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8 tipos de tusa y cómo sobrevivirlas

8 tipos de tusa y cómo sobrevivirlas

Ilustración

¿Usted es de los que llora a grito herido con música de plancha? ¿O de los que se vuelven fisiculturistas y políglotas durante el duelo? ¿O de los que se tragan las lágrimas y se refugian en la rumba? Hay muchas formas de vivir la tusa. Estas historias lo confirman.

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A quién no le ha dado risa nerviosa, un fresquito con sabor a miedo, recordar esa, la temible tusa que lo hizo creer que se iba a morir, que nunca volvería a desear o ser deseado, que el insomnio y la culpa no se irían jamás, que no habría ruta de escape de ese nefasto lugar. Después de la extraordinaria acogida que tuvo nuestro especial sobre Ghosting, gaslighting y otros pecados relacionales, nos quedamos pensando qué historias de desamor y supervivencia podríamos encontrar. Nos preguntamos –Laura y Jorge, románticos incorregibles de esta revista, para volver a presentarnos– qué tipos de tusa podríamos encontrar y qué soundtrack, lecciones, gracia o sentido podría darle cada uno a la forma particular de su sufrimiento. Y aquí está lo que encontramos.

Las siguientes ocho historias relatan brevemente eso que a usted ya le pasó o le puede (volver a) pasar. Pasa en todo tipo de vínculos: levantes, noviazgos, relaciones abiertas, cerradas… Pasa por toda suerte de causas: ghosting, infidelidades, mentiras, incapacidad para ponerse de acuerdo… Se vive de muchas maneras distintas: con alivio, incertidumbre, el ego afectado, llantos compulsivos, anestesias emocionales, pensamientos intrusivos, culpa… Se supera de modos variados: en la espera, en la venganza, en la recuperación forzada, con muy buena música, lecciones tremendas sacadas del fango y la trinchera... Pero sobre todo, cada uno de estos testimonios es la prueba de que la historia del dolor ajeno es medicina cuando estamos jodidos y aterrizada sabiduría cuando creemos estar perfectos.

Solo una cosa más: para permitirse hablar sin reservas y a calzón quitado, todas las fuentes pidieron cambiar sus nombres.

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1. La tusa en vida (de la relación): la historia de Julia*

Duración: 7 meses de relación, 9 meses de tusa (incluídos los 7 de la relación)
Tipo de relación: Casi algo, tipo sexo y pijamada
Diagnóstico terminal: Ghosting del man
Soundtrack del dolor: Cómo te olvido - Binomio de Oro, Tú me haces falta - Eddie Santiago, Cadillac Solitario - Loquillo

Tusa en vida

“Nos conocimos en el trabajo. Yo supe que eso iba por el camino del infierno la segunda vez que nos íbamos a ver y desapareció. Fue un golpe horroroso en el ego. Desarrollé una necesidad enfermiza de aprobación de él. Me tuvo en la palma de la mano siete meses de sexo. Ni hablábamos: nos veíamos, culeábamos y dormíamos. El man era leyenda por dejar a todas sus ex de psiquiatra. Lo que teníamos no era lo que yo quería, pero me sentía ridícula si lo pedía. Pensaba que tenía que adaptarme a eso.”

Fue la primera tusa de Julia. Como todos, creyó que se iba a morir. Lloraba en el bus, en el banco, en el supermercado, en las escaleras del edificio, en las del trabajo. Todos los días. Cuando se veían sentía un subidón de ánimo peligroso, “que la vida se me arreglaba. Pero no: una vez después de culear, me quedé a dormir y me puse a llorar mientras él estaba dormido. No puedo pensar en nada mejor para describir la tusa en vida.”

Julia se entregó a su dolor con sevicia: llegaba a casa, entraba en disposición, pedía domicilio, ponía Paquita Salas, y lloraba. Los fines de semana hacía aseo desquiciadamente para después tirarse en el piso del apartamento a llorar con música a todo volumen. El alivio solo llegó primero por el camino de la venganza (se comió un amigo suyo) y luego, un clavo sacó otro clavo. “Luego que hablamos y ya pude verlo vuelto mierda y muy bravo, se me pasó. Quedé tranquila. Fue una tusa de ego, no de cariño.”

“Aprendí que puedo autosabotearme y mucho, que me faltaban herramientas para poder salir de ahí, como que siempre había tenido la batuta de las cosas y no tenerla me golpeó el ego muy feo. Pero por eso creo que estuvo bien vivirlo, para descubrirlo. Está bien que nos rompan el corazón. Igual, uno no se puede salvar de eso.”

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2. La eterna: la historia de León*

Duración: 2 años de relación, 2 años de tusa
Tipo de relación: Noviazgo, primero abierto, luego cerrado
Diagnóstico terminal: Infidelidades de él y desgaste de 8 meses de peleas
Soundtrack del dolor:  La canción - Bad Bunny ft. J Balvin, Soy peor - Bad Bunny, Sozinho - Caetano Veloso

Tusa en vida

“Yo le terminé porque me iba a ver con una chica de Holanda de la que me había enamorado. Esa fue la bomba. Las peleas y las infidelidades anteriores habían creado un clima nefasto. Además, en esa misma conversación le confesé todo lo que había hecho. Lo necesitaba por mi tranquilidad.”

La confesión incluyó todas las veces que León se metió con otras a sus espaldas, después de cerrar la relación. Después de terminar, pasó quince días tranquilo, pasmado pero no triste. Luego empezó la hecatombe. Despertaba a las dos o tres de la mañana. Y a sufrir: a pensarla, a arrepentirme, a nadar en la culpa. A las seis se paraba, se veía al espejo antes de bañarse y se ponía a llorar. “Una tusa satánica. Como al mes y medio, me la encontré de rumba y le hice un show el hijueputa. Esa misma noche, la llamé como veintipico de veces a vaciarla otra vez, pero no contestó. Todo mal, en esencia.”

Después de ocho meses sin contacto, tuvieron una conversación larguísima desde países diferentes e intuyeron que no había muerto la química. Cuando volvieron al país se vieron, se comieron e intentaron tener una relación en secreto durante casi tres meses. “Y un día cenando dijimos, ‘no, esto definitivamente se acabó…’ A las dos semanas de decir eso nos comimos por última vez. Un sábado. El propio booty call de ex. Fue un polvazo, yo creo que a los dos nos sirvió. Y ahí se acabó todo contacto.”

“Aprendí a controlarme mejor en las relaciones, mis impulsos y emociones. Si usted no sabe reaccionar a los momentos, no está en nada, se hace más daño. Ahora en las tusas de mis amigos les digo que controlen sus pasiones y pulsiones, uno con la edad no puede andar haciendo el oso ni ponerse a lastimarle el corazón a nadie. Pero también fue bello ver que siempre fui leal a mí mismo. Muchas veces me dijeron que era un idiota por contar todo, pero yo sabía que era lo correcto: sabía que solo así iba a aprender.”

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3. La muerte exprés: la historia de Jorge

Duración: 2 años de relación, un mes de tusa
Tipo de relación: Noviazgo, cerrado
Diagnóstico terminal: No querer lo mismo
Soundtrack del dolor: Los Tontos - C Tangana, Uno se cura - Raulín Rosendo, Distanciamiento social - Películas italianas

Tusa en vida

Desde el inicio, mi ex y yo no queríamos lo mismo. Sin embargo, nos demoramos dos años en rendirnos a esa conclusión, porque teníamos algo hermoso y funcional. Por supuesto, eso significó dos años felices con crisis intermitentes en las que volvíamos a las mismas cosas. Hasta que un día se nos agotaron los argumentos, los ánimos y las esperanzas.

Yo, que hasta entonces me sentía inmune a las tusas, creí que me iba a morir. No era capaz de comer y comenzaron los sueños reiterativos, los pensamientos intrusivos y los llantos repentinos. Trabajar era imposible. Supe que tenía que tomar medidas extremas. Pedí quince días más de plazo en todas mis entregas y adelanté un viaje. Asumí que el sobrecosto al que me estaba arriesgando era el precio de mi salud mental.

No sabía que ese holocausto iba a durar solo un mes. O a lo mejor solo duró eso, porque me propuse salir de ahí como fuera. Para abrirme el apetito y recuperar el descanso a la fuerza, me entregué como un enfermo al gimnasio, oyendo repetitiva y patéticamente las mismas canciones tristes de C Tangana y Películas Italianas. La compañía de amigos caídos en la misma desgracia nos trajo el placer de reírse del otro, de las penas peores que la propia. Poco a poco recuperé el control de mi cuerpo y mi cabeza. Cuando me sentí seguro, intenté volver a hablar con ella. Había pensado muchas cosas y necesitaba saber que no había forma de volver. Nos vimos dos veces en lugares neutros. Después de revisarlo todo, fue claro. Solté. Sentí alivio.

Vivir ese calvario me sirvió para dimensionar lo hondo que puede se nos puede ir el desamor, pero también para entender que hay formas de sobreponerse a él sin echarse a la pérdida. Que el fastidio que da estar mal y sentirse a merced del otro es un combustible que ignoramos cómo usar a nuestro favor.

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4. La anestésica: la historia de Laura

Duración: 2 años y medio de relación, un 1 año y medio de tusa
Tipo de relación: Noviazgo, “supuestamente” cerrado
Diagnóstico terminal: Infidelidad, siempre tuvo una relación con otra mujer.
Soundtrack del dolor: Tú y yo - Los de Adentro, Don't look back in anger - Oasis, No Digas lo siento - Don Tetto

Tusa en vida

Nos conocimos en el colegio, fue ese primer novio que en muchas historias es bien recordado, pero no en esta. Mientras estuvo conmigo tuvo una relación paralela con otra mujer y, en un afán por ganar una guerra de egos inmadura e irresponsable, ambas se lo permitimos: nos odiábamos entre nosotras en vez de odiar al verdadero culpable de ese martirio.

Me terminó por un mensaje de texto, lo llamé desconsolada y me dijo con firmeza “un día me lo vas a agradecer”. Lloré, grité, hallé consuelo en mis amigos y en la fiesta pero, contrario a otras veces, nunca más lo busqué. Lo borré de mi cabeza y de mi corazón, eso me lo agradezco a mí misma. Después de olvidarlo, ayudada por el desprecio que desarrolle hacia él, vinieron las consecuencias: quedé completamente anestesiada.

Durante el año y medio de tusa traté de salir con otras personas sin éxito alguno. Por más que los manes me bajaran la luna y las estrellas, yo no sentía nada, ni gusto, ni desprecio, ni siquiera fastidio, nada. Fui al psicólogo angustiada porque no concebía que yo, la persona que creía en el amor como la base de la vida, había dejado de sentirlo. Su respuesta fue clara, “cuando llegue la persona indicada vas a volver a sentir y será más real que nunca”. Como si eso hubiera sido una premonición, así pasó el 3 de octubre de 2018 cuando conocí al hombre que amo y que ahora comparte su vida conmigo.

De todo esto aprendí que el amor siempre llega, así toque esperarlo con la paciencia de la cual no estoy dotada, que a veces ponemos la culpa en la persona equivocada y que el amor es lealtad, lealtad que no debe ser negociable bajo ningún motivo.

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5. La sorpresiva: la historia de Raúl*

Duración: 3 años y medio de relación, 9 meses de tusa (activa)
Tipo de relación: Noviazgo, abierta
Diagnóstico terminal: Futuro inviable, descubrir cosas inesperadas (mentiras)
Soundtrack del dolor: Tú me dejaste de querer - C Tangana, About today - The National, Only - Nine Inch Nails

Tusa en vida

“Durante mucho tiempo nuestra relación no tuvo nombre. Solo cuatro meses antes de terminar nos cuadramos, en el entendido de que la relación seguía abierta. Comenzamos a contemplar seriamente vivir juntos e incluso casarnos. Pero al mismo tiempo, empecé a notar que las respuestas de ella a ciertas preguntas sobre lo que sucedía por fuera de nosotros eran inconcluyentes y a veces contradictorias con las historias que me contaba.”

Un día Raúl salió de esas dudas por el WhatsApp que ella dejó abierto en su computador. Aunque el hallazgo fue accidental y sabía que estaba cruzando un límite, las dudas sembradas fueron suficientes para ponerse a leer. Lo peor que encontró no fue sobre otras personas, fue sobre él mismo: “mientras no consiga nadie mejor, aguanta”. Al plantearle el tema, todo se fue al carajo.

Aparte del dolor, el llanto y los pensamientos intrusivos, el tipo de tusa de Raúl incluye un aspecto más, difícil y doloroso de procesar: “Fue muy duro comenzar a revisar todo el pasado, lo lindo de la relación, a la luz de esas verdades halladas y no queridas…” La rabia y la tristeza que le impedían dormir lo motivaron a hacer ejercicio. También comenzó a encontrar otros alivios que llenaban el tiempo y ocupaban la cabeza, además de ofrecerle de nuevo la sensación de hacer algo por placer: comenzó a bailar en una academia y volvió a tocar guitarra. Se siente mejor aunque, me aclara, aún piensa en ella.

“Fue mi primera experiencia con las relaciones abiertas y siento que me acerqué a ella con una actitud ingenua. Si uno está pensando en un futuro con alguien, uno debería exigir cosas básicas: respeto, sinceridad, acuerdos sólidos sobre todas las cosas, sea para vínculo abierto o cerrado, no importa. Y de la tusa aprendí también muchas cosas para mí: encontré rollos de autoestima densos por trabajar, sobre rechazo, sobre vulnerabilidad, sentirme fácilmente reemplazable. Esto te confronta en el dolor y la tristeza con muchas premisas a partir de las cuales construyes tus relaciones y la narrativa con la que te cuentas esa historia. Y son todas cosas que puedes cambiar."

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6. La huida (por bien propio): la historia de Viviana*

Duración: 1 año de relación, vivió la tusa en la relación
Tipo de relación: Noviazgo, cerrado
Diagnóstico terminal: Abuso emocional
Soundtrack del dolor: The night we met - Lord Huron, El mismo aire - Camilo y Pablo Alborán, Ley de gravedad - Telebit

Tusa en vida

“Los primeros 5 meses se mostró como el hombre perfecto, era detallista y amoroso. Después de ese corto tiempo se develó quien realmente era: una persona abusiva y manipuladora. Viví dos relaciones totalmente distintas desde el inicio hasta el final, todo fue un engaño.”

Tras consecutivos episodios de ira, insultos y una promesa latente de cambio que nunca llegó, Viviana tomó la decisión de no perpetuar la tusa que había vivido por meses dentro de la relación, necesitaba huir. Quería cortar con todo lo que la atara a aquel ser tormentoso, pero tenía miedo de sus represalias. Para infortunio del mundo y fortuna para ella, llegó la pandemia y la cuarentena, “esa fue la excusa perfecta para tomar distancia y encontrar un espacio seguro en mi red de apoyo”.

Pese a las amenazas y acosos constantes que surgieron tras ponerle fin a la relación, Viviana estaba más decidida que nunca a alejarse para siempre de ese hombre. Lejos de extrañarlo o sufrir por él, sintió un alivio inmenso al salir bien librada de esa situación y la verdadera tusa llegó cuando se dio cuenta que había vivido en un cuento de hadas que no existía, donde había aceptado cosas que nadie merece.

“Aún cuando aprendí que nunca más volveré a pasar por algo así, me molesta pensar que tengo que sacar algo positivo de esa etapa tan traumática. Ninguna persona debe pasar por eso nunca. Ahora estoy en la mejor relación de mi vida, pero me volví más alerta a todas las señales que me pueden dar indicios de que algo está mal. Me siento agradecida porque tuve una red de apoyo que nunca me dejó sola. Por eso sé que si alguien está en la misma situación donde yo estuve, debe saber que no es su culpa y que tiene que buscar todos los medios para salir de ahí antes de que las consecuencias sean irreparables”. 

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7. La tusa fantasma (o tardía): la historia de Danna*

Duración: 3 años de relación, 6 meses de tusa
Tipo de relación: Noviazgo, cerrado
Diagnóstico terminal: Planes de vida distintos, codependencia emocional
Soundtrack del dolor: Si pudiera - Manuel Medrano,  Voy a extrañarte - Andrés Cepada, Que lloro - Sin Bandera

Tusa en vida

“En esta relación yo era muy joven, él era ocho años mayor que yo. Sinceramente, era una relación muy seria para lo que yo deseaba. Decidí terminarle porque la brecha de edad cada vez nos distanciaba más, así mismo me sentía agobiada y asfixiada por él y su codependencia emocional. A pesar de que había amor, teníamos objetivos distintos, por un lado él quería casarse, incluso me llegó a proponer matrimonio y por el otro, yo estaba a punto de entrar a la universidad y quería disfrutar de esa etapa al máximo sin ningún compromiso”.

Después de tomar la decisión, Danna entró a una de las mejores etapas de su vida, se sentía libre, feliz y plena tras haberse liberado de un amor que para ella se convirtió en una carga imposible de llevar. Ya no tenía que pensar en un futuro limitado por un compromiso que no quería, estaba ella sola contra todo un mundo de posibilidades por explorar, y lo mejor, sin tusa: no hubo lágrimas, ni momentos de extrañarlo.

Durante tres meses vivió la vida de soltera que tanto añoraba y, aunque él la buscó en diferentes oportunidades para arreglar las cosas, para ella no había vuelta atrás. Sin embargo, la felicidad se fue al piso cuando vio a su ex con otra mujer, “me rompió el corazón saber que él ya me había superado, yo pensé que se iba a pasar toda la vida extrañandome a mí”. En ese momento, irrumpió la tusa represada por meses: hubo llanto, depresión y una gran herida en el ego de Danna que buscó sanar sin éxito por muchos meses.

“Mi principal aprendizaje fue no afanarme, la vida hay que vivirla por etapas y cada una nos deja una enseñanza. A veces por querer pasar por las cosas muy rápido, no somos conscientes de las consecuencias que vienen después. La edad no es un impedimento para amar a alguien, pero sí es importante que antes de entrar a una relación seria, ambos puedan ver si realmente están en el mismo punto. Además de eso, soy fiel creyente de que aunque una tusa es una vaina muy difícil, de amor no se muere nadie. Lo importante es aprender a gestionar correctamente las emociones y buscar ayuda en caso de necesitarla”.

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8. La intermitente: la historia de… Mateo*

Duración: 4 meses de relación, 2 meses de relación sin título y 4 meses de tusa
Tipo de relación: Noviazgo, cerrado, y luego relación sin nombre
Diagnóstico terminal: Infidelidad, codependencia emocional
Soundtrack del dolor: Idiota - Morat, Aún hay algo - RBD, Get you to the mood - Kina ft. Snow

Tusa en vida

“Yo le terminé a él en noviembre porque me fue infiel. Aún cuando intenté, nunca lo pude perdonar del todo, sentía que ya no había confianza. Además de eso, ambos nos dimos cuenta de que vivíamos en una relación codependiente donde ya no podíamos hacer absolutamente nada sin el otro y eso resultó en dinámicas muy tóxicas”.

Después de terminar y debido a esa misma dependencia obsesiva, no pudieron alejarse el uno del otro, seguían hablando como si nada hubiera pasado pero ya no tenían el título oficial. Esta dinámica duró dos meses hasta que en enero tomaron la determinación conjunta de alejarse definitivamente, decisión que llegó no solo por el daño emocional que se estaban haciendo, sino porque Mateo se iría a vivir a Estados Unidos por unos meses. “Sufrí mucho cuando me fuí del país, lloraba por él todo el tiempo y siempre estaba latente el pensamiento de querer saber si estaba bien. Yo no lo odié, ni lo odio, siento que si así fuera, todo esto sería más fácil. Después de unos meses, la distancia logró hacerme creer que sería una tusa fácil de superar porque estaba concentrado en los proyectos increíbles que tenía en ese momento”.

Cuando Mateo volvió a Bogotá creyó que había superado lo peor e incluso volvió a hablar con su ex novio con la idea de que estaba listo para retomar una amistad. Sin embargo, recibió el golpe de realidad que había omitido: la tusa seguía más presente que nunca. Volvieron las lágrimas, las borracheras y el dolor, y nuevamente decidieron distanciarse porque sentían que estando cerca no podían sanar. Actualmente, aunque por ratos la tusa de Mateo parece irse, en el momento más inesperado vuelve como la huésped poco deseada que es. 

“Lo que he aprendido de esta tusa es que uno debe ser responsable consigo mismo y tomar decisiones que ayuden a sanar a largo plazo el corazón. Por más que quisiera, en este momento para mí no es sano estar cerca de él, en especial porque ya está en otra relación. Aprendí que las canciones que te recuerdan a esa persona van a seguir sonando, eventualmente te atacará algún recuerdo, pero lo importante es que cada quien lleve un proceso acorde a lo que siente y necesita. Lo que yo debía hacer por mí era dejar de hablar con él, silenciar sus historias y evitar en lo posible saber de su vida. Es vital conservar las cosas que amamos, pero también lo es aprender a soltarlas cuando nos hacen daño”.

Por: Laura Daniela Soto y Jorge Francisco Mestre separador cierre

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