La OMS enciende alertas sobre el consumo de sal
La meta mundial con la ingesta de sodio para el año 2025 es reducir su consumo en un 30%, pero aún este objetivo se encuentra lejos de ser una realidad
El informe Global report on sodium intake reduction, presentado el pasado 9 de marzo por La Organización Mundial de la Salud, arroja cifras sobre la reducción de la ingesta de sal en el mundo.
Si bien el sodio es un nutriente esencial, su consumo excesivo incrementa el riesgo de cardiopatías e hipertensión arterial. El comunicado de la OMS afirma que “es el principal factor de riesgo de muerte vinculada a los alimentos y la nutrición”. El consumo irresponsable de sal también genera afecciones de salud tales como cáncer de estómago, obesidad, osteoporosis y nefropatías.
La ingesta media mundial de sal se estima en 10,8 gramos al día, más del doble de lo recomendado por la OMS, esto es, menos de 5 gramos de sal al día (una cucharadita). Según el doctor Tom Frieden, presidente y director ejecutivo de Resolve to Save Lives, existen medidas eficaces que los gobiernos pueden implementar para este objetivo de salud pública, como promover el uso de las sales bajas en sodio.
La mayoría de los países aún no han adoptado ninguna política obligatoria de reducción de sodio, por lo que las poblaciones están más propensas a sufrir de accidentes cerebrovasculares, infartos u otros problemas de salud asociados con este alto consumo. Actualmente solo nueve países (Arabia Saudita, Brasil, Chile, España, Lituania, Malasia, México, República Checa y Uruguay) cuentan con un conjunto integral de políticas recomendadas para reducir la ingesta de sodio.
Se estima que la introducción de políticas de reducción de sodio podría salvar la vida de unos 7 millones de personas de aquí a 2030.
El director general de la OMS, Adhanom Ghebreyesus, aseguró que la mala alimentación es una de las principales causas de muerte y de enfermedades a nivel mundial, y que en gran medida la ingesta excesiva de sodio es culpable.
Estas cuatro intervenciones de la OMS relativas al sodio contribuyen a prevenir enfermedades:
- Reformular los alimentos para que contengan menos sal y establecer metas sobre la cantidad de sodio en los alimentos y las porciones.
- Establecer políticas públicas de compra de alimentos para limitar los alimentos ricos en sal o sodio en instituciones públicas como hospitales, escuelas, lugares de trabajo y hogares de ancianos.
- Introducir el etiquetado frontal en los envases que ayude a los consumidores a seleccionar productos con bajo contenido en sodio.
- Realizar campañas de comunicación y en los medios de difusión que insten a un cambio de comportamiento para reducir el consumo de sal y sodio.
La OMS alienta a los países a establecer metas sobre el contenido de sodio en los alimentos procesados y hacerlas cumplir a través de estas políticas. Las políticas obligatorias de reducción de sodio son más eficaces ya que son impermeables a los intereses comerciales, al tiempo que establecen condiciones igualitarias entre los fabricantes de alimentos.
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