Desde Candy hasta Gokú
Un vistazo a las series de anime que han impactado en nuestras vidas
desde hace más de tres décadas.
A partir de la media noche, el tiempo se detiene en Madrugadas Radiónica, un espacio en la radio pública colombiana en el que disfrutamos hablando con nuestros oyentes sobre temas relacionados con la cultura popular, los recuerdos y la imaginación.
Dentro de nuestros múltiples viajes a bordo de este Delorean Mental, nos hemos propuesto la misión de hablar sobre producciones vistas en la pantalla chica, aprovechando la celebración de los sesenta años de la televisión colombiana. Por supuesto, no podíamos dejar pasar la oportunidad de charlar sobre la animación japonesa vista gracias a los canales nacionales.
Uno de los objetivos más importantes de este cometido fue poder realizar una retrospectiva por las diferentes producciones que se han programado en nuestro país desde finales de los años 70 hasta los 2000, una tarea que tomó dos semanas para ser “completada”: la cantidad de producciones emitidas ha sido monumental, al igual que los recuerdos de todos aquellos que crecieron con las aventuras de estos personajes nipones.
Muchas de estas series se transmitieron en nuestro país hasta con diez años de diferencia con respecto a su emisión original en Japón, razón por la cual podemos entender cómo estos programas siguen vivos en los imaginarios colombianos.
Nuestra retrospectiva empezó recordando varios seriados que se destacaron por su sentido dramático, cargado de valores, algunos basados en literatura infantil europea como Maco, la sirena enamorada, Ángel, la niña de las flores, La Ballena Josefina y Candy Candy, aunque allí también primaron grandes héroes como Astroboy, La Fuerza G, El Rey Arturo, Capitán Centella y Mazinger Z.
De 1988 a 1997, la ecuación siguió bajo patrones similares –ojos gigantes y personajes heroicos–, aunque se empezaron a conocer otros tipos de obras entre las que se destacaron José Miel, Cuentos de los Hermanos Grimm y El Gato Cósmico, dándole paso a las legendarias series de deportes, robots, ciencia ficción y equipos de héroes adolescentes como El Festival de los Robots, Ulises 31, Arbegas, el Rayo Custodio, Súper Campeones, Caballeros del Zodiaco y Sailor Moon.
Luego nos pudimos transportar del año 1998 al 2002 con varias series que lograron incorporar de una manera muy acertada humor con aventuras adolescentes, allí por supuesto aparecieron los referentes más exitosos: Ranma 1/2 y Pokemon, junto a grandes series de impacto mundial como Dragon Ball Z, Detective Conan, Digimon, Sakura Card Captors y Evangelion. Esta última fue un caso especial, ya que en Colombia se censuró durante sus primeros capítulos debido a su polémico contenido de corte postapocalíptico, diferente al de otras series contemporáneas. Eso, probablemente, la convirtió en una serie de culto.
Muchos oyentes de diferentes partes de Colombia, con mucha nostalgia y alegría, nos relataron sus historias, anécdotas y recuerdos relacionados con todas estas producciones, todos nos hablaron de varias situaciones en común.
La primera es que gracias a la series de animación japonesa se empezó a tener noción de productos serializados para niños y adolescentes, ya que muchas veces se hablaba de animados con capítulos autoconclusivos (prácticamente eran cortometrajes, como los de Bugs Bunny o Tom y Jerry). Así, de manera similar a los adultos cuando hablaban de una telenovela, los niños pudieron seguirle el rastro a una historia desarrollada a lo largo de varios capítulos, lo cual daba la posibilidad de que al día siguiente se comentara con emoción lo que había ocurrido durante la jornada anterior.
Gracias a las series de animación japonesa se estructuró mucho más el concepto de las franjas infantiles de lunes a viernes en las horas de la tarde, muchos oyentes comentaron la importancia del hábito de hacer tareas antes de que iniciaran tales espacios, ya que era fundamental disfrutar de los programas sin ningún tipo de preocupaciones.
Lo más interesante de todo este ejercicio que se ha desarrollado por más de treinta años es que ha sido una manera de adentrarse en un mundo infinito de producciones; curiosamente, esta introducción nos mostró en su mayoría géneros como el shonen y el shojo, los cuales son enfocados al público adolescente masculino o femenino, adicionando elementos en géneros temáticos como mecha (robots), romakome (romance), sentai (héroes) y spokon (deportes), entre otros.
Pese a que los niños de diferentes generaciones han tenido una inclinación mucho más fuerte por las producciones japonesas, especialmente en territorio latinoamericano, éstas cada vez son mas escasas. Sin embargo, podemos afirmar que el anime se ha sembrado de una manera contundente en el imaginario colombiano, tanto así que hoy en día Internet ha brindado la posibilidad de seguir nutriendo estas formas de entretenimiento.
La invitación final es que, si a usted le gustan este tipo de producciones, continúe viéndolas y disfrutándolas en una pantalla diferente a la de su infancia: ésta es una ventana a nuevos mundos, historias y posibilidades casi infinitas, sin olvidar que Señal Radiónica le ofrece un espacio donde se vale recordar e imaginar… de lunes a viernes, a partir de la media noche.
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