévere la ida al Parque Explora, la entrada al Jardín Botánico, la montada en Metrocable, la fotico con los gordos de Botero, pero también bacanos los parques, los restaurantes, los corredores, los sitios de encuentro y los comederos de esquina.
Esta es una lista de lugares que puede visitar si no quiere sentirse como extranjero en Medellín. Se va a dar cuenta de que, por más primavera que nos conceda el refrán, aquí también llueve y hace un calor el hijueputa. Va a ver que en Medellín hay gente muy querida, pero también hay otros bastante atravesados. Siéntese en la silla de un parque para que vea cómo a un lado se le sienta un hombre a hablarle de la belleza de la eterna primavera y del otro lado una mujer que está buscando a dónde huir.
Le puede parecer que no hay nada de extraordinario en estos lugares, pero le aseguro que no hay nada más espectacular que ver a un salsero, a una “grilla”, a un profesor, a una empresaria y a un librero comiendo perra y empanada en el mismo sitio. Bienvenido a esta ciudad deliciosamente despelotada.
Los parques
Medellín se llenó de edificios en los que hay tres o cuatro apartamentos por piso. Algunos afortunados, los que compraron el apartamento más grande, todavía pueden balconiar (aunque la actividad se torne tortuosa desde un piso 13 o 26). Para los demás, los de los apartamentos sin balcón o los que no viven aquí: los parques. Casi que en cada barrio hay uno. Estos son solo algunos, pero por todos vale la pena pasar, sentarse, fumarse un tintico y alimentar el ojo con la gente, las palomas y los perros.
Parque de Envigado
Parque de Villa Hermosa
Parque Lineal La Frontera
Parques del Río
El Parque de El Poblado
Carlos E. Restrepo
El centro
Donde más calor hace es también donde mejor se conoce la ciudad. Por cada personalidad que habita Medellín hay un semejante, si no es él mismo, en el centro. Hay lugares del centro que ahora son casi mitos de la ciudad, pues el comercio se ha comido toda la nostalgia y a su paso ha dejado bares, restaurantes, almacenes y uno que otro teatro. No hay un sitio especial dentro del centro que merezca más elogios que otro. Tal vez, si no es muy amante de las multitudes y del afán de las ciudades, el centro no sea el lugar adecuado para encarretarse con Medellín, pero lo que necesite, ahí está.
Cómo llegar: El centro es bastante grande, pero si puede llegar a la Avenida Oriental, estará listo para empezar a recorrerlo. Buses como el Circular Sur y el Circular Coonatra pueden facilitarle la llegada a esta avenida. Ojo: el transporte público en Medellín es medio complicado.
Versalles
Carrera 49 (Junín) # 53 – 39
Sin importar si el verbo juniniar todavía se conjuga en Medellín o no, Versalles, de lo más rico que tiene Junín, sigue llenándose todos los días al mediodía. O sea, a cualquier hora entre las siete de la mañana y las nueve de la noche, porque allí “siempre son las doce para almorzar”. Cualquier cosa del menú es deliciosa, pero las lionesas, las milhojas y las empanadas argentinas son inevitables. Los deliciosos versos de Gonzalo Arango y de Manuel Mejía Vallejo podrían fundamentarse en este lugar, en el que tan comúnmente se alimentaban ambos escritores.
Cómo llegar: En el cruce de la Avenida Oriental con la Avenida La Playa baje (como dejando La Playa atrás) hasta encontrarse con el icónico Edificio Coltejer. Ahí voltea a la derecha y estará parado en la calle Junín. Casi en la mitad de esta calle (que es peatonal) se encontrará con Versalles.
Pizzería
Calle 57 (Argentina) # 41 – 57
Once años después, la Pizzería, así no más, sigue estando en Argentina (el centro). Su dueño es quien la mayoría de las veces se encarga de la cocina de esta casa grande (típica del centro de la ciudad) adornada con olor a pizza. No hay más productos en el restaurante y sus pizzas, delgadas y hechas en horno de leña, cuestan entre 28.000 y 35.000 pesos. La Pizzería está abierta de martes a sábado de 4:30 p.m. a 11:00 p.m.
Cómo llegar: La Oriental es la solución a todo. De nuevo, llegue a esta avenida y suba derecho por Argentina hasta que el olor a pizza lo haga doblar a la derecha para entrar en una casa amarilla y verde. Para saber cuál de las calles es Argentina, pregunta, los paisas somos buenísimos dando indicaciones.
Cancha de Tejo Polideportivo Sur
Carrera 46 # 43A – 167
No es que Medellín sea un lugar especial para la práctica del deporte nacional, pero este lugar es en definitiva el resumen de muchas cosas que pasan en la ciudad y en el país: juego, trago y amigos. Al lado de un grupo de señores que juntos suman trescientos años y que estallan una papeleta cada dos o tres tiros, juegan dos mujeres a media cancha, sin atinar ni una sola vez, y un grupo de jóvenes que juntos no llegan ni a los cien años.
La hora cuesta 3000 pesos con tejo, papeletas y alguien que lo instruya si es su primera vez. Se celebran cumpleaños, reuniones empresariales y hasta despedidas de solteros y solteras.
Cómo llegar: Puede montarse en un bus de Envigado o incluso de Sabaneta (asegúrese con el conductor de que el bus vaya derecho por la Avenida Las Vegas) y bajarse en el Polideportivo de Envigado. Adentro está la cancha.
Carnes de Guayabal
En toda la glorieta donde se cruza Guayabal con la calle 10, hace ya casi diez años, hay un puesto donde siempre están dos o tres tipos con un secador amarillo en la mano. Los viernes y los sábados, desde las 5:30 de la tarde y hasta las cuatro de la mañana, ese secador ventila unas carnes de res y de cerdo grandotas y deliciosas. Entre semana puede arrimarse a la glorieta desde la misma hora y hasta las dos de la mañana. Además de carnes (que cuestan 9000 pesos) venden chorizos por 7000.
Cómo llegar: El Metrobus puede dejarlo en la Avenida Guayabal con la calle 30 y de ahí puede buscar un bus que vaya derecho por esta avenida. Debe bajarse en la glorieta de Guayabal con la calle 10 (también puede pedirle al conductor que le avise cuando llegue ahí, con seguridad lo hará).
Estadio Atanasio Girardot (cuando hay fútbol)
Carrera 43 # 70 – 10
Cualquier día el sector que rodea al estadio es muy agradable, sobre todo para hacer deporte. Sin embargo, hay días en los que vale más la pena ir al estadio que otros. Entrar a la tribuna norte o sur cuando el Deportivo Independiente Medellín o el Atlético Nacional juegan es vivir una fiesta sin precedentes. Una recomendación: si es su primera vez en una de estas tribunas, es mejor que se sitúe en la parte baja, más cerca de occidental que del centro. La entrada a estas tribunas puede costarle entre 15.000 y 80.000, dependiendo de la importancia del partido que se juegue.
Cómo llegar: Móntese en el metro y bájese en la estación Estadio.
Librerías
Calle 49 B # 75 – 33
Más allá de la compra de libros, de poder “loliar” (“pasar por las vitrinas de un lugar de comercio y antojarse sin necesidad de comprar algo” en paisa) entre nuevas y viejas lecturas, de encontrar ejemplares raros e inéditos, estas librerías están en esta lista por sus libreros. Wilson y Luis Alberto (libreros de Grammata y Palinuro, respectivamente) son especiales desde el saludo. Además de conocer a sus lectores y de recomendar no más que buenos títulos, ambos tienen el don de la buena conversación. Esto logra que estas librerías, ubicadas en la misma casa, sean un punto de encuentro maravilloso de lectores asiduos y primerizos que terminan enamorándose de los libros y de las historias que ambos lugares tienen para ofrecer.
Cómo llegar: Puede bajarse en la misma estación, Estadio, y caminar por toda la Avenida Centenario hasta una cuadra antes de llegar a la calle Colombia. Allí dobla a la izquierda y encuentra las librerías.
Palinuro
Grammata
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