24 SEMANAS
El aborto, la discapacidad, la moral y las decisiones son el centro de esta película alemana.
La premisa es simple: a una embarazada –una comediante medianamente famosa en Alemania– le dicen que su hijo tiene síndrome de Down. La opción de abortar existe pero ella y su novio deciden tener al niño. La cosa es que a los bebés no los traen las cigüeñas y el embarazo se vuelve cada vez más complicado. La hija de la pareja, de unos seis años, no quiere tener a un hermano “tonto”. Los médicos detectan un problema cardíaco en el feto, lo que obligará a una cirugía con el recién nacido y más complicaciones a medida que el niño crezca. La futura abuela del bebé es partidaria de interrumpir el embarazo y confronta a la pareja sobre su decisión. El drama, sin lágrimas de telenovela ni peleas de reality show, logra una intensidad incómoda.
“Al principio, me di cuenta de que era difícil encontrar personas dispuestas a hablar de esto abiertamente. Fue mucho más fácil encontrar médicos, parteras y cuidadores, y todo tipo de especialistas, porque ellos se enfrentan a este tema y tratan con él un montón. Obviamente, el tema no llega a ellos sin dejar rastro y tienen mucho de qué hablar”, cuenta la joven directora Anne Zohra Berrached sobre el proceso de investigación para escribir el guion de 24 semanas. “Era tremendamente difícil encontrar una pareja, pero finalmente lo hicimos. La mujer estaba embarazada, por lo que hizo posible que hablara de su situación anterior. Estas fueron discusiones muy intensas; pasamos horas llorando en los cafés de Berlín. Sólo secábamos nuestros ojos y hablábamos de ello. Al final, hablé con dos parejas y una mujer”, concluye.
El realismo de su película es irremediablemente conmovedor. El personal médico no es interpretado por actores sino por verdaderos médicos, mezclando algo de improvisación en escena y diálogos que no suenan prefabricados. Sin duda, el eje de la cinta es la actriz Julia Jentsch, la embarazada que cuestiona todas sus ideas sobre la familia, el hecho de ser mujer y su propia carrera. “Durante el rodaje, mi objetivo principal era hacer invisible, real y auténtica la interacción entre profesionales y no profesionales”, dice Anne Zohra Berrached.
Enfrentarse a la discapacidad y a la enfermedad genera culpa, tristeza, rabia y una incertidumbre sobre cuál es la mejor decisión posible. Al final, sin activismo, la opción está en manos de la mujer. “Probablemente quería hacer esta película porque tuve un aborto una vez, antes del tercer mes. Sé exactamente cómo se siente, así que me preguntaba qué pasaría si una mujer aborta un niño en una etapa avanzada, casi cuando es un ser humano completo: ¿qué clase de sentimiento debe ser?”, concluye Berrached sobre 24 semanas.
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